Ocho.

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Había llegado tarde porque mi mamá se levantó tarde y yo no pesqué la alarma, en fin. Eran las 20 pa' las 9 y yo recién estaba subiendo las escaleras pa' entrar a la sala.

-¡Puta la weá odio el tercer piso! -seguí caminando, como que las escaleras eran infinitas.

Abrí la puerta y la vieja estaba formando grupos, la saludé y le pasé el papel que me dió la inspectora para que no me dejara ausente.

-¡Qué bueno que llegó Wallace! Va a ser con Castillo y Soto -me devolvió el papel.

Puta la weá, tenía que ser con la conchetumare de la innombrable.

-Wena sacowea, vo' escribí y nosotros recortamos -enano culiao.

Me hice el hueón y saqué mi estuche. Ni ahí con escribir yo, lo iba hacer como el pico si me obligaban.

Sentía que la hueona no dejaba de mirarme, así que la miré.

-¿Qué miraí? ¿Te querí perder en mis ojos? -la weié pero la hueona rodó los ojos y se quedó cayá.

La tenía loca, de nuevo, ah akdksf.

-¡Oe! -me tocaron la espalda -, prepárate -era el Benjamín.

-Ah vo', ¿pa' qué? ¿me van a cortar un coco? -me reí sarcásticamente -, ya, en serio. Que yo esté con la Isidora no es mi culpa, que lo supere el conchetumare -levanté una ceja y me di vuelta.

-Es que no son cinco, Fabián. Son 10, él les pidió que te pegaran hoy día a la salida -la María José me miró.

Me di vuelta pa' mirarlo ya medio choriao, y me reí.

-Dile-que-la-chupen -le sonreí y el culiao rodó los ojos.

-Ash, solo, ten cuidao -se fue a sentar y me cagué de miedo. Eran 10 HUEONES CONCHATUMARE, esto estaba peor que la weá de mafia turca.

**

Me dolía la mano de tanto escribir, estaba pal pico. Y los culiaos solo habían recortado unas weás. WEÁS QUE YO PEGUÉ, WEÁS QUE YO PINTÉ, WEÁ QUE YO ENTREGUÉ.

Pero weno, salí rápido y sentí un empujón que me botó de raja al piso.

-Aquí te queríamos pillar, conchetumare -se rió. Marcelo culiao.

-¿Me vaí a pegar? -me reí fuerte burlándome en frente de todos los que estaban viendo sin hacer nada -, ¿Tan maricón erís? -lo miré y le sonreí.

-Uuuh -carboneó un hueón -, pégale rápido, te va a hacer mierda -se rió.

El hueón me pegó una patá en el hocico. Me llegó a sangrar.

-Culiao maricón -me volví a reír y me limpié el hocico -, ¿no sabí hablar? Ah chucha, deberas que los monos nos hablan -le cerré un ojo y el culiao me agarró de la polera y me pegó un como.

-¡Oh! ¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ SALVARTE? -se rieron todos los culiaos y me volvió a tirar al piso.

Ahí, estaba más que pal pico. Mejor me callaba o me mataban, ah.

-¡Oe saco wea, ven a pegarme a mí po' -el Benjamín gritó.

Estaban todos los culiaos mirando, los conchatumares cobardes.

Un hueón lo agarró y lo tiró al lado mío.

Nos empezaron a pegar con unas cartones de piedra y unas cartulinas. Además de que las patás y los combos iban y venían.

-¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO ACÁ!? -gritó. El inspector, al fin...

No supe más porque me llegó un cartonazo en la cabeza que me dejó aweonao. Más de lo que ya era.

**

-Perdón en serio -la voz de la ¿María Jesús?

-¿Cote? -aún veía weás borrosas.

-No, soy la Isidora, perdón porque te hayan hecho eso -me abrazó -, en serio, la dura -me reí. Tenía el labio inchado, igual que los de la María José ese día que. Ahno.

-Ya hueón, sí te perdono, ¿cómo está el Benjamín? -pregunté. Igual aperrao el cabrito pa' defenderme.

-Está en la oficina del director, hablando con los culiaos, que no son de este colegio, y llamaron a sus mamás y todo -conchatumareeeh.

-¿Mi mamá está acá? -me asusté.

-No pudo venir, si sale la echan...pero vino mi mamá, ya no te preocupí, no quiero que fingaí estar conmigo, ni ahí con sacarle celos al feo culiao, nunca voy a volver con él, no después de lo que te hizo -le sonreí.

-Y yo no estoy ni ahí con la María José, que la chupe bien chupá, sin lubricante, pa' que se le peguen los labios al cuero. Oh hueón, me pasé.

**

Volví y al rato llegó mi mamá, me regaloneó, y me curó las heridas, nanai.

-¿Por qué no dijiste la verdad? Que no estabaí con la Isidora.

-Es que, no sé -la pensé -, ¿no quería decepcionarla? O no sé, me gusta fingirlo parece -suspiré y no le di importancia.




















Fuimos tan hueones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora