Trece.

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-Fabián -mi mamá me sonrió.

Estaba en una camilla, lleno de cables culiaos, no me podía ni mover. Me saqué la weá de oxígeno.

-¿Qué pasó hueón? -me traté de sacar un cable pero aún me sentía como el pico.

-Te desmayaste en la fiesta, por la droga, tomaste mucho, te tuvieron que hacer un lavado de estómago, Fabián -me miró con penita.

Cerré los ojos y traté de recordar algo. Nada conchetumare, alguien me había dado unas pastillas, pero no recordaba quién.

-Los chiquillos -traté de mirarla pero veía todo borroso.

-¿Benjamín? ¿así se llama? -asentí -, bueno él, aún no despierta y la Amanda tampoco -me tomó la mano.

Conchetumare, fue bélica la weá entonces. Ven cabros, si van a drogarse, háganlo sin tomar. O no sé, hagan la weá que quieran. Disfruten cabros culiaoooos , ah. Qué mal ejemplo Fabián por dios.

-Hola tía -la Isidora entró y saludó a mi mamá.

-Hola mi niña, los dejo, estaré afuera -me besó en la frente y se fue.

-Weena conchetumare, ¿qué me vení a decir? -me traté de reír sin toser -, ¿te doy consejos pa' culiar mejor?

-Hueón no estoy pa' la talla -se había enojado de verdad -, ¿por qué estabaí con ella? -negó con la cabeza.

-¿Por qué fuiste con el Marcelo? -negué con la cabeza en modo de burla -, ahora, déjame sólo, dañas el aire bebé -me burlé y me puse la weá de oxígeno de nuevo.

Narra: Amanda.

-¡Hueona por dios qué te pasó qué bueno que despertarte por la conchetumare tu hermano se vino corriendo de Santiago! -me abrazó. Me dolía todo, estaba pal pico, ayer un hueón nos había dado unas pastillas y puta que estaban buenas -, ¡HÁBLAME POR DIOS SANTO! -gritó.

Me saqué la máscara de oxígeno y le expliqué que me hicieron el lavado y todo.

-Un hueón dándonos pastillas, me llevaron a una pieza...-conchetumare, no me habrán...-conchetumare, me llevaron a una pieza hueón -me alteré y la Cony me trató de calmar -, hueona no sé quién era -me puse a llorar.

-¡Ayy! -me volvió a abrazar y me sacó las lágrimas -, tú sentís que te pudieron haber...¿violado? -la miré asustá y traté de recordar lo que más pude.

Recordé que el hueón de las pastillas tenía el pelo café medio oscuro. Después un hueón me hablaba y me llevaba a una pieza, y no recordaba más.

-Tengo miedo -la miré y le tomé la mano.

-Tranquila hueona, no creo que te haya pasado nada malo -suspiró y me acarició la mejilla.

Narra: Benjamín.

Sentía unos ruidos y apenas pude abrir los ojos. Tenía la garganta reculiá entera seca, me dolía la guata y me ardían los ojos. La voz era de mi...¿papá?

-Benjamín -se sentó a mi lado y yo traté de mirarlo. Tenía a mi hermana chica en brazos con un chupete y un vestido.

No podía hablar, no me daba el cuero. Menos pa' darle explicaciones, era el peor hijo hueón.

Me saqué la weá y miré a mi hermana.

-¿Y la mamá? -lo miré a él, pero miró a otro lado.

-No puedo venir...-suspiró -, lo hará más tarde -sonrió.

-Bien...yo -traté de hablar pero volví a ver todo borroso.

-¡Benja! -me movió.

Me volví a desmayar. Por la conchetumare.




















Fuimos tan hueones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora