16.- El dinero no compra el amor.

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Pasó un mes desde ese día, las cosas no habían cambiado nada con todos ellos. Excepto Sha y All, que se habían unido más.

Mi madre llegó a casa, pero Marcus y Marie no se fueron, mi madre le puso contrato fijo, así que tenía que aguantar al pesado Black.

Era mayo, el calor no se notaba mucho, estábamos en el norte de Canadá. Y en esta época, había una fiesta muy importante en Treewood.

No teníamos clase durante dos semanas enteras. Descansando, escribiendo, leyendo y escuchando música. Lo que realmente me gustaba.

Mi madre era una auténtica pesada, quería hacer planes constantemente conmigo y yo, sin embargo, siempre le ponía la misma excusa: "lo siento mamá, pero tengo que leer, está muy interesante el libro y para después no me da tiempo." Mi madre asentía, se iba y no se preocupaba de mi más.

Por fi perfecto, no quería hacer nada con ella.

La sensación de que algo estaba a mi lado, de que alguien siempre me acompañaba, era extrema, como cuando vi a Agnes, siempre estaba ahí. Una noche, me desperté con otra pesadilla, y alguien me dijo que estaba ahí, puta paranoica, pensé en aquellos momentos, bueno, y ahora también, pero el caso, hoy intentaré hablar a mi hermana, que estaba muerta.

Bien, vamos avanzando, después al manicomio.

Hoy era jueves por la mañana, no más tarde de las 11am, me senté en el sofá y hable en alto:—Agnes, necesito tu ayuda, se que suena raro, y más que este hablándole a la nada, pero es que quiero saber quién es Alpha. Necesito saberlo. No le he querido dar muchas vueltas, pero ahora mismo, solo quiero saberlo.

"Deberías saber quién es, entonces, no le conoces"

La piel se me puso de gallina, estaba allí conmigo, pero sin embargo, el olor a rancio no estaba.

—No, Ag, te prometo que no sé quién es. Y si es una persona cercana, debería saber absolutamente todo sobre el, porque es un chico, ¿verdad?.

"Si, un chico muy cercano a ti"

—¿No me puedes decir quién es?.

Silencio. Se hizo el silencio.

—Agnes, por favor.—Dije más desesperada después de 2 minutos.

Y en esos momentos, parecía una loca. No hablaba con nadie, ella no estaba.

Me replanteé de verdad si la había visto y escuchado, y también si de verdad podía hablar con ella. Esto es de locos.

O quizás es porque necesitaba un psicólogo por todo lo que me había pasado. O incluso, quizás, estuviese en shock todavía... no lo sabía bien, bueno, ¿cuando sabía yo algo?.

Me levante y decidí darme una ducha.

Llame a Sha después de mi preciosa ducha, y ella no me lo cogió. Llame a All y tampoco, y después me decidí por ir a la habitación de Marcus para molestarlo un ratito.

Llame a la puerta y escuche un extraño:—¡Un momento por dios!.

Me reí, no estaba solo.

HURACÁN © Shawn Mendes. EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora