Invierno.

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Yo no soy de invierno, y siempre llega...

Y no soy de invierno porque odio el repiqueteo de la lluvia contra mis hombros, y el frío siempre me cala tanto las costillas, que incluso mis pulmones rozan el invierno.

No me gusta el invierno, porque es oscuro, triste y me invade la desesperación. Todo tan... negro, la noche, la tarde, la mañana, la tarde, el cielo, la ropa, y hasta nuestro alma se enfunda en un traje gris(que solo es gris con el fin de no verlo todo absolutamente negro).

Y yo... que soy tan rosa... tan de gritar, de reír a carcajadas, de hablar, de sonreír hasta que me duelan los mofletes, de magia, de calor...

Vengo a olvidarte, invierno. Vengo a ponerte de rosa ese estúpido manto negro que llevas sobre tus hombros. Vengo a conquistarte, a clavarte en la espalda una bandera con un montón de colores, y que te olvides de llover todo el rato, que vengo yo a superarte.

Ya no me das miedo. Al contrario, deberías temerme ahora tú a mí.

Además, yo ya he llegado...

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