2.-Hipnotizante.

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Mierda. Mire a mí alrededor y a lo lejos divisé al chico que me presento mi madre esta mañana, Black. Me estaba mirando, fumando un cigarro. Me saludó levantando el cigarro y yo levante la cabeza.

Si, la pelea había acabo, no, no habíamos salido de este sitio estrecho.

—Vámonos ya, por favor.—All me miro, sonriéndome apenado.

—Me ha dicho Mendes que te quería conocer, esperamos a que venga y nos vamos.—Trague saliva y negué frenéticamente.

—Vámonos ya, ese chico me da miedo.

All miro detrás mía.

Me giré y Mendes estaba saludando a mí mejor amigo con un abrazo. Se separó de él y me miro.

Joder, si que es alto.

Le llegaba por el hombro. Su labio estaba partido y su ceja igual, no se había curado la herida pero esta vez, estaba vestido, y menos mal.

—Encantado de conocerte, Alessia. All me ha hablado muchísimo de ti. Tenia ganas de conocerte, por fin.

Le mire a los ojos, pero al instante baje la mirada para ver su mano invitándome a cogerla, lo hice, le agarre la mano y me dio un pequeño apretón.

Sus ojos eran tan...hipnotizantes.

Volvió a sonreír de lado y se relamió los labios, ahí fue el momento en el que solté mi mano de la suya enorme.

—Encantada de conocerte, Mendes. Solo Less.—levanto la ceja gracioso y mire a All. —Vámonos, por favor.—Mi incomodidad se fue cuando este asintió y me dirigí a Shawn.—Adiós, Mendes.—Mi voz tembló y el lo noto, sonriéndome.

—Adiós, Alessia.—Dijo con los labios, sin pronunciar ni una sola palabra.

Salí de allí empujando a todos de en medio, sin saber si venía All detrás mía.

Me quede quieta esperando a All, hasta que tres hombres borrachos caminaron hacia mi, rodeándome. Me quede paralizada.

Que coincidencia, joder.

—Mira qué bella mujer tenemos aquí.

Mire a mí alrededor, estaba completamente sola con estos tres dementes. Comencé a temblar, tenía ganas de vomitar.

—Dejadme tranquila, gilipollas.

—Cállate, lo pasaremos bien, cariño.

Se acerco a mí uno de ellos y le di una bofetada, bien fuerte. Otro de ellos se acercó a mí y le propine una patada en sus partes íntimas, y al otro, le di un puñetazo. Dos de ellos se tambalearon, pero al que le di la patada se quedó en el suelo, quejándose.

—Maldita zorra.

Me cogió del brazo y retrocedí para atrás hasta que choque con algo duro, me giré y vi a Shawn completamente cabreado, se lanzó contra los dos, dejándolos en el suelo, ensangrentados.

All salió corriendo al escuchar a todas las personas salir fuera.

¿Y a quien le tiene que pasar esto? Justo a mi.

Parece que tengo toda la mala suerte del mundo. No, perdón; la tengo.

Era patetica, me veía tan estupida, llorando, sentada en el suelo con la cara entre mis piernas y con ganas de quitarme la sensación de ser tocada.

All me miro y se lanzó al suelo conmigo mientras que cuatro muchachos separaban a Shawn de los dos tíos esos. All me abrazo entre su pecho y me acurruqué con el. Estaba asqueada, quería vomitar.

HURACÁN © Shawn Mendes. EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora