Capítulo 1

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No paraba de observar mi pelota de baloncesto, la llevaba entre los brazos. Dirigí mi vista a los asientos traseros del coche, mirando mi guitarra acompañada por el transportín de Romo y trastos de valor e indispensables como una mini nevera, sacos de dormir... Suspiré y dirigí mi vista a mi madre; estaba concentrada en la carretera, llevábamos en la autopista por una hora y en el coche todo el día, nos mudábamos.

Debía reconocer que en un principio la idea me gustó, me emocionó incluso pero, me tuve que despedir de mi calurosa vida de Texas para iniciar una nueva, fría, en Utah...  No quería, simplemente no quería, me tuve que despedir de mis amigos de allí para siempre, nos podríamos volver a ver pero, a saber cuándo sería eso, nos separaban más de  mil kilómetros de distancia. Así es, unos 1300 kilómetros separaban San Antonio de Lake City, lo que en un tiempo sería mi nuevo hogar.

El camino se había hecho bastante largo, pero por suerte ya estábamos en la última parte del recorrido. Era por la tarde y 50 kilómetros nos separaban de la ciudad, o pueblo...o lo que fuera. A decir verdad tenía miedo de bajar del coche y encontrarme con cuatro aldeas. Sonreí ante ese pensamiento... Saqué el móvil de mi bolsillo, echando la pelota a mis pies y entré en mis redes sociales, estaban muertas. Ni rastro de mis amigos, ellos posiblemente estaban en la calle, jugando y mientras yo, rumbo a otro sitio, sólo y en un coche encerrado por horas.

Finalmente llegamos a la ciudad, tras pasar algún que otro bosque. Quedé estupefacto; era una gran ciudad, tenía edificios como rascacielos, oficinas. Peor a la vez era un pueblo; rodeado de montañas, con casas rurales y un gran lago en lo que parecía el final del valle. Se podía notar el frío, la temperatura cambió en cuanto las montañas, que estaban mayoritariamente blancas, nos rodearon. Abrí mi boca, era la primera vez que veía la nieve

—Es bonita, ¿Verdad Austin? —Rompió mi madre el silencio al verme pegado a la ventanilla, yo solo asentí. Siempre había contemplado la nieve en vídeos y fotos, pero nunca había tenido la suerte de verla en persona, ¡hasta podríamos hacer snowboard! Era un deporte que me llamaba la atención tras el skate...  —Es bueno verte así de emocionado después de dos días en los que hemos estado en el coche—dijo, yo me incorporé de nuevo y la miré, creo que la sonrisa aún estaba en mi cara, el frío sería soportable si podía ver esto todos los días.

Tras atravesar toda la ciudad, llegamos a la parte más "rural", eran casitas separadas con un aire más rústico, cerca del lago. Me gustaba nadar pero ni loco me metería a eso en el lago, de hecho creo que a no ser que tuvieran una piscina climatizada no volvería a tocar el agua a no ser que fuera la de la ducha o el baño... Llegamos a la nuestra, el número trece, aparcó el sitio correspondiente mientras yo observaba la casa. En la plaza del garaje podría poner mi propia canasta para el baloncesto.

Salí del coche, apreciando más la casa de cerca; de dos plantas y posiblemente con buhardilla,  la fachada era de ladrillo, o eso parecía, tenía varias ventanas y un ventanal que se extendía hasta el segundo piso al lado de la puerta de entrada. Miré el jardín; a Angel le habría gustado esta casa, no sólo por las montañas, si no por el amplio jardín, no disponía de eso en la otra casa... Decidimos entrar; un recibidor grande, que tenía la escalera al fondo y un montón de puertas, las cuales daban a la cocina, al salón y a una habitación amplia. El salón daba al baño que estaba conectado con la habitación también. Mientras que mi madre miraba  la habitación, con intención de usarla para sus cosas yo subí, el segundo piso era más pequeño; según subías tenía una puertecilla en el techo, que daba a la buhardilla. Había varias habitaciones arriba, como tres, y otro baño... Fui mirando de habitación en habitación y escogí la más luminosa, no era la más grande, pero me serviría.

Mi madre miró la casa y tras colocar lo poco que traíamos en el coche  y el remolque, sacamos los sacos de dormir y los extendimos en el salón, solté a Romo y él enseguida se puso a curiosear cada centímetro de la casa...

Mi madre metió el coche en el garaje y yo aproveché la plaza para salir con la pelota de baloncesto, no tendría canasta, pero podría jugar un poco dando botes y botes y corriendo de un lado a otro, eso era una de las cosas que más me divertía, perder la noción del tiempo mirando el balón, jugando con él. Era lo que me pasaba con la música; cada vez que tocaba un acorde, cantaba una canción o componía, me sentía en otro mundo, sentía el tiempo pararse, hasta que entonces me daba cuenta de la hora que era porque mi madre me llamaba, soy un poco despistado con eso...

Tras un rato de correr de un lado a otro con la pelota me cansé y me senté en el bordillo de la acera, pensando en lo tonto que había sido por dejar el skate  en el camión de la mudanza, a saber cuando venían y yo sin skate, no tenía ganas de estar con la guitarra hoy, y aún era pronto, por lo que opté por seguir jugando, haciendo lanzamientos a la nada hasta que entonces, sentí la mirada de alguien clavada en mí, lo quise ignorar y seguir jugando pero poco a poco me desconcentraba, logrando que perdiese la pelota varias veces... Miré hacia ambos lados y, en el derecho, había un chico mirándome desde el porche de su casa, no apreciaba mucho a esta distancia y tampoco me quería quedar mucho viéndole, pude apreciar que su pelo era castaño, vestía con ropa suelta y creo que sonreía al verme. Incómodo por aquella situación, tomé la pelota y entré en casa, me quité el abrigo y lo dejé en la barandilla de la escalera

—Austin, cariño, si vas a jugar baloncesto al menos hazlo antes, es muy tarde y aquí hace mucho frío, no te viene bien estar sudando en la calle—me dijo, yo asentí

—Ya lo sé, esto no es Texas...Pero es que necesitaba correr, moverme, llevo dos días sentado en el coche...—Me excusé, ella sonrío y me dio la cena. Se puso a leer un libro y yo a falta de televisión, me quedé con mis pensamientos y, a pesar de que no le di importancia me vino ese chico, el vecino, ¿por qué me estaría mirando con tanto interés?

Los acordes del amor [Justin Bieber x Austin Mahone / Austin x Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora