VI: Esa sirvienta, reencuentro

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La noche llegó a la ciudad de Londres y con ello la figura de una pequeña niña se pudo observar en lo alto de la torre del reloj, una suave brisa pasó y sus negros cabellos se movieron lentamente, sus ojos se desviaron en dirección a las oscuras calles, terminó saltando hacia el vacío.

En ese momento se encontraba un tanto confundida, recordando los sucesos de las últimas semanas sentía que algo había pasado de largo, una persona que conocía su identidad o en cualquier caso alguien que tuvo contacto con ella durante su vida humana, tampoco estaba segura por donde empezar a investigar, cerró sus ojos y la primera idea que tuvo fue ir a la mansión del hombre apellidado "Gray", tal vez, solo tal vez podría encontrar alguna pista.

Una vez llegó miró alrededor buscando algo que pudiera ser de utilidad, en ese momento se encontraba en la oficina del dueño de aquella propiedad, todo se encontraba en silencio y parecía que pronto dicho lugar sería subastado, el señor Gray pasaría bastantes años en prisión por lo que esta enorme mansión pasaría a manos del estado al igual que toda su fortuna.

Black negó con la cabeza disipando sus pensamientos y comenzó a revisar los documentos, cualquier cosa podría servir y esperaba sinceramente que no hubiesen tocado nada durante todo el tiempo que estuvo fuera.

─ Tonta ─ susurró para sí ─ debí venir a este lugar en cuanto me enteré de todo el asunto ─

Rebuscó y encontró una lista de personas que trabajaron con el señor Gray durante el último mes, aparte de encontrar un único sobre que tenía como remitente Conde del Palatinado Zweirbrücken*, ___ revisó el contenido y se dio cuenta que estaba vacío.

─ Maldición ─ masculló entre sus dientes ─ eso significa que alguien más vino o ese hombre quemó la carta ─ revisó algunos cajones más y solo encontró documentos que no le interesaban para nada aparte de una lista con todos los trabajadores de la mansión, se sentó en el suelo apoyando su cabeza contra la pared y suspiró con frustración, le tocaría investigar a cada persona dentro de aquella lista.

Los primeros rayos del sol se hicieron visibles y ella se levantó de un salto, debía volver a la mansión antes de que se dieran cuenta que no estaba si es que era que aún no habían detectado su ausencia. Sacudió su vestido y caminó hacia la salida, en la ventana se podía ver una vaga figura con ojos rojos.

─ Interesante...─ [...]

La mañana comenzó para el joven conde quien al abrir los ojos se encontró con la mirada curiosa de su sirvienta y una misiva reposando en una bandeja frente a él.

─ Buen día joven amo ─

─ umh ─ se frotó el ojo izquierdo mientras que el mayordomo se encargaba de servir el té.

─ El desayuno estará listo en cuanto baje ─ el de ojos rojos sonrió ladinamente mientras le tendía la taza de café, ___ se hizo a un lado y dejó sobre la cama la ropa que el conde se pondría.

─ me retiro ─ hizo una reverencia y salió dejando a ambos hombres solos.

─ ¿Alguna novedad?─

─ anoche salió rumbo a la mansión del señor Gray ─ abotonó la camisa lentamente ─Parece que no encontró algo que pudiera ser de su interés más que unos cuantos documentos ─

─Eso significa que ella está más que relacionada con el misterio de la última condesa Black ─ miró al demonio frente a él ─sigue observando sus movimientos ─

─ si señor ─

El desayuno pasó normalmente sin ningún tipo de imprevisto y tras leer el contenido del sobre, se decidió que partirían ese mismo día rumbo a la ciudad para investigar los misteriosos asesinatos que se dieron de la noche a la mañana. Durante el trayecto el joven Conde se quedó dormido apoyando el rostro en su mano, Sebastián se encontraba mirando por la ventana y ___ leía un libro con tranquilidad, aunque de rato en rato miraba al Phantomhive y un pequeño rubor se extendía por su rostro.

Entre la Tierra Y El Infierno [Ciel Phantomhive Y Tu] [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora