Capitulo 16

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Hoy hay mucho revuelo en la oficina, hoy vendrá un cliente muy, muy importante y todos están como locos. Hugo me hace repasar los informes del caso Fitzgerald como unas seis veces, resoplo y vuelvo una vez más a llevárselos a su despacho. No llamo, ya no, una de las muchas cosas que han cambiado.-
- Toma. Tengo muchas cosas que hacer.
- Espera, espera... Voy a revisarlo.
- Hugo, ya lo he modificado seis veces.
- Dani, se modificará las veces que hagan falta, es muy...
- Importante, si...- vuelvo a resoplar y empieza a ojear los informes, yo lo observo detenidamente; me sigue asombrando lo guapo que es, y lo en serio que se toma en su trabajo, y sin pensármelo me acerco hasta él, le quito el informe de las manos y me siento a horcajadas encima de él.-
- ¿Qué haces?
- Necesitas desestresarte...
- Dani...
- Hugo, ¿no quieres follarme?
- Claro que si, nena... Pero...
- Llevo medias con liguero...- le encantan, tiene como una especie de fetiche, le vuelven loco. Entonces gruñe y me agarra del culo y me tumba sin miramientos en la mesa.-
- ¡Mierda, Dani! ¡joder, sabes como me ponen!.- me besa tan fuerte que me duelen los labios, me muerde, me lame y me rompe las bragas.-
- ¡Hugo!
- Joder... Lo siento, nena... Pero has despertado a la bestia...

Tras un increíble polvo sobre la mesa de Hugo, me voy a por mi bolso y bajo con Carol a comer. Hugo está reunido con el cliente, y estoy nerviosa, ha trabajo mucho y muy duro y espero que vaya bien. Estoy revisando mi móvil en busca de algún mensaje de Hugo cuando Carol me suelta de golpe.-
- Me voy a Francia.
- ¿Qué? ¿de fin de semana?
- No, no... Dani, me voy a la oficina que ahí allí. Me presenté voluntaria cuando...
- Pero... No puedes irte. ¿Cómo? ¿por qué?
- Dani...
- ¿Cuándo te vas?.- traga saliva y cierra los ojos unos instantes.-
- Dentro de un par de días...
- ¿Cuántos?
- Tres.
- ¿Y esperas a decírmelo hasta... Hasta ahora?
- Lo siento, pero es que... No sabía como decírtelo. Serán un par de meses, seis como mucho.
- Eso es medio año, Carol... Lo siento, tengo que irme...
- Pero, dani no has terminado de comer.
- No tengo hambre.
- Dani, lo siento...
- Carol, ahora no.- pagué mi almuerzo y subí corriendo a la planta. Iba a llorar y no quería que nadie me viera, y mucho menos Carol. ¿Qué iba a hacer sin ella? ¿por qué no me lo había contado antes? Antes de darme cuenta estaba llorando a moco tendido en mi despacho. Mi móvil sonó, era un mensaje de Hugo. *Reunión terminada. Ha ido bien, nena. Salgamos a celebrarlo. Anda di que si. Hagamos pellas.*
Sonreí con la cara llena de lágrimas, le contesté que me esperara en el parking dentro de cinco minutos, apagué el ordenador, cogí mi bolso y salí corriendo al ascensor, pulsé el botón y recé para no encontrarme con nadie. En cuanto se abrieron las puertas salí y vi a Hugo parado junto al coche y me abalancé sobre él, me abracé con fuerza y lloré más fuerte todavía.-
- Nena... ¿qué ocurre? Chsssh... Tranquila, cielo... Dime que te pasa, me estás matando, Dani.
- Carol...- solo pude decir eso entre sollozos e hipidos, él me abrazó aún más fuerte. Me besó en la frente.-
- Lo siento, nena...- asentí contra su hombro, llenándole de lágrimas el traje, cuando... Caí en la cuenta, me retiré despacio y lo miré a los ojos.-
- ¿Cómo lo... Cómo lo sabes?
- Daniela.
- ¿Lo sabías?
- Cariño...
- ¡¿Tú lo sabías y no me lo habías dicho?!
- Dani, yo...
- ¿Desde cuando lo sabes?
- Carol se presentó como voluntaria, yo... No... Me pidió que no te dijera nada...
- No me lo puedo creer...- di media vuelta hacia el ascensor.-
- ¡Dani! Me pidió que no te lo dijera, ¿qué querías que hiciera?.- vino hasta a mi y me agarró del brazo.- Por favor, nena...
- Suéltame, Hugo...
- ¿Donde vas?
- Necesito estar sola. Déjame, joder...- me solté bruscamente y me monté el ascensor bajo su mirada preocupada. En cuanto las puertas se cerraron me eché a llorar. Subí hasta la planta de nuevo y crucé la redacción corriendo hasta los servicios. Me metí en uno de los cubículos y lloré como una niña. No se el tiempo que pasó, pero se me estaba durmiendo el culo de estar sentada en la taza del váter. Salí me eché agua en la cara, tenía los ojos hinchados y se notaba que había estado llorando, aun así preparé mi sonrisa falsa y salí. Bajé despacio hasta la salida, me hice la tonta con Marina y salí fuera. Fui al starbucks y me compré un capuchino doble, mi móvil sonó, era Hugo, lo puse en silencio y me lo volví a guardar en el bolso. Me senté en el banco que hay justo en la entrada de la oficina, Cris pasó y me saludó, le imité el gesto con la mano y me senté a fumarme un cigarrillo. ¿Cómo me han podido hacer esto? Y justo las dos personas más importantes de mi vida, joder... Estoy enfadada, muy enfadada, con Carol por irse y dejarme sola, y con Hugo por que lo sabía y no me lo contó. Podría haber echo algo, no sé, impedírselo... Suplicárselo... Atarla a la pata de la cama... Joder, no lo sé, pero seguro que algo se me habría ocurrido... Fuí a encenderme el cigarrillo y como no, el mechero no encendía. Maldita sea... Me eché a llorar de nuevo, no sabría decir si por el mechero o por qué... Pero lo hice con ganas. Un hombre joven, guapo hasta decir basta, salió de la oficina, joder, era guapísimo. Moreno, alto, ojos marrones, claros, nunca había visto unos ojos como esos... Se me acercó muy serio.-
- Oye, ¿estás bien?
- No, el mechero no enciende...- hice un puchero y seguí llorando, con rabia lancé el mechero y lo tiré. Él me sonrió y se sentó a mi lado, se sacó del bolsillo de la americana un mechero y me lo tendió.-
- Vaya, gracias...- encendí el cigarro y se lo di.-
- Puedes quedártelo. Me llamo Óliver.
- Daniela.
- Es un nombre precioso. Y dime, Daniela, ¿trabajas aquí?
- Si.
- No estás así solo por el mechero, ¿verdad?.- yo negué con la cabeza, avergonzada.-
- Menos mal, hubiera pensado que estabas jodidamente loca.- sonreí y él me sonrió.- Mira, se que no nos conocemos, pero... Si quieres, podríamos tomar una cerveza ahí en frente.
- No sé...
- Se me da muy bien escuchar...
- Vale, está bien...- nos levantamos y cruzamos la acera. Pedimos unas jarras de cerveza y me relajé como por arte de magia.-
- Bueno, Daniela... ¿me vas a contar que te pasa?.- le conté con pelos y señales lo de Carol. Él me escuchó paciente, no me juzgó, solo asentía mientras yo entre hipidos y lloriqueos le contaba todo. Lo del accidente, lo de mi memoria... Todo. Era un extraño, pero se lo conté todo.-
- Entiendo como te sientes. Tu punto de apoyo es esa chica, desde que saliste del hospital ha cuidado de ti y ahora te sientes...
Perdida.- yo no lo abría dicho mejor.-
- Se te da bien esto...
- Ya te lo he dicho, se me da de miedo escuchar...- sonreímos mientras pedíamos otra ronda.-
- Es que lo que no entiendo es por que no me lo dijo antes, por que me lo dice a tres putos días de irse.
- A lo mejor ella no sabía como decírtelo, puede que ella también esté sufriendo como tu. Puede que para ella fuera tan difícil como lo es para ti.
- No lo había pensado de ese modo.
- ¿Ves? Piensa que ella puede que se sienta responsable de ti y que puede que se sienta mal al creer que te abandona.
- Pero...
- Ponte en su lugar.- joder, este tío tenía razón... Y ahora me siento mucho peor.-
- Me estás hundiendo más, no se si lo sabes...
- Se trata de que lo entiendas, no de sentirte mejor.
- Joder... Tienes razón.- él asiente y sonríe socarrón. Su móvil suena y coge una llamada.-
- Lo siento, es trabajo, debo irme. Ha sido un placer, Daniela. Espero volver a verte y que todo se solucione.
- Gracias. Por todo.- y vi a ese extraño alejarse a través del bar. Yo me tomé unas dos jarras de cerveza más y luego salí a la calle. Me sorprendió que fuera de noche. Miré mi reloj y me sorprendió que fuera tan tarde, me cerré un poco mi abrigo y eché a andar calle arriba. ¿Qué haría sin ella? ¿A quién le contaría mis problemas? ¿quién me levantaría cuando me cayera? ¿quién me regañaría? No puedo creerme que vaya a perderla, no puedo imaginarme mi día a día sin ella, ¿con quién comería todos los días en el trabajo? Quizás estuviera siendo muy egoísta, pero joder, no podía perderla. A ella no. Es mi punto de apoyo. Sin ella todo mi mundo se tambalea. Volví a llorar desconsolada en plena calle, pero no me importaba. Ya nada me importaba. ¿Y Hugo, ¿por qué no me lo contó? Confiaba en él. Debería habérmelo contado. La rabia me carcomía por dentro y no podía pensar. La perdía. A mi pelirroja. Mi amiga. Mi hermana. Mi ángel de la guarda... Al cruzar la esquina de casa me limpié las lágrimas de un manotazo, y vi en el escalón de la puerta de mi edificio a un chico sentado. Era Cris.-
- ¿Qué haces aquí?.- se sobresaltó al verme.-
- Joder, Dani... ¿y tú móvil?
- En el bolso. En silencio.
- Hugo está muy preocupado, está buscándote, me ha pedido que me quedara aquí por si venías.- asiento.- ¿No lo llamas?
- Vas a hacerlo tu, ¿no? Dile de mi parte que me deje en paz y que no se le ocurra venir. Llamaré a la policía.
- Dani, sea lo que sea lo que ha pasado podéis arreglarlo...
- Es curioso que seas tu el que lo diga. ¡Tu, el causante de todo!
- ¿Yo?
- ¡Si, tú! ¡tu tienes la puta culpa! ¡Carol se va a la puta Francia por tu culpa! ¡Y por la de Marina! ¡Los dos sois los culpables!.- él me miraba como si hubiera tirado de la alfombra bajo sus pies.-
- ¿Se va?
- ¡Si! ¡y gracias a vosotros dos! ¡sois unos putos egoístas de mierda!.- y llave en mano me adentré en el portal, dando un portazo, dejándolo allí, sin saber que decir ni que hacer. Yo llorando a moco tendido entré en mi piso y tiré el bolso de cualquier manera, me tiré en el sofá, llorando, me hice un ovillo y las cervezas hicieron su efecto, me dormí entre sollozos e hipidos.
Me desperté desorientada, me di la vuelta en el sofá y me encontré de cara a Hugo, y me caí al suelo, entonces me acordé de donde estaba. Suspiré fuerte y me levanté. En cuanto me levanté vi a Hugo sentado en frente, en la isla de la cocina, con un vaso de lo que parecía ser bourbon, y muy serio. Me sentí realmente mal, estaba bebiendo por mi culpa. Maldita sea.-
- ¿Vas a llamar a la policía?.- negué con la cabeza, inmóvil.- ¿Te haces idea de lo que he pasado? Estuve toda la tarde y parte de la noche buscándote con Víctor. Creí que alguien te podía haber echo algo...
- Lo siento. Yo... No pensé...
- ¡¿Qué me preocuparía?! ¿no pensaste que estaría volviéndome loco? ¡Joder, Dani!
- No me grites. Lo siento. Lo siento, ¡joder! Estaba muy enfadada, estaba... Mal.- se abalanzó sobre mi y me abrazó tan fuerte que pensé que me rompería alguna que otra costilla.-
- Dios... Nena... Iba a volverme loco, te juro que iba a volverme loco...
- Lo siento... Lo siento mucho.- empezé a llorar otra vez y Hugo me acunó entre sus brazos, abrazándome y besándome el pelo sin parar, estaba muy preocupado, ahora me siento estúpida. Me siento fatal. No quería hacerlo sufrir.-
- Chsssh... Tranquila, nena...
- Soy una imbécil. Ni siquiera pensé...
- Ya pasó... Ya pasó...
- Se va, Hugo... Me deja.
- Carol me pidió, me hizo prometer que no te diría nada. No podía...
- Lo sé, lo entiendo. Ahora lo entiendo. Pero es que no quiero que se vaya, la necesito a mi lado, no puedo imaginarme sin ella, Hugo, lo es todo para mi...
- Cariño, Carol necesita cambiar de aires...
- Es por Cris.
- Si, yo también lo creo.
- Ayer se lo dije. Le grité. Le dije cosas muy feas.- él sonríe contra mi pelo.-
- Posiblemente se las merezca... Vámonos a casa, nena... Estoy seguro de que tendrás hambre...- En cuanto llegamos, me metí en la ducha mientras Hugo preparaba el desayuno. Tenía la friolera de veinte llamadas de Hugo, otras pocas de Cris y al menos otras veinte de Carol. Hugo me dijo que la llamó pensando que podría estar con ella, y que estaba muy preocupada. Después de desayunar, nos fuimos juntos a la oficina. En mi despacho le mandé un mensaje a Carol para comer, aceptó y me dijo que estaba preocupada. Le dije que hablaríamos después e intenté concentrarme en el trabajo. No lo conseguí. Tenía la cabeza embotada, me dolía horrores y no conseguía coger el ritmo. Hugo vino varias veces a verme, se notaba que estaba preocupado, y yo agradecí que estuviera pendiente de mi. Cuando llegué al restaurante, en la puerta ya estaba Carol esperándome. Me miró nerviosa sin saber que hacer, hasta que ambas nos abrazamos y nos echamos a llorar. Entramos y pedimos una ensalada.-
- Lo siento, Dani. Debería habértelo dicho antes. Pero no sabía como hacerlo, no sabía como...
- Lo entiendo. Carol, no te voy a negar que me siento... Muy mal, muy triste. Puede que incluso dolida. Pero no contigo. Nunca podría. Eres como una hermana para mi. Mucho más que una hermana. Y... Perderte...
- No me vas a perder. Nunca me vas a perder, Dani.
- Siento haber reaccionado así.
- ¿Dónde te metiste? Nunca había visto a Hugo así, Dios, estaba completamente loco.
- Es una larga historia.
- Dani... No será para siempre. Solo voy a estar fuera unos meses, o puede que solo semanas, hasta que pueda solucionar los problemas contables de Francia. Además, soy muy lista y muy buena con los números, puede que lo solucione todo en un abrir y cerrar de ojos...- sonreí y mi amiga sonrió también.- Te voy a echar de menos...
- Yo más.
- Imposible.- volvimos a abrazarnos otra vez ante la atenta mirada de todo el restaurante, y aunque ninguna lo vio, también presenció la escena Cris, a través de la cristalera...
No volví a dirigirle la palabra a Marina. Y ella ni siquiera preguntó, sabía perfectamente por que dejé de hablarle.
Hugo estaba más pendiente de mi que nunca, sabía que la marcha de Carol era muy dura para mi, y sería demasiado pronto. Tras tomar unas cervezas con Carol, Hugo y yo nos fuímos tarde a casa. Estábamos acostados cuando su móvil sonó en mitad de la madrugada.-
- ¿Si? ¿Mario, que Mario? ¿cómo? Si, si... Enseguida voy.- colgó y rápidamente empezó a vestirse. Yo bostezé desperezándome.-
- ¿Quién era? ¿dónde vas?
- Era Mario, del BMB. Cris está borracho, tengo que ir, nena...
- Claro, claro... Lo entiendo.
- Duerme, Daniela...- me dio un pequeño beso en la frente y se fue. Cuando me desperté aun no había regresado. Seguramente se quedaría con él, lo entendía. Yo hubiera echo lo mismo por Carol. Lo llamé para saber que ambos estaban bien.-
- Víctor te llevará a la oficina. Yo iré más tarde.
- Vale. Nos vemos luego...

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