Necesito Esta Noche

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Había pasado una semana desde que llegue a la casa de los depp. Todo transcurría normal, sus padres eran muy amables conmigo y tenían atenciones muy lindas. En cuanto con Johnny nuestra relación mejoro, el me llevo al doctor días después para que checara mis golpes y aunque el doctor dijo que habían sido golpes duros, no eran de gravedad.

Esta mañana ayudaba a la señora depp, a preparar el desayuno antes de que todos se fueran a trabajar o hacer sus labores.

- Es una increíble mañana ¿no?

- Si, tan increíble que dan ánimos de salir a trabajar. - dije mientras ponía los platos en la mesa.

- Sabes, debbie me dijo que la otra noche los vio a ti y a Johnny aquí en la cocina.

- Oh eso...

- No tienes por qué explicármelo, tú y mi Johnny hacen una linda pareja. Y sé que como están las cosas hay demasiadas tentaciones de por medio...

- No enserio, señora yo...

- No te preocupes, esta será una charla solo entre nosotras... solo te diré que mi Johnny siempre fue un chico demasiado tímido, me alegra saber que ahora está experimentando cosas nuevas, pero me gustaría que tuvieran sus precauciones.

- En serio señora. - dije apenada y a este punto roja de la vergüenza. - pero, Johnny y yo no hemos...

- Tranquila, sé que no es fácil de confesárselo a tu suegra, pero...

- Buenos días. - hablo Johnny.

No podía respirar, estaba más que avergonzada por la profunda platica que tuve con la señora Betty. Mire a Johnny que me miro algo raro tal vez por lo sonrojada que estaba.

- ¿pasa algo? – dijo Johnny

- No nada, iré a cambiarme para ir a la escuela. - dije sin más y subí a mi habitación.

Ya en ella, respiré hondo y me dispuse a calmarme. Betty era una señora bastante sincera y no sabía muchas cosas de sus hijos. Pero simplemente era adorable cuando suponía saber sobre las relaciones amorosas.

Me estaba poniendo mi blusa cuando alguien toco la puerta. Le permití el paso y Johnny con una cara totalmente roja entro a la habitación.

- Oye, solo venía a...

- Tranquilo, sé que tu madre no sabe nada y solo ha sido algo de amor de madre.

- Gracias... mama puede ser un poco entusiasta en esas cosas

- Tranquilo... y bueno ya que estas aquí, tengo que decirte que tengo que trabajar esta noche

- ¿Joaquín te volverá a dar el trabajo?

- EE., algo así. Es una cosa totalmente diferente

- ¿robaras?

Mire a Johnny, él no me miraba directamente, sus ojos miraban su mano que jugaban entre sus piernas. Me senté junto a él y suspiré.

- No quisiera hacerlo, pero necesito el dinero pronto

- ¿Cuánto?

- No quiero que me lo des tú, ya no

- Eso no me importa a mí, puedo darte parte solo dime cuanto

- No John, casi consigo todo. Solo necesito un poco mas

Johnny me miro y después se levantó.

- Veré que le diré a mama

Y con eso John salió del cuarto. Más tarde ambos nos subíamos al auto, ambos simulábamos ir a la escuela, pero Johnny me dejaba en una cafetería que se había convertido en mi trabajo y después él se iba a la escuela. Entre a la cafetería y me puse mi uniforme, saludé a mis compañeros y me dispuse a trabajar.

El café era uno muy popular, casi siempre teníamos gente. Hoy parecía ser un día bastante aburrido pues no había casi gente. De repente un grupito de chicos entro haciendo sonar la campanilla que colgaba en la entrada.

Sus ojos color chocolate y los míos se cruzaron, ¿Qué diablos hacia aquí? Ruby reía por algo que dijo uno delos jugadores de futbol sin notar mi presencia. Finalmente se colocaron frente al mostrador y sus ojos azulados me vieron con tal desagrado como los míos la veían a ella.

- Hay, por dios... sabía que este lugar no era para nosotros.

- Disculpe, pero no se admiten mascotas. - dije limpiando el mostrador.

- ¿Acaso estas ciegas?, no traemos mascotas

- Oh, lo siento, pensé que traían un pato al ver esas patas y los graznidos que soltabas

Ruby quiso lanzarse encima del mostrador, pero Johnny la detuvo.

- Detente no vale la pena

- 4 lates y rápido

Finalmente, la bolita se fue a una mesa que se encontraba frente al escenario, mientras yo me encargaba de la orden. Marco era uno de los meseros y era bastante amable conmigo, él se acercó dejando sobre el mostrador unas tazas vacías.

- ¿Quiénes son? – pregunto

- Solo unos creídos

- Quieres que haga algo divertido esta noche

- Supongo que no estaría nada mal, nunca tuve una noche tan aburrida como la de hoy.

Marco tomo los lates que había preparado y los llevo a la mesa. Sin embargo, el ya tenía mucha comunicación con otros meseros y con solo un movimiento de cabeza, hizo que uno de ellos pasara junto de él y chocara "accidentalmente" con él, haciendo que los lates cayeran sobre rubí.

Rubí grito y pataleo antes de salir del restaurante, el gerente salió minutos después a hablar con ella y finalmente regreso.

- Sé que fue un accidente, pero ni una más. - le dijo a marco

Cuando el gerente se dio la vuelta, marco y yo nos echamos a reír a carcajadas.

JUGANDO A SER NOVIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora