Capítulo 23

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Cuando el representante de los cazadores dio la noticia todos en el campamento se preocuparon. Una cosa era enfrentarse a un grupo de cazadores y otra a un ejercito de monstruos y los dioses saben qué. 

Entre todos los semidioses una cabeza roja cayó desmayada al suelo. 

Hacía mucho que al oráculo del campamento mestizo no le llegaba una profecía y fue un momentánea sorpresa para todos. Inmediatamente los semidioses esperaron atentos a que Rachel dijera algo y a la vez mandaban callar a los cazadores que se atrevieron a preguntar lo que pasaba.

Siglos esperando la venganza

de aquellos que una vez le dieron la inmortalidad.

Despierta con la furia de su amor perdido.

Contra los que se lo arrebataron sin piedad

Semidioses, cazadores y submundos 

todos en peligro por igual.

Era la primera profecía de Rachel en meses. Eso significaba definitivamente que Apolo recuperó sus poderes y que el oráculo de Delfos era libre. 

En seguida Quirón organizó un consejo de guerra al que los cazadores se apuntaron sin dudarlo.

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- ¿Dónde está la cueva en la que el brujo trató de revivir a Annabelle? -Quirón no espero para hacer esta pregunta, todos estaban pensando en lo mismo y él solo fue el primero en expresarlo.

- Estaba bajo el mar -Emma Carstairs no endulzó la verdad de la misma manera que Quirón no endulzó su pregunta. 

- ¿Podéis llevarnos allí?

- Podemos llevaros pero no sé en que condiciones estará después de lo que pasó. 

- Vale la pena correr el riesgo. En menos de una semana partimos, va a ser un viaje muy largo y no sabemos lo que nos vamos a encontrar allí. 

Entre todos idearon rápidamente un plan. Mandarían un mensaje a Frank y a Hazel al campamento Júpiter pidiéndoles que manden a algunos romanos a Los Ángeles para investigar si pasaba algo por la zona que les indicaron los Blackthorn. 

Los cazadores capturados fueron liberados y llevados a Idris. 

Pocos días después llegó un comunicado de Frank que decía que los cazadores que habían ido a investigar habían notado una gran actividad demoníaca en la zona. La preocupación aumentó ya que no tenían ni una pista de cuando podía ser el verdadero ataque. 

En poco menos de una semana muchos semidioses y cazadores se trasladaron al Campamento Júpiter y otros muchos se alojaron en el instituto de Los Ángeles. 

Era el momento de una guerra que nunca habían visto. Los dioses seguían sin dar ninguna pista de su posición o de su posible intento de ayuda. 

Cuando llevaban menos de una semana en Los Ángeles un enorme terremoto sacudió la zona.

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