Capítulo 2: Un Príncipe Malcriado

1K 63 18
                                    

Una chica, de unos 11 años, caminaba por todo el jardín del castillo de Auradon con una mirada furiosa.

-¡¡Ben!!-le gritó la chica, al ver toda su ropa colgada de un árbol, llena de comida de perro y unos perros saltando para comérsela.

El príncipe estaba sentado una rama más arriba de donde tenía colgada su ropa, se reía al ver como su prima trataba de separar a los perros de ella.

-¡Tía!¡Tío!-volvió a gritar y esta vez los padres del castaño salieron al jardín confusos.

-¿Qué pasa, Joseline?-preguntó Bella sorprendida observando a los perros.

-Miren lo que hizo Ben-señaló a los perros-, toda mi ropa está destrozada.

-¡¡Benjamin!!-gritó su padre acercándose al árbol, Ben lo observó con una mirada cansina y bajó del arbol.

-¿Qué pasa, padre?-le dijo con inocencia mientras cruzaba sus manos frente a él.

-¿Por qué hiciste eso?-fue más un grito que una pregunta.

-¿Yo?-hizo cara de herido-Sería incapaz de hacerle eso a mi prima.

-Ahora resulta que a los perros se les ocurrió sacar toda mi ropa y condimentarla con comida.-Le reprochó Joseline con la cara roja de furia.

-Es la verdad, no sé que ha pasado-les sonrió tiernamente mientras se mostraba apenado.

-Joseline, ¿podrías dejarnos a solas un momento?-miró a su tío y de mala gana aceptó volviendo al castillo.

-Ben, ya has llegado al limite de tus bromas.-le reprochó su madre.

-Bueno, tal vez hice esta, pero podemos reponerle la ropa. Somos la familia real, tenemos montones y montones y montones de dinero.-respondió despreocupado mientras alzaba los hombros.

-Ese dinero no es de nosotros, es del pueblo. Ya lo sabes, Ben.-su madre lo vio seria mientras cruzaba los brazos.

-Es lo mismo.

-Ben, ya nos cansamos de tener que reponer todo lo que destruyes por tus bromas, hemos hecho de todo y no entiendes nada.

-Entonces dejen de hacerlo.-se paso una mano por su cabello.

-No hijo, tu debes aprender, no valoras todo lo que tienes. No puedes ser rey algún día si sigues así, ¡destruirias el reino!

-Ben observó a su madre y sonrió, aunque solamente parecía que sus labios fueron los únicos en moverse- ¿Quién dice que me importa?

-Ya basta, Benjamín, aprenderás a valorar todo lo que tienes.-Bella miró a Adam de manera preocupada, hace tiempo habían hablado de eso. No pensaba que su esposo realmente lo tomaba en serio.

-Por eso te enviaremos a...-su madre tomó aire, incluso se veía apenada- A la isla de los perdidos.

-¿Que? ¡No soy un villano!

-No levantes la voz con nosotros, jovencito.-reprimió Adam observando la desesperación en su hijo.

-¡No pueden hacer eso! Hay villanos, ellos nos odian.

-No estas muy lejos a parecerte a ellos.

-¡Adam!-reprocho su madre-Te quedarás con un... Amigo.

-¿Con quién?¿Jafar?-bromeó aunque no tenía ningún rastro de humor en su voz.

-Gastón.-respondió su madre.

-Ya matenme.

-En unos minutos llegará la limusina por ti.-Anunció su madre mientras guardaba su teléfono mientras se iba hacia el castillo.

Descendientes: Antes y después de Auradon [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora