Uno.

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No podía creer que la María José, volviera.

Llegué a mi casa más rápido que le conchetumare y le conté a mi mamá.

-¡No! Fabián por deoh, no te quiero cerca de ella -me retó. No me quería ver amurrado de nuevo, lo entendía.

-Mamá, ¿tendría mucha mala cuea si se cambia a mi colegio? -me mordí el labio y mi mamá rodó los ojos.

-¿Se cambió? -me preguntó aunque sabía la respuesta.

-No sé...-me puse nervioso. ¿Y si me volvía a enganchar con la culiá? No po'. Uno no puede tropezarse con la misma zorra dos veces. Digo, con la misma piedra.

-Mira Fabián -, se acercó a mí -después de lo que pasó con esa señorita, no quiero que estés con ella. Prefiero mil veces no sé, a la rubiesita -suspiró.

Amanda en el cora <3.

Rodé los ojos y subí a la pieza y me tiré en la cama. Revisé Facebook, nada. Whatsapp, tampoco. No podía creer que la hueona, que me había arruinado la vida, estaba en mi misma ciudad, y probablemente, en mi mismo colegio.

Me había quedado raja, (como siempre) hasta que unos gritos me despertaron.

-¡Oe! -se escuchan más cerca -,  ¡Oe conchetumare! -un almuadazo en la feis.

Desperté de una y vi a la Isidora pará en mi pieza. Le llegaba la luz de la luna en la cara. Estaba vestida, o más bien disfrazada de un, ¿pato?

Me reí y me paré para verla de cerca y reírme aún más de ella.

-¿Te conozco? -me volví a reír pero esta bien bien fuerte conchetumare.

-Já, já, já. Ahora ven, necesito ir a animar un cumpleaños y no pienso ir sola -sonrió y me agarró de la mano.

Imagínenme a mí. Corriendo por la calle con uniforme del colegio, a las 9 de la noche. Con una hueona disfrazá de pato, pingüino la weá que sea. Con 34 grados de calor.

Nos paramos al frente de una casa bien adorná y llena de globos blancos en la puerta. En vez de cumpleaños, parecía velorio la weá.

-¡Hola! Deben ser el pato y el pasayo, pasen pasen -una vieja gorda y fea nos abrió y nos hizo pasar a una pieza.

-¿Por qué el payaso no está vestido? -preguntó entregándome el disfraz.

-No lo pudimos consegui...-la vieja culiá se metió.

-No me importan sus problemas adolescentes, te cambias y vas al living.

Quedé, impaktadizimo.

-¿Qué? No hueona, ¿yo? Me viro, gutbai -le tiré el disfraz y abrí la puerta.

-No te vayaí, por fa, si es sólo este favor, y no sé, dejo de hablar de vo' y andar escribiendo weás en los baños sobre que erís maricón -me hizo pushero.

-¿Que vo qué? -wat wea me había dicho, ¿maricón? Cuando la culiá estaba vestía de pato. Digno que un baile erótico.

-Hácelo por mí, por este patito -se acercó a mí y se puso de puntas para tratar de besarme.

-Wowow, ¿calmémonos ahí? -la alejé y me puse la weá. **

Todo resultó bien, la vieja nos pagó 20 lucas a cada uno. Supe que estoy dao' pa' ir al festival de viña como Meruane. Digo Gordo Salinas. (Además por lo gordo) pa' ir a contar los meos chistes, ah.

-Gracias hueón, me la hiciste -me dió la mano. Txa, ¿siquiera un beso? ¿un abrazo? Fea culiá.

-De ná Cote si vo' sabí que podís confiar en mí, siempre cuando no me hagaí la desconocía en el colegio po' -me reí.

-¿"Cote"? -se rió y se cruzó de brazos -, soy única, no me confundaí con alguna "Cote".

Conchetumare, culiao aweonao.

-Eh, es que. Nada -me despedí de ella y se fue por la ventana. Total, mi mamá estaba abajo viendo a su Yamán en Medcezir.

-Ah y oye -recuerda que fuí tu mejor y peor beso -se rió.

¿Qué chucha? Eso me lo dijo la...

-Fabián, reacciona -me movió la mano desde la ventana.

-Ah, ¿qué weá? -me reí al pesar que la Isidora podría haber dicho eso.

-Daah, que recordí que mañana hay que llegar con el trabajo hecho, no te olvidí de eso -me sonrió y se fue.

When te estás volviendo loco, ah casi. Locas se ponen ellas cuando les muestro la pichula. ¿Por qué hablaí solo? No estoy hablando solo, aweonao, mmh, ya.

Ah casi akdbakd, estoy loco hueón, sí. Pero por chantarle el paté a ese pato. Rimó, bacán.



















Fuimos tan hueones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora