Capítulo 6

749 49 29
                                    

Al día siguiente, los dos chicos se levantaron de sus camas, era fin de semana y Ben estaba dispuesto a ganar la apuesta. Los dos se cambiaron y bajaron a desayunar con más energía de la debida.

—Niños, ¿por qué tan emocionados?

—Por nada.—respondieron al mismo tipo. Gastón solo pudo pensar en una cosa.

Peligro.

Se sentaron y comenzaron a comer, cuando terminaron lavaron los platos, cosa rara en Ben, al parecer estar con Daniell le hacía bien. Y antes de que Gaston pudiera darles una advertencia por lo que sea que fueran a hacer, huyeron de él.

—¡Adiós!—los dos salieron de la casa rápidamente.

—Daniell, la buscaré.—Ben se desvió de la calle principal, ganándose una mirada confusa de su amigo.

—¿A quién?

—Tú a quién crees.—respondió Ben con cara de fastidio.

—Aah sí, está bien, yo veré qué hago. Por cierto, sí se acerca Jay, cuida bien tus cosas.—Daniell lo señaló y comenzó a caminar por otro lado.

—Está bien.—respondió un poco confundido pero siguiendo por su camino de la otra vez. No encontró nada.

Algo decepcionado caminó por todas las calles que conocía, hasta llegar a una esquina con una luz al final. Caminó con curiosidad hasta el final, que realmente estaba muy lejos y no lograba distinguir la distancia por la luz cegadora. Pero una vez llegado al final, vio algo muy extraño. Se veía Auradon, bueno una parte lejana, se veía el campo de fuerza con su color dorado, por alguna razón le daba un poco de sol a ese pedazo donde el estaba parado, solo a ese pedazo, además había árboles. Era muy raro ver eso.

Siguió caminando hacia la barrera, topandose con el océano, por alguna razón el agua que rodeaba la isla era de un color oscuro. Mientras el castaño disfrutaba de la vista escuchó un ruido a lo lejos, volteó y vio entre los árboles una cabellera morada, donde su brazo iba y venía.

Él se fue acercando y la observó con curiosidad, estaba pintando algo muy diferente a los graffitis que el había visto cuando llegó a la isla.

—Hola.—Mal quitó su dedo del botón y se giró. Esa fastidiosa voz.

—Tú, de nuevo.—puso los ojos en blanco.

—Vengo en son de paz.—levantó ambas manos.

—Como sea.—volvió a pintar.

—Lamento no haberme presentado, me llamo...

—No me interesa.

—Uhm...¿Cuál es el tuyo?—ella no respondió, Ben sólo observaba incómodo, hasta ver el dibujo que la pelimorada hacía—. Es muy bueno.—caminó mas cerca observándolo.

La niña lo observó unos minutos, analizando su rostro en busca de algún plan macabro. El chico sólo alzó los hombros y negó levemente, como sí hubiera leído sus pensamientos.

—¿En serio lo crees?—Mal regresó su vista a la pared y caminó hacia atrás para ver el graffiti mejor—. Le hace falta algo.

Ladeo la cabeza buscando alguna idea. Por alguna razón ese lugar la hacía sentir tranquila y se sentía normal, no sentía esa maldad que siempre sentía con todos.

—Tal vez podrías pintar un cielo azul en lugar de uno gris.

—No lo sé, sería alg...—por un momento olvidó con quién estaba pero luego lo recordó— ¿Y tú qué haces aquí?—frunció el entrecejo.

Descendientes: Antes y después de Auradon [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora