CAPÍTULO 23 : HANS A MUERTO

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- Rey Mieszko, Hans a estas horas ya está muerto. - Informó el forajido en el despacho del monarca.

- Lo sé, la noticia ha corrido como la pólvora. El Principe Hans de Las Islas Del Sur apuñalado en mitad de las calles de Arendelle. - Dijo El Rey Mieszko con una sonrisa en los labios. - Podías haber sido más elegante, aunque has sido eficaz y valoro más eso. - El Rey tiró sobre la mesa una bolsa de cuero con una cantidad más que suculenta de oro. El forajido agarró la bolsa y se retiró haciendo una reverencia.

El Rey Faruk salió de una antesala del despacho del Rey Mieszko.

- ¿Ya nos hemos quitado al principito de encima? - Preguntó irónicamente El Rey Faruk.

- Así es, creía que podía desplazarse a Corona sin llamar la atención. - Sonrió Mieszko.

- Hay algo que no comprendo. - Dijo pensativo El Rey Faruk. - ¿Por qué fue al único reino que estaba en nuestra contra? Es como si quisiera ayudar a Arendelle y esta claro que es un traidor para Arendelle. No tiene sentido.

- Ya no importa, se acabó el insignificante Príncipe Sureño. - Solo tenemos que centrarnos en seguir destruyendo los recursos de Arendelle. Elsa es una Reina sola y las mujeres no entienden de guerra, ni estrategias. - Los dos Reyes comenzaron  a reír a carcajadas.

- ¿Crees que La Reina Elsa se casará con algún Rey de forma precipitada? - Preguntó El Rey Faruk.

- Ella no tiene ni idea de nuestro plan, además esa mujer es fría como el mismo hielo ¿La ves capaz de amar? - Sonrió cínico El Rey Mieszko.

- No hablo de amor. - Apuntó El Rey Faruk.

- Sí ese punto llegará a surgir, tu podrás pedirle matrimonio. - Aclaró Mieszko.

- ¿Por qué crees que aceptará? - Preguntó Faruk con incredulidad.

- Porque cuando este acabada, hará cualquier cosa por proteger Arendelle. Tu serás El Rey con un gran ejército que justo necesitará su querida tierra. - Sonrió maliciosamente Mieszko, a ello se sumó Faruk.

Días después en Arendelle.
Elsa caminó por el largo pasillo, hasta llegar a su despacho, donde esperaban Anna, Kristoff y Gaspar.

- Gracias por venir los dos. - Dijo refiriéndose a la pareja.

- ¿Qué pasa Elsa? - Preguntó Anna.

- Hay mucho en juego para Arendelle, así que quiero que presteis atención y que nada de lo que se diga aquí hoy, salga de esta sala ¿Entendido? - Preguntó Elsa.

- Sí. - Asintió Kristoff, Elsa miró a su hermana.

- ¿Puedo contar contigo? - Preguntó Elsa.

- Sí. - Dijo Anna a regañadientes.

- Hoy se hará pública la noticia de que después de varios días de agonía, El Príncipe Hans a muerto. - Anunció Elsa. Anna y Kristoff se miraron con gesto sorprendido.

- ¡Ha muerto! - Dijo Anna.

- No, Hans esta vivo y fuera de peligro. - Aclaró de nuevo Elsa. - Aunque todo Arendelle y el resto del mundo pensará que ha muerto.

- ¡Qué estupidez! - Dijo Anna.

- ¿Con que fin? - Preguntó Kristoff intrigado, La Princesa miró a su prometido con cara de pocos amigos.

- Los Reyes de Corona nos van a visitar y serán nuestros invitados en El Castillo, no se exactamente cuando llegarán, pero su visita es segura, son los únicos aliados que poseemos. - Dijo Elsa,  El Rey Eugene nos mostró su apoyó, La Reina no se encontraba en estado de atendernos, esta embarazada, quizás ya halla dado a luz.

- Así que Corona ya tiene heredero. - Sonrió Kristoff.

- Así es. - Dijo Elsa.

- ¿Qué tiene que ver eso con Hans? - Preguntó Anna.

- Él fue quien negocio con El Rey Eugene, para que nos ayudarán. - Dijo Elsa, el gesto de sorpresa de Anna no se podía ocultar, Kristoff miró a su futura esposa.

- Elsa, todos los aquí presentes sabemos que El Príncipe Hans no es plato de buen gusto para nosotros, pero te apoyamos respecto a las decisiones que tomes como Reina de Arendelle. - Asintió el rubio, Elsa sonrió.

- ¿Qué dices tu Anna? - Preguntó La Reina a su hermana.

- Qué no me voy a poner en contra de mi familia. - Dijo con una media sonrisa.

- Gracias por confiar en mi chicos. - La Reina abrazó fuertemente a los dos, después de aquello la pareja abandonó la sala.

- Gaspar, tú te encargas de la seguridad de La Reina de Corona y su bebé personalmente. -.Ordenó La Reina.

- Sí señora. - Asintió Gaspar.

- Puedes retirarte. - Dijo Elsa, el militar hizo una reverencia y se marchó del despacho.

EL ENEMIGO EN CASA. (Helsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora