Capitulo 7

3.5K 213 5
                                    

- ¿Qué haces ahí? ¿por qué  no vienes a la cama...?.- sonreí y palmeé la cama. Él no se movió ni un ápice, me miraba entre furioso y asqueado.- ¿Estás bien? ¿qué ocurre?.- nada, solo silencio, empiezo a ponerme nerviosa, no me gusta nada esa actitud.- Dime. ¿qué ocurre? ¡maldita sea, Hugo! ¡habla conmigo!
- Tengo que irme.- miro mi reloj, son las tres de la mañana.-
- ¿Ahora? ¿a esta hora?
- Olvida lo que ha pasado, Daniela.
- ¿El qué?
- Lo que ha pasado esta noche, en esta habitación, olvídalo. Nunca ha pasado.
- Oh, por favor... Todavía puedo sentirte dentro, es...
- Olvídalo.
- ¿Y si no quiero?
- No es asunto mío.
- Ya veo, no te importo una mierda.
- Eso no es...
- No importa, para ti ha sido solo sexo, para mi también. No estoy interesada en ti, no de ese modo. Para mi ha sido solo sexo. Igual que para ti.
- Aun así no se volverá a repetir.
- ¿Por qué no?.- se levantó y tras coger el reloj de la mesita, se fue hacia a la puerta.-
- Por que no.- y la puerta se cerró con un sonoro portazo.-
- Eso ya lo veremos...- dije ya sola, aun sentada en la cama, desnuda. Me sentí realmente mal, allí, sola, como si fuera una... Cualquiera. La rabia se apoderó de mi y me levanté cabreada, tirando la colcha, pedí que me llamaran un taxi, me peiné con los dedos como buenamente pude, me vestí con mi vestido, que estaba arrugado y me fui de aquella habitación. Dejé la llave en recepción, y la rubia pechugona me dijo que la habitación estaba pagada. No faltaba más... Salí en busca de mi taxi y me monté, di la dirección y me dediqué a contemplar por la ventanilla. Tuve tiempo de pensar, y mi tema favorito, como no, el maldito Hugo. ¿Pero qué le pasaba a ese hombre? ¿era bipolar?  ¿trastorno de mentalidad múltiple? ¿qué cojones le pasaba? Él quizás pudiera hacer como si nada, como si no hubiera habido intimidad entre nosotros, pero, ¿y yo? ¿podría hacerlo yo? Quizás no había sido buena idea, que ocurriera esto...
«Esto... No debería pasar. Pero lo necesito.» Sus palabras vienen y van en mi mente, ya antes de hacerlo, se estaba arrepintiendo, ¿por qué llegar hasta el final entonces? « Joder, Dani. Me ciegas. No me dejas ver con  claridad.» ¿Le ciego? ¿eso que quiere decir? ¿que no le dejo ver con claridad? Pero si yo no le he dicho nada, ni... Oh, dios... Que estresante. ¿Por qué ha de ser tan complicado? ¿no podemos disfrutar juntos sin complicaciones, sin etiquetas, sin... Sin amor. Igual podría proponérselo más en serio, de adulto a adulta. Yo... Me gusta, me gusta mucho. Me excita como ningún otro, es... Como si su cuerpo conociera el mío a la perfección. Como si supiera que teclas tocar, para hacer música celestial con mi cuerpo. Estaba un poco deprimida por la manera de marcharnos, pero no me daría por vencida. No tan fácilmente... Cuando llegué a mi piso enano, me dieron escalofríos. No sabía si el frío era del piso o provenía de dentro de mi. Me quité el vestido, me desnudé y me di una ducha. Me vestí con unos vaqueros rotos, unas botas marrón altas, planas y cómodas, un jersey morado y preparé mi bolsa. Metí varios pijamas, dos vaqueros más, dos jerseys de lana, ropa interior, una sudadera, unas mallas y una camiseta que me estaba enorme. Metí mi neceser, y la arrastré hasta el salón. Cogí mi chaqueta azul claro y me preparé un café. Estaba muerta de sueño, pero eran las siete y media, si me dormía sería peor. Carol quedó en venir a las nueve y media a por mi, así que esperaría despierta. Me preparé dos tostadas de mermelada, no sabía que tenía tanta hambre, hasta que le di el primer bocado... Me fumé un cigarrillo mientras saboreaba el café, y pensé en el sueño... Parecía tan real...

El taxi lo llevó hasta aquel barrio, se bajó, pagó y llamó. No había respuesta, insistió. Maldita sea. Echó a andar calle abajo, estaba furioso, estaba tan enfadado con él mismo... Se había acostado con ella, la había empotrado contra la pared, la había follado una y otra vez sin descanso... ¿Cómo iba a poder ahora vivir sin ella? ¿cómo podría fingir, fingir después de hacerla suya? ¿cómo podría? Ella era un soplo de aire fresco, ella era su tabla de salvación, sin ella no aguantaría mucho más. Cerró los ojos y recordó como había estado mirándola mientras dormía, estaba tan bonita, con los labios hinchados por los besos apasionados que se habían dado, tan relajada y tranquila... Pero entonces, apretó los ojos, hizo muecas de dolor, se revolvió un poco y comenzó a suplicar.-
- No, por favor... Déjame. No me toques. No quiero. Por favor, no. Me haces daño, por favor...- lloriqueaba y se retorcía una y otra vez, bajo su atenta mirada. Y entonces pensó, que estaría soñando con él, con lo que habían hecho... Se sintió tan mal, debería haber sido más dulce, debería haber sido más romántico... Pero maldita sea, llevaba tanto tiempo sin sentirla... Sin tener el más mínimo contacto íntimo, ni con ella ni con nadie. La amaba demasiado como para poder hacer algo así. Debería haberlo echa sentir querida y amada, pero fue bruto y algo violento. Recordó que ese era el sexo que les gustaba a ambos. Antes de que ella se olvidara de él... Se maldecía una y otra vez mientras andaba entre las calles, sin rumbo fijo. Fue hasta una cafetería, compró unos donuts y volvió hasta la casa de su amigo. Esta vez si le abrió la puerta.-
- ¿Qué haces aquí, capullo?
- ¿Estás solo?
- Si.
- ¿Puedo pasar?
- Pues claro. Venga, entra.- entró en la casa de Cris y se sentó en la pequeña mesa de la cocina. Se encendió un cigarro y suspiró.-
- He traído donuts.
- Genial, ¿quieres café? Iba a prepararme uno.
- Si, por favor.
- ¿Estás bien?
- No.
- Ya lo veo, ¿me lo vas a contar?.- Cris no podía verlo, por que estaba preparando los cafés, pero Hugo se encogió de hombros, deprimido. Cris volvió con los cafés y se sentó a su lado, le cogió un cigarrillo y exhaló fuertemente.- ¿Qué pasa, capullo? Cuéntamelo...
- Es Dani...- su amigo resopló y le hizo levantar la cabeza y mirarle.-
- Siempre es Dani, Hugo... Ya sabes lo que opino. Y, no... No estoy de acuerdo contigo.
- Joder, Cris...
- No, Hugo. Esa tontería tuya de no contarle la verdad terminará estallándote en la cara. La quieres, estábais juntos, se merece saberlo. Merece saber la verdad. Y tu se la estás negando. Haciéndote daño a ti y a ella.
- Yo... Solo quiero que me recuerde. Que recuerde lo que hubo entre nosotros.
- ¿Y si no lo hace? No me mires así, Hugo, como si quisieras asesinarme. Sabes que es una opción. Puede que nunca lo haga, que nunca recuerde. ¿Qué harás, Hugo? ¿si eso pasa, qué harás?
- ¡No lo sé, joder! ¡no lo sé!.- Cristian dió un trago a su café y cogió un donuts, empezó a mordisquearlo y Hugo se tranquilizó.- Lo siento, no debería a ver gritado.
- Oh, por mi no te cortes.
- Estoy tan confundido...
- Aún estás a tiempo de hacer las cosas bien, Hugo. Cuéntaselo.
- No puedo.
- No quieres.
- No, no puedo. La he cagado.
- ¿Qué has hecho?
- Nos hemos...
- ¡¿Te la has follado?!
- Si.
- Joder, Hugo...
- Ahora si que no puedo decírselo. Encima le he dicho que no volvería a pasar y que lo olvidara.
- Eres idiota. ¿Cómo le dices eso después de jodértela?
- No lo sé, me he puesto muy nervioso. No sabía que hacer...
- Si que la has cagado...
- Del todo. ¿Qué hago?
- Decírselo...
- No es una opción.
- Discúlpate lo primero.
- Lo haré. Pero no creo que sea buena idea seguir...
- Entiendo, dile que solo seréis amigos. Que no estás preparado para mantener una relación...
- Si, eso está bien. Le diré eso. Iré a su piso, hablaré con ella, le pediré disculpas y... Intentaré arreglarlo.
- No se, yo sigo pensando igual.
- No puedo decírselo después de acostarme con ella, pensará que la he utilizado.
- Hazlo a tu manera. Pero ojalá no te equivoques, amigo, por que puedes perderla para siempre...

TentaciónSinLímite2RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora