Haciendo una gran bomba

312 33 1
                                    

Estaba parada en el estacionamiento fumándome un cigarrillo mientras esperaba a Johnny. El chico era bastante torpe, pero a pesar de ello, veía que él tenía una gran herida dentro. Tenia sed de venganza y estaba dispuesto a hacer todo por tenerla.

- ¿Qué hace Dina aquí? – dijo Joaquín mientras se ponía a mi lado fumando un cigarrillo.

- Hoy me estreno como maestra para conducir motos. - dije mirando a la moto negra que se encontraba estacionada.

- Hace cuanto que no la veo

- La mande a reparar, después de la última vez, me dijeron que nunca saldría para correr, para mí eso era imposible. He gastado cada centavo solo para repararla

- Me alegra verle de nuevo, debo ir a vigilar a las chicas, a veces esos patanes les gusta molestarlas.

Con esto Joaquín se adentró en el lugar. Mire como un taxi llegaba frente al estacionamiento y del bajaba, Johnny. Con su nuevo look, él se veía tan sexy como un stripper. Me fui acercando a la moto conforme él se acercaba a mí.

- Hola, siento a verme retrasado

- Eso no importa, te presento a dina. - le dije mostrándole la moto

- Grandiosa en verdad.

- De acuerdo te enseñare a manejarla, solo tengo un par de reglas, número uno dina es muy especial, así que evita hacerle daño. Número dos, mientras estemos haciendo el trabajo los dos, te harás cargo de ella, y número tres... la destruyes y te destruiré la cara.

- De acuerdo entiendo.

Finalmente, pasamos a las lecciones, el chico empezó siendo torpe, pero conforme avanzaba se volvía ágil. Al cabo de las cinco el chico ya tenía dominado lo básico de una motocicleta.

- Con esto será más que suficiente para nuestra entrada triunfal mañana.

- ¿Qué haremos?

- Te lo iré diciendo conforme lleguemos.

El chico se llevó la moto, prometiendo venir a recogerme el día siguiente. Yo entre al lugar haciendo mi trabajo. Después de una sesión de baile tome todo el dinero que había conseguido. Me dispuse a pasarme por las mesas, los hombres eran unos locos cuando sabían que eras únicamente para ellos.

Pasaba junto a las mesas vip antes de escuchar esa voz, la voz que en sus días me hizo la vida imposible. Una voz que solo anunciaba una neblina negra en mi vida.

- Es bueno verte caramelo.

Narra Johnny.

Al día siguiente, me levanté temprano me dispuse a arreglarme tan bien como podía, y finalmente Salí de casa. La moto la había escondido en la casa de los chicos, pues si mis padres lo veían seguro la venderían solo para que yo no me subiera. Adam llego temprano a mi casa con la moto, estaba emocionado.

- Hombre esta moto es genial, deberías decirle que te la venda.

- Si, ahora déjala. Tengo que ir por ella.

- ¿Cómo te llevas con ____?

- No lo sé, ella solo ve la plata sabes

- No te hagas a ideas malas. Ha tenido una vida difícil, hoy en día está llena de problemas y necesita salir. Pero es buena persona, si la conocieras como nosotros lo sabrías.

- Tendrás que contarme la historia pronto, ahora tengo que ir por ella o me matara.

- De acuerdo.

Me fui en la moto, realmente se sentía tan bien conducir una. Cuando llegue frente al trabajo de ___ la espere fuera. No tardo mucho, pero era impresionante el cambio, llevaba el pelo suelto, unos jeans casuales y una blusa discreta, aunque bastante... sexy. Me sonrió en cuanto me vio.

- Gracias por cuidar de dina. - dijo mientras observaba la moto.

- Si... por nada... ¿puedo preguntar qué haremos?

- Espera solo un poco mas

Ella se subió a la moto y yo fui de regreso a la escuela, unos metros antes de que llegáramos al estacionamiento escuché que ella me hablaba.

- Cuando lleguemos, haremos como que estamos platicando románticamente, solo sígueme la corriente ¿de acuerdo?

- Solo asentí confirmando que la había escuchado.

Finalmente me estacione, y ella se bajó.

- Recárgate en la moto. - dijo ella susurrando, sin dejar de sonreír.

Hice lo que me pidió y me recargue en la moto, ella se acercó y poso sus manos por mi cuello.

- Tómame de la cintura. - dijo ella mirándome y aun sonriendo

- ¿Qué? – pregunte algo aturdido por el momento

- Que pongas tus manos en la cintura. - dijo ella haciendo como si tuviéramos una plática romántica, cuando lo hice ella continuo. - de acuerdo, ¿la ves cerca?

Miré tan disimuladamente como pude, y si efectivamente, ellas venían hacia donde estábamos, inspeccionando porque había tanta conmoción.

- Si, ellas vienen hacia aquí

- De acuerdo es el momento, bésame

- Es solo que yo...

Y sin más me beso, ella comenzó el beso tan suave. Sus labios jugaron con los míos como si todas nuestras vidas hubieran estado unidas. Me deje llevar por el momento y pose una mano en su cara haciendo que ella quedara más pegada a mí. Cuando ella se separó por falta de aire, la miré y sonreí. Ella hizo lo mismo.

- ¿Nos están viendo? – pregunto

- Toda la maldita escuela esta atónita. - dije mientras le sonreía

Ella me tomo de la mano y me llevo por el pasillo que conducía a las escaleras principales. Pasamos junto a las tres, quienes me miraron como si fuese la séptima maravilla del mundo. Esto comenzaba a agradarme.

JUGANDO A SER NOVIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora