"Mis propios demonios mataban cada parte buena de mi vida, demoliéndolo todo. Siendo consciente de que todo seguía normal sino me daba cuenta, persiguiéndome"
Era viernes por la tarde. Cuando me quise dar cuenta ya eran las 6pm. Me aburría muchísimo, acabe de hacer los deberes antes de lo que había previsto y ahora no tenía absolutamente nada que hacer. Marcus se encontraba completamente desaparecido ya que ayer se fue de fiesta, me informó de que estaba conociendo a un chico hiper caliente y que hoy me contaría, todavía sigo esperando. A su madre le di el día libre, ya que como no había nada que limpiar y si lo había yo podía hacerlo. Asegurándose de que si necesitaba cualquier cosa, ella estaría ahí para servirme.
All... ¿Dónde estaba All? Ese pequeño imbecil lleva sin responder a mis mensajes desde ayer. Si, era viernes, pero ayer no tuvimos clase porque muchos de los profesores (por no decir todos) se fueron de excursión con otros cursos y como no nos contaron para esa excursión que menos que nos dejasen un día para dormir. Por lo tanto, mi mejor amigo está desaparecido, mi otro amigo también y su madre que es mi única compañía tiene el día libre, por lo tanto, tengo completamente sola la casa para mí. Qué divertido, ¿ahora qué hago yo?.
Descanse la cabeza en el sofá, dejando que el aburrimiento me ganase. No podía seguir así, yo soy mucho más animada e histérica. El timbre de mi casa sonó, dando por divertida mi tarde, abrí la puerta y, en efecto, dejó de ser aburrida.
—¿Alessia Hill?.—Asentí la cabeza, confusa. —Hemos encontrado a su novio tirado en la arena de la playa. Como usted sabrá, está completamente prohibido quedarse en la playa a dormir.—Me mostró a Shawn metido en el coche patrulla, apoyando la cabeza en el cristal, con el vaho que hacía su aliento caliente mientras ponía mi nombre con caritas felices. Asentí— Por favor señorita, que esto no se vuelva a repetir.—Firmó algo y me entrego el papel mientras uno de sus compañeros ayudaban a Shawn a bajar del coche. Estaba muy borracho y apenas se podía mantener sobre sus propios pies. Mire lo que me había dado, genial, una multa de cien dólares por dormir en la playa. ¿A qué tipo de imbecil se le ocurre dormir en la playa cuando está prohibido? Ah si, a Mendes. Le cogi del brazo y le ayude a caminar dentro de mi casa.
—¡Gracias agente!.—Grite después de cerrar la puerta. —¿Estás majara? Podrías haber muerto de intoxicación por el alcohol, o cosas peores.—Se tumbó en el sofá, mirándome y sonriendo.— Estas completamente loco.—me sonrío gracioso, y descubri un corte en su labio.—Ah que encima te has peleado. Esto ya es el colmo.—Me pasee por el salón.
—Shh, nena, cállate. Ven aquí conmigo y cállate.—Abrió sus grandes brazos, negué con la cabeza—Si tú no lo haces me levantare y te abrazare igual, pero vomitando por todas partes.—atropello sus palabras, riéndose como un niño pequeño. Me acerqué a el y el tiro de mi cuerpo para que cayera en el suyo abrazándome por la cintura.
—¿Por qué me has buscado a mi?.—Me aleje de el sentandome y tumbadome con mi espalda en su pecho, el me abrazo por la cintura.
—Tengo sueño.—Respondió, riéndose.
—Necesito explicaciones, Shawn.—Levanto la cabeza y gire la mía para mirarle.—Y yo dormir.—Beso mi cabeza y la volvió a apoyar justo cuando yo miré de nuevo al frente.
Pensaba que me iba a besar, pero no lo hizo, y se lo agradecí mentalmente.
¿Que hacía abrazada a Mendes? Pues... no lo sé. A veces no se necesita la pregunta para saber la respuesta, y la sabía, la sabíamos tan bien que incluso las palabras sobraban, porque primero: el estaba dormido como un tronco, y segundo: estaba completamente borracho.
No quería hablar con el ahora, en su estado, quiero decir. Me parecía una persona razonable en medio tiempo del día, pero por lo demás...
Escuche una respiración muy fuerte y me asuste apartándome de Shawn, se levantó corriendo y salió al baño, depositando en el retrete los litros de alcohol que anteriormente había consumido.
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HURACÁN © Shawn Mendes. EN EDICIÓN
AcciónSus puños eran como acero. Cada golpe que daba, todo se movía a su alrededor, tan demoledor. El no paraba de destruir, hasta que ella llego de una manera tan demoledora y abrumadora que tuvo que controlar sus impulsos. Peleas y más peleas. Ella sol...