Capítulo XXVIII
Nunca subestimen a un Guillermo.
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******CRIS*******
-¡¿Eso te propuso?! ¡Cínico maldito!- Exclamó su tía verdaderamente furiosa. Acababa de comunicarle a su madre y a Angie lo que Tomás le había dicho en su visita.
-Hija, necesitamos un plan.- Opinó su mamá, dando vueltas por el despacho.
-Sofía, ¿te parece si sacamos a Memo y a Sofi del país mientras esto se calma?- Preguntó Álvaro.
-No. La familia debe estar unida. Las personas nos apoyan... hay que pedir su ayuda.
-¿Crees que la Corona escuchará? A esos engreídos no les importa nada.- Intervino Angie.
-Cristina, ¿cómo se llama aquella chica de Cáliz de Toledo? La del video...
-Cindy, ¿por qué?- Sintió una punzada de adrenalina al ver la expresión astuta de su mamá.
-Porque hay algo con lo que la Corona no cuenta... La independencia de Castilnovo.
-Estás bromeando, ¿verdad?
-Claro que no. Todos sabemos perfectamente que el condado es autosuficiente, no necesitamos a la Corona.
-La Corona nos da protección militar. Si nos declaramos independientes, los militares tomarían el control del condado. No tenemos nuestras propias fuerzas armadas.
-Sí las tenemos. Recuerda que todos los militares destinados al condado, son originarios de aquí, ¿a quién crees que jurarían lealtad? ¿A un rey que vive a miles de kilómetros o a tu padre?
-Sofía, creo que eso es casi imposible.- Opinó Álvaro.- Para hacer algo así necesitaríamos que todas las poblaciones del condado se declararan independientes, además de una sesión extraordinaria de la cámara de representantes proclamando la independencia y el cambio de denominación territorial.
-¿A reino?- Quiso saber.
-No. No alcanzamos el tamaño requerido... seríamos un ducado.
-Pues yo no creo que eso sea imposible.
-No es imposible, pero necesitaríamos mucho tiempo para hacer eso, además de varios aliados políticos que en este momento no tenemos.- Sentenció Álvaro.
-Yo solo sé que mi esposo y Alejandra llevan horas detenidos. No pienso quedarme sin hacer nada.- Nunca había visto a su mamá así.
-Podríamos sacudir un poco las cosas, ¿no?- Intervino.- Una vez lo dijo Alejandra: Si Tomás quiere tanto al condado, hay que arrojárselo encima.- Se apresuró a buscar el número en la base de datos...
-¿A quién le llamas?- Quiso saber su madre, mientras marcaba desde su celular.
-Hola.- Escuchó al otro lado de la línea.
-¿Cindy?
-Sí, ¿Quién eres?
-Soy Cristina San Román.- Escuchó mucho movimiento.
-¡Condesa! ¡Que honor! ¡¿Le puedo ayudar en algo?!
-Me puedes ayudar en mucho. Creo que sabes del arresto de mi padre... Necesito que Cáliz sea nuevamente nuestro salvador. Tal vez sea más apropiado hablar esto en persona, pero me es imposible viajar a tu ciudad en este momento. Intentaré ser clara en esta llamada...
-Pero, condesa... estamos todos aquí.- Escuchó a Cindy algo confundida.
-¿Aquí? ¿Aquí donde?
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De Aristocracia y Otras Estupideces.
RomanceA sus veinte años, Alejandra no conoce a su padre, pero esa situación pronto cambiará. Por diversas circunstancias tendrá que mudarse a la casa de su familia paterna y vivir con ellos ocultando su verdadera identidad, ya que el prestigio de los San...