Capitulo IX
¿Deseo o Amor?
Puntual a las 10pm, estaba en la puerta de la casa de Valeria. Se bajó de su auto y tocó el timbre del intercomunicador.
-¿Si? – preguntó una voz desconocida.
-Buenas noches, vengo por Valeria. Soy Alejandra San Román.- le dijo al aparato.
-Buenas noches, pase.- un pitido sonó e inmediatamente el portón enorme y elegante se abrió, dejándola pasar. El camino la condujo hasta la puerta de madera de la residencia. Una mujer con vestimenta de servicio la esperaba ahí.- Tome asiento.- pidió amable cuando la llevó a la sala.
-Gracias.
No habían pasado ni cinco minutos cuando escuchó unos taconazos acercándose. Se puso de pie para recibir a la chica pelirroja, quien en cuanto la vio se le echó a los brazos.
-Que bien te ves.- le sonrió pícaramente mientras la analizaba. Ella se había puesto unos jeans, camisa azul, zapatos negros y chaqueta del mismo color.
-Gracias, tu te ves estupenda.- Valeria tenía un vestido corto, negro con blanco y tacones negros. Su maquillaje era discreto pero resaltaba su belleza y su cabello rojo... ¡Wow!
-¿Nos vamos?
En esa ocasión no llevó su auto, pues se había dado cuenta que a la pelirroja todo ese asunto de los guardias le encantaba. Y no falló pues Valeria se veía emocionada. Según le dijo la chica, un amigo suyo inauguraría un nuevo antro, lo más exclusivo de la ciudad. Como era de esperarse el lugar estaba en el norte, las luces llamativas hacían que el antro se distinguiera entre los demás negocios a la redonda. La camioneta pasó despacio por la entrada del lugar. Ahí un chico del ballet se encargó de abrirles la puerta, mientras por protocolo, Fausto se llevó a estacionar el vehículo y Milo las acompañó a ellas. Caminó junto a Valeria y se preguntó cuanto tardarían en entrar, pues había una fila enorme.
-Hay muchísima gente...- Eso la incomodaba un poco, odiaba los lugares con muchas personas.
-Es la inauguración más esperada del año. Ven.- La pelirroja la tomó de la mano y la guio hasta el principio de la fila. Ahí estaba un cadenero musculoso y con cara de matón.- Valeria Demonte y Alejandra San Román.- Le dijo al hombre. Enseguida, el tipo las dejó pasar. Se escuchó un abucheo de parte de las personas que seguían esperando.
-Entramos rápido.
-La ventaja de ser quienes somos.- Se quedó callada debatiendo con ella misma si eso era correcto o no.
-Espera...- le pidió a su amiga y se giró la hablar con Milo.- Sé que tu trabajo es estar pegado a mi pero... esta chica en verdad me gusta. ¿Podrías darnos espacio?- El hombre sonrió ligeramente y asintió.- Gracias.
Las luces la cegaban y la música estaba súper fuerte. Apenas veía por donde caminaba, las pinches luces blancas siempre la habían mareado y ahí parecía que habían mil luces de esas. Así que confió en la visión de Valeria y se dejó llevar y arrastrar entre la multitud de gente. Le pareció ver a la pelirroja saludando con la mano a varios de sus amigos y brincar de emoción al ver a alguien. Caminaron hacia una mesa donde estaban algunos chicos de la universidad. Ella ya conocía a la mayoría de ellos.
Después de estrechar manos y dar besos se sentó entre Valeria y Nadia. Dijeron que los tres mejores DJ's de la ciudad, tocarían. La mesa estaba llena de copas y botellas. Valeria enseguida se sirvió vodka.
-Alejandra, ¿Te sirvo algo?- le ofreció Valeria.
-Eh, no. Solo quiero soda.
-Anda, solo una copa.- insistió.
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De Aristocracia y Otras Estupideces.
RomanceA sus veinte años, Alejandra no conoce a su padre, pero esa situación pronto cambiará. Por diversas circunstancias tendrá que mudarse a la casa de su familia paterna y vivir con ellos ocultando su verdadera identidad, ya que el prestigio de los San...