14. -Buenas noches, Alessia.

63 11 0
                                    

Todavía no me podía creer lo que había ocurrido, no sabía cómo hacía sucedido tal cosa. No me explicaba nada, y nadie me daba las respuestas que necesitaba.
Muchas veces he pensado en Agne, muchas no, muchísimas.

Quería saber si estaba bien, si todavía recordaba todo lo que hacíamos juntas, las guerras de agua, las risas en momentos inoportunos, pero sobretodo, el amor que nos teníamos la una a la otra.

Apareció en un momento inoportuno, y no sabía porque. Quería reclamárselo, quería saber el porque, ¿porque la veía?, ¿porque me decía eso?, y muchísimos porqués más.

Después de ese día tan rato, nadie me saco el tema, y aún tenía esa incomodidad por ir al baño, así que le decía a Shawn que si me acompañaba, y como a Shawn le daba todo igual, siempre entraba conmigo. Siendo un fuerte y guapo guardaespaldas.

~.~

Mi cabeza dolía esa tarde de miércoles, y tampoco sabía que hacer, ya que hice los ejercicios y estudié. Me tire en la cama, dándome cuenta de que tenía el móvil al lado de ella. Mire conversaciones y más conversaciones, hasta que alguien me habló.

Desconocido:

Gracias por hacer lo que hiciste, por favor, mantenedlo en secreto.

xx, Shadow Woodley.

Less:

No te preocupes, me aseguraré de que Shawn no diga nada, si necesitas algo no dudes en escribirme.

xoxo, Less.

Shadow:

¿Podríamos quedar?

~.~
Me senté en el banco de la plaza del pueblo, esperando a Shadow.

Cuando llegó, nos fuimos a una cafetería. Se veía algo mejor, pero insegura y miedosa.

Nos sentamos una mesa una vez pedido los cafés.

—Gracias... Less.—Me miro, sonriéndome como pudo.

—No es nada Shadow.

—Llámame Sha, por favor.—Y esta vez sí me sonrió. Asentí.—¿Sabes lo que sentí después?.—Espere a que hablara.—Asco, asco de mi misma. Less, me duche doce veces ese día, ¡doce!.—Se tocó el pelo en modo de nerviosismo.—Pensaba que moriría, te lo juro. Me encontraba tan mal. Me drogaron.—La mire y toque su mano en forma de apoyo. —¿Porque me entiendes tan bien?.—Pregunto.

Me atragante con el café, y empecé a toser como una loca.

Cuando me recupere, dijo;—¿Leíste un libro o algo? Se lo conté a mi hermana, pero no me cree que yo no quería eso, que hermana tan buena tengo.—Rio con gracia.—Eres la única que entiende eso. ¿Porque?.—La mire, y me puse tensa.

—¿Era por eso por lo que querías quedar?.—Asintió nerviosa, y respire hondo. Tenía una extraña sensación, sabía que podía confiar en ella, algo me lo decía, alguien.—Bueno, pues...—Tartamudee.

—Si no quieres no lo hagas... solo era para entender la situación. Te prometo que no diré nada si me lo cuentas, y seré tu amiga hasta el infinito.—Levantó las manos, como si le estuviesen apuntando con una pistola, me reí por su ocurrencia tan infantil. Ella también se rió.

—Mi padre, abuso de mi cuando solo tenía ocho años, hasta los dieciséis.—Se quedo helada, y cubrió su boca con las manos.

HURACÁN © Shawn Mendes. EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora