El prólogo está de vacaciones

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Es increíble que una persona no tenga crema de maní en su alacena, aunque si lo pensamos bien podría tenerla en el refri así que iré a revisar.
Abro el refrigerador y tampoco encuentro nada, "por Dios esto es increíble, con razón lo quieren matar" pienso mientras muevo la comida dentro del refri y no tardo mucho en escuchar como la puerta principal se abre.

-¿Quién eres tú y que rayos haces aquí?- me dice un chico rubio con cara de idiota

-shh no grites, te puedes lastimar lastimar la garganta y con esa voz tan horrible de paso me romperás los oídos... Oye por cierto ¿ no tienes crema de maní? - le digo con tranquilidad a la vez que voy cerrando el refrigerador y me dirijo nuevamente a la alacena.

-Llamaré a la policía- me dice en lugar de contestarme donde está la crema de maní.

- Tu no te preocupes por eso, ya corté las comunicaciones y avise hace 7 minutos a la policía que te querías suicida, así que llegarán justo a tiempo, o destiempo no sé como decirle; por lo tanto  antes de que te mueras¿ podrías decirme por favor donde tienes la crema de maní? - le contesto un poco irritado de hambre mientras saco 2 panes Bimbo de su bolsa y los pongo en un plato.

-Tu no sabes con quién te estas metiendo, ¿crees que puedes venir a mi casa a amenazarme y salir vivo?  ¡No permitiré que un idiota que trae unos jeans de maricón, una playera ridícula y una estúpida máscara de no se que carajos venga a...
Lo interrumpo antes de que él siga hablando con esa irritante voz.
-!Hey¡ oye mi playera es genial, y si te explicara lo de la máscara no lo entenderías, pero dejando todo lo que no es tan importante podrías decirme algo que sí lo es: ¿dónde está la crema de maní? - le digo insistiendo de la manera más serena que puedo.

-¡No tengo crema de maní, sólo los idiotas consumen eso, y tú ya me tienes harto! - me grita el desgraciado mientras me apunta con un arma calibre 14.
Eso si que no lo permitiré, podrá decir lo que quiera de mí, de mi sentido de la moda, y podrá apuntarme con un arma todo lo que quiera pero... pero...¡nadie se mete con crema de maní- chan!

Agarro el plato de la mesa y se lo aviento directamente a la mano y me agacho para evitar el balazo; logro tirarle el arma, ruedo y saco mi querido revolver que de cariño le digo ¨kira¨  le disparo en el hombro, pero el maldito odia-maní logra salir corriendo por la puerta principal y se dirige al pasillo. Tengo que levantarme y seguirlo pero antes agarro mis 2 pedazos de pan y me los meto a la boca de un bocado, este desgraciado me hace sentir como un salvaje; me asomo al pasillo y veo que el va bajando el edificio por las escaleras principales; pero como odio correr me dirijo al elevador.

Estando dentro del elevador me puse a tararear la cancioncita que para mi buena o mala suerte resultó ser la de ¨Entre 2 tierras¨ de ¨Héroes del silencio¨, al llegar al piso principal el recepcionista se acercó a mi y me preguntó que quien era yo, que había escuchado disparos, si el idiota supiera que todo fue obra mía.

-Sólo espero a que un amigo baje, me preocupa su seguridad.

-¿Y quién es su amigo?- me pregunta el recepcionista.

-¡Tu puta madre es mi amigo! -Contesto mientras lo empujo, el putito ¨sin crema de maní¨ acaba de bajar, me ve y corre hacia la salida, yo corro tras de él mientras le empiezo a disparar de nuevo.

-¡Hey Jhonny! ¿ si te puedo llamar Jhonny no? ¡ven aquí! solo quiero abrazarte... ¡con el plomo de mi pistola!
Por fin logro darle un balazo en la pierna y un taxi me hace el favor de atropellarlo, el taxista baja a ver si esta bien, a lo que yo golpeo al hombre en la nuca, subo al (maldito) lisiado al auto y me dirigo al lugar donde haré la entrega, pongo la canción de ¨Gentleman¨ en mis audífonos y así no puedo escuchar los gritos y las quejas del sujeto de atrás, de todos modos con su suéter le había hecho una mordaza, doblo en una esquina y me dirijo al muelle, me quito los audífonos y le quito la mordaza.

-¿ Algo que decir antes de morir?- le preguntó con tono amable y amoroso.

-Por favor, dejam... déjame vivir... - su tono se empieza a poner lloroso, hay cosita- te pagare lo que sea... no diré que te vi... me iré de la ciudad... lo prometo, tu puedes hacer eso por favor.

-¿sabes que ? ¡tienes razón! puedo hacer eso - contesto con un tono de voz muy alegre.

-¿En serio? - me pregunta esperanzado.

-¡Claro!, podría hacerlo, pero te burlaste de mis jeans, de mi genial camiseta, de mi máscara y me llamaste maricón, y yo que hasta le había dicho a la policía que te querías suicidar, te hubieran hecho un buen funeral, ni hablar- y sin más al terminar de decir estas palabras le doy un tiro directo a la cien y veo como su vida se desvanece.

Pasan más o menos 15 minutos cuando llega mi cliente en un auto bonito y sale a gritarme.

-¡Ten tu maldita bolsa con dinero!, pero déjame te aviso que va sólo la mitad del sueldo porque te dije que fueras discreto y esto esta en todos los noticieros- me grita el maldito blanquito narizón al momento que me avienta mi bolsa.

-Oye tu cliente es escurridizo, esa no es culpa mía, ha, por cierto esta en el auto.

-¿Trajiste el maldito auto hasta acá?- me pregunta el narizón.

-Pues ¿que esperabas? ¿querías que lo trajera de caballito o cargando hasta aquí o como?

-Sólo toma tu dinero y vete- cuando me da la espalda le disparo en su cabezota y le robo la cartera, no suelo hacerle eso a mis clientes pero el me gritó y lo más importante: me quitó dinero, cosa que no puedo permitir; así que tomo su cartera, su chamarra, me la pongo, guardo mi máscara, guardo mi arma y mis guantes y me dirijo a la esquina de la calle, tomo un taxi para ir a desayunar, no soy un salvaje y necesito comer en un lugar decente.

Esta no es una historia sencillita, es MI historia, y esto es sólo para que sepan parcialmente como soy, claro que les falta conocerme bien y profundizar en mi retorcido ser, esta si es una de las buenas historias, sobre todo porque la cuento yo, así que los invito a leer lo que sigue de mi historia y a deleitarse junto conmigo de las buenas experiencias de la vida.

Soy un profesional, un idiota, un asesino, un infantil, un agresivo, un HIJO DE PUTA, pero ustedes llámenme como los demás lo hacen: ¨Guapo¨

¡Guapo hijo de puta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora