Buenos amigos

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-¿A dónde chingados crees que vas? - le grité a Sarah mientras la seguía, iba muy adelante de mi- Me mentiste, ¿dime Rogers lo sabías?

Me pintó un pene con la mano y le disparé molesto, maldita niña, causó más problemas de lo que pensé, el atardecer estaba cayendo y la vi meterse a un estacionamiento subterraneo, el guardia le gritó que no podía entrar ahí pero le disparé, no me gusta que me molesten cuando estoy en una misión de venganza, maldita niña, ¿donde estás? no logro verla por ningún lado.

-Hey ¿vez esto?- saqué su celular y lo pisé- Sarah no me gusta que me interrumpan cuando estoy tratando de convivir con mis seres queridos, y yo te quiero- silencio- te quiero en una caja directo a Madagascar para que dejen de dispararme por ti, por lo general que me disparen es divertido siempre y cuando pueda tocar un culo, embriagarme o ganar algo de billetes, vamos, sal y hablemos esto como las personas civilizadas que somos- guardé la pistola- teníamos un trato, ven y cumplelo, soy un hombre de palabra, espero que tu palabra también valga para ti- Seguro con eso muerde el cebo.

Escuché un motor que se encendió y unas luces me iluminaron por detrás, volteé y Sarah estaba sobre un auto viéndome con odio... espero que no... oh mierda, arrancó directo contra mí, le disparé pero fallé y estaba demasiado cerca para esquivarlo, salté sobre el capó y volví a saltar dando una marometa y cayendo al suelo, eso dolió pero definitivamente no igual a que si me hubiera atropellado, al mirar el auto ella ya había girado e iba de nuevo contra mi, esta vez disparé contra las llantas, funcionó pero siguió avanzando contra mi, corrí hacia los coches que fueron empujados por el impacto del auto que traía Sarah, el cual chocó, ella salió con una llave para quitar ruedas en la mano, amenazante y con furia en sus ojos, yo la veía desde una venta de auto, agachado a una distancia prudente de ella.

-¡¿Un trato?!- golpeó un espejo y lo rompió de un golpe, ok, debo admitir que eso me intimidó- Tu me secuestraste maldita rata, sal para que podamos...- le disparé pero falle y sólo revelé mi posición.

-¿Aunque sea me permites hacer mi testamento?- me levanté dispuesto a disparar pero me arrojó el espejo roto y me dio, luego saltó entre los capos y me derribó de una tacleada, si dolió, lanzó un golpe directo a mi cara con la llave, lo esquive bien, otro golpe y otro, cada vez me era más difícil esquivarlos, antes de que lanzara otro golpe tomé la llave de una de sus extremidades y la moví para golpear su cara, no fue gran cosa pero si pude empujarla y quitármela de encima, lancé la llave lejos, no me arriesgaría a que la volviera a usar.

-Hijo de puta... ven y pelea como hombre- le apunté- ya hablamos de esto, no me matarás.

-Bueno tu y yo teníamos un trato y tu lo rompiste, estoy de acuerdo en que quizás te secuestre un poquito, pero me estas trayendo más problemas viva que muerta.

-Y serás tan estúpido como para matarme en lugar de entregarme, bien, es oficial, Guapo eres más imbécil de lo que creía.

-Aghhh ya cállate, no me dejas escuchar las voces de mi cabeza, ¿que dice Sargento Pimienta? Eso no suena nada mal he- sonreí y pinte la sonrisa sobre la máscara- tengo un último trato para ti.

-A sí, ¿cual es?- un grupo de policías salió al estacionamiento donde estábamos.

-Manos arriba, sabemos que ustedes mataron al oficial que cuidaba de la entrada- dijo uno de estos apuntándome y a Sarah, realmente no sabían quien había sido, así que mi plan recién inventado funcionaría sin duda.

-Oficial fue ella- tiré la pistola al suelo- vengo de una fiesta de disfraces, soy el único testigo y ella trató de asesinarme- Sarah y yo nos veíamos igual de desarreglados pero ella tenía una pinta de furia que no podía ocultar, aproveché eso, el grupo de policías dudó, 2 se acercaron a arrestarnos, otros 2 estaban atrás apuntándonos.

¡Guapo hijo de puta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora