17.- Ya no mas.

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Mi mirada se dirigió a la suya, me miró también.

Respiré hondo, sabiendo lo que se venía. Quería pensar en todo esto, quería replanteármelo, ¿qué estaba haciendo aquí?.

Las semanas pasaron rápido, demasiado rápido. El calor llego a nosotros de una manera abrumadora, aunque lo estuviésemos esperando con ansias.

Nos faltaban dos meses para acabar las clases y aún así, todavía no me podía creer lo rápido que se había pasado este año.

Los acontecimientos ocurridos en estas fechas fueron raros, mucho. Pero aún así, intensos.

Ahora mismo me encontraba en los pasillos del gran instituto, viendo al místico Shawn Mendes, parado enfrente de mi, solo mirándonos.

Las personas miraban, pasaban, o gritaban y corrían por todas partes, nosotros estábamos ahí, como si estuviéramos solos.

Mi mirada se centró en la mano que agarraba a la chica pelirroja, y quite la mirada de el, automáticamente me di la vuelta, como si todo fuera a cámara lenta.

¿Que había pasado con todo lo ocurrido? Lo estaba tirando por la ventana.

"No te deberías a ver fiado de el"

Ignore a la voz, y aunque me resultó difícil, entre a clases, no perdería ni una sola por estar en otras cosas.

~.~

Por maravilloso que sonase, atendí al profesor, apuntando y escuchando todo. Así que recogí mis cosas y me fui a mi taquilla, tocaba el recreo ahora mismo.

—Leesssssitaaaa.—Gritó Sha en mi oreja, abrazándome por detrás. Me reí, abrazándola también.

—Pequeña monstruaaa.—Se separó de mi riéndose.

—Que cansada estoy, ¿vamos?.—Bueno, por no hablar de Sha y All...

—Ahora voy yo, vete con tu amado, no tardo.—Me guiño el ojo riéndose, se marchó de allí y me apoye contra la taquilla.

Sha y All ahora eran como uña y carne, se gustaban y estaban saliendo, y me parecía perfecto, hacían una pareja maravillosa. Por lo visto, Sha le contó todo lo que le había ocurrido a All y este la cuida como si fuera su princesa, y en este caso, lo era.

Mi cabeza ahora, era un remolino de ideas, y tenía que reconocerlo, porque de no ser así, ahora mismo estaría negada contra mi voluntad.

En ese día, Shawn me llevo a la cafetería de la plaza, la más bonita de todas y también la más común. Hablamos de todo, pero sobretodo, nos relajamos.

No le volví a ver desde ese día, y por supuesto que le llame, más de 10 veces, pero no me cogió el teléfono y yo lo di por perdido.

Ahora entendía el porque, estaba con Margo Robinson, otra de las alcahuetas del pueblo, iba de flor puta a flor alcahueta, como avanzas, Chon.

Y no, no estaba mal, estaba feliz, muy feliz, quería irme de vacaciones lejos de aquí, para olvidarme un poco del tema instituto.

Así que guarde unos cuantos de libros y me dirigí a la mística mesa de los "raros incompetentes". El mote lo puso Ally, que te puedes esperar de la alcahueta esa, su cerebro era como una almendra, alargado pero nada consistente.

Me senté en la mesa, esperando a que siguieran a su rollo, pero estos se callaron en cuanto llegue.

—Soltadlo, ¿que ocurre?.—Comí el rico bocadillo que me había hecho Marie, era incomible la comida de aquí, creo que ya lo dije.

HURACÁN © Shawn Mendes. EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora