I: Esa niña, traviesa

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Luego de bastante tiempo es que estoy publicando algo en esta historia, trataré de publicar cada semana, sin embargo no aseguro nada, pero no dejaré tirado esto, ahora se encuentra bien estructurado en mi cabeza.

 "-Hermano... ¿Por qué? - Una misteriosa niña vestida de negro se encontraba a los pies de una tumba con unas rosas tan rojas como la sangre misma.

-Buscaste la venganza aun cuando todo estaba bien... ¡Tú eres la culpable de mi muerte, tú me mataste! -"

La luna alumbraba la fría noche de Londres y en medio de la oscuridad la figura de una pequeña niña vestida de negro apareció, sus ojos tan negros como la noche y vestida de una forma poco usual para alguien de su edad comenzó a pasearse por aquella ciudad que a esa hora estaba desierta.

-Vaya, vaya que tenemos aquí... ___ acaba de llegar- una voz cantarina hizo que detuviera sus pasos y volteara al dueño de aquella voz.

-Grell...- volteó - Pero ¿qué diablos te pasó? Pareces el remedo de una figura navideña-

- ¿¡Qué dijiste?!- la niña comenzó a reírse.

- ¿Qué pasó con el Shinigami etéreo e inalcanzable domador de bestias salvajes que dejé atrás hace años? - se acercó al hombre conocido como Grell y comenzó a jugar con los cabellos rojizos de este.

- ¿Domador de bestias salvajes? Debes estar bromeando- ___ subió la mirada y se encontró con los ojos verde amarillento de su interlocutor.

- ¿Desde cuándo a acá es que te decidiste hacerte crecer el cabello? ¿No se traba con esta cosa que llamas guadaña de la muerte? ¿Cuándo es que modernizaron las guadañas? ¿Sigues siendo un miope? ¿Qué pasó con Will? -

- ¡Ba-Basta! - interrumpió el mayor claramente agobiado por tanta pregunta.

La contraria soltó un bufido y se cruzó de brazos mirando al vacío.

-bah... no importa, de todas formas, ni quería saber- suspiró –debo irme...- Un hombre de cabello castaño interrumpió la conversación.

-se supone que debes estar trabajando, no charlando con el enemigo-

- Will - susurró la azabache –gracias por lo que me toca- miró al cielo – bien me voy, debo ir a visitar a un viejo amigo- sin prestar atención a las palabras de sus acompañantes, emprendió el rumbo hacia el centro de Londres.

Minutos más tarde la pequeña se encontraba frente a una puerta con un enorme letrero que decía "Undertaker" corta ni perezosa entró con una inmensa alegría dentro de aquel lúgubre lugar.

-¡¡¡¡¡UNDERTAKER!!!!!- gritó y el mencionado salió de un ataúd - ¡Waaaa! - saltó al ver a quien llamaba salir como un muerto viviente - ¿Es así como saludas a tus clientes hoy en día? -

-je, je, je ¿Qué tenemos aquí? La pequeña ___~- la sonrisa de este extraño hombre se alargó como el gato sonriente... o... ¿Debería decir como el sombrerero? Bueno ustedes se dan una idea.

-sí, sí como digas, han pasado ¿cuánto? cuarenta años y no has cambiado absolutamente nada y este lugar me trae tantos recuerdos- caminó alrededor mirando los ataúdes y pensando en si realmente eran cómodos para dormir, estuvo a punto de preguntar, pero desechó la idea de inmediato.

- ¿Deseas una taza de té? -la niña asintió y tomó asiento encima de un ataúd de aspecto particular, aceptó la taza que se le ofrecía junto con unas galletas en forma de pescado, no pregunten porqué tenían ese aspecto, a __ realmente no le importaba.

- ¿Qué has estado haciendo durante todo este tiempo? - optó por preguntar para romper el silencio que se había formado de un momento a otro.

- Cómo siempre, vendiendo información a cambio de una buena carcajada- la menor sonrió - ¿Qué hay de ti? ¿Qué hiciste en todo el tiempo que estuviste fuera? -

Entre la Tierra Y El Infierno [Ciel Phantomhive Y Tu] [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora