Un Amor En Cartas

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En la cárcel había una famosa historia que todos contaban cuando entre. Muchas de las presas estaban muy al pendientes de mi historia con Johnny, y la noche del baile me habían contado esa bbela historia.

Trataba sobre una mujer ciega que estaba enamorada de su mayordomo, ella se había enamorado de él por su bella voz, pero no sabía cómo expresarle su amor. Así que todos los días escribía cartas en braile para su enamorado y las dejaba en su cómoda que estaba a un lado esperando el día en el que tuviera el valor de dárselas a esa persona especial.
El tiempo pasó y su mor siguió siendo secreto, pero una noche cuando ella regresaba de una cita médica, tuvo un accidente del que no pudo salir. Al estar sacando sus cosas el mayordomo encontró las cartas. El no sabía que decían y tampoco si eran para el, pero las guardo, porque eran de la dueña de su corazón.
Tiempo después cuando el ya era mayor empezó a perder la vista, hasta quedar completamente ciego. Tra sin par de años más donde aprendió el sistema braile, tomo las cartas y leyó cada una. Pronto se reunió con su amada, que le había escrito esas cartas cuando pensaba que no sería correspondida.

Y después de unos días, esa historia pasaba por mi mente. Y esa noche escribí una carta, era para Johnny, porque no quería que olvidara que lo amaba, que yo sentía algo por el, y que no iba a cambiar.

Esa fue la primera vez de tantas noches que le escribí una carta, cuando el venia a verme se las daba y al día siguiente recibía respuesta de él.

Eso siguió día con día, hasta que las visitas de Johnny comenzaron a ser menos regulares, el decía que su padre había enfermado y que tenía que dividir sus días entre su padre y yo. Entendí toda esa situación, pero al poco tiempo, en una tarde de visitas paso algo que nunca me imagine de él.

Esa tarde como todas vinieron por mi a la celda, estaba feliz porque desde hace un mes me habían dado una buena noticia que sabía que alegraria a Johnny . Me llevaron a la sala de visitas, Johnny ya estaba ahí, con esos ojos cansados que se le veían hace un par de días, su cabello desarreglado como me gustaba, pero venía más cabizbajo de lo habitual.  Me senté frente a él, e intenté hacer como si no me hubiese dado cuenta.

- Hola, me alegra verte. - dije sonriente

-Si...- me miro y sabía que una mala noticia vendría, así que intenté evitarla a toda costa

-Toma. - le dije extendiendole una carta. - la escribí anoche

-Gracias, tengo que decirte algo

-Te veo angustiado, ¿pasa algo grave?

-Papá se puso grave anoche, los doctores piensan que no pasara de esta semana. Hace unos días me pidió que me encargara de la empresa

-Lo siento muchísimo amor. - dije tomándole la mano.

-Gracias, ayer llevamos al notario al hospital para que hiciera lo correspondiente con la empresa y se pusiera a mi nombre, pero antes teníamos que hablar con el socio de papá. El acepto que la empresa se pusiera a mi nombre, con una sola condición.

Senti el miedo recorrer mi espalda, era frío y con un hormigueo horrible. Cuando toque la mano de Johnny acariciandola con mis dedos, sentí lo que intentaba decirme.

Un anillo se posaba en su mano, lo mire y por un momento pensé que diría que no era lo que pensaba pero solo argumento un "lo siento".

- Te casaras.- dije afirmando lo que el ya había dicho.

- Es la vida de papá, lucho tanto por eso, que no puedo renunciar a ello.

Le solté la mano y me recargue en el respaldo de la silla. No sabía que me estaba pasando, las lágrimas estaban en mis ojos, pero el cosquilleo frío, se volvió un dolor ardiente.

-Vete, es tu familia, debes hacerlo. Gracias por todo.

Estaba apunto de levantarme, cuando Johnny tomó mi mano.

-Entiende que te amo, pero necesito hacer esto, o todo el legado de mi familia se va al caño.

-Entiendo, espero seas feliz.

Me levante de esa silla, y me fui a mi celda el dolor que estaba sintiendo se volvió tristeza y solté a llorar. Estaba pasando, Johnny me estaba dejando

Narra Johnny.

Todo se estaba volviendo más abrumador de lo normal. Papá estaba más grave, y mamá sólo estaba dispuesta a atenderlo. Hace una semana que había dejado de ir a ver a TN, no quería destrozarla más de lo que ya estaba. Mañana me casaría con Miranda, la hija del socio de papá. Ella era linda y era muy buena, pero simplemente no podía amarla.

Tome el traje que Debbie había preparado para mi.

-Se que no quieres hacerlo, pero agradezco que aun así lo harás. TN...

-Ella, ya lo sabe. Quiero dejarla fuera de este asunto.

Con eso solo di media vuelta y salí de ese cuarto. Quería dejar a lado todo lo que me recordará a TN, iba a empezar una nueva vida, le gustara o no a mi corazón.

En eso cuando metí la mano en mi chaqueta, encontré la carta que TN me había dado. La mire dudoso, y la puse en la caja donde estaban las demás cartas. Luego colgué el traje y salí de ahí.

JUGANDO A SER NOVIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora