Final.

3.4K 209 88
                                    

-Fuímos tan hueones. -me miró sonriendo.

-No, tú fuiste la hueona, María José -le apunté -, cagaste todo, yo me había enamorado de tí. Sin embargo, te importó un pico, y te fuíste, ¿cachaí lo que eso causó en mí? Después de que traté de olvidar con la Amanda, la conocí. Y no era la maraca que tú decías que era. La maraca eraí vo', María. La defendí porque lo que estabaí haciendo estaba mal, pero a cambio, me cagaste la vida. Me seguiste, viniste a puro weiar. Y es verdad, al principio te seguía amando, pero me decepcionaste, mucho. Y ahora, que te veo así, no me causa ni una weá, porque me di cuenta de que uno sí puede odiar a la persona que tanto amó -le agarré el brazo y la miré a los ojos -, María José, te odio tanto, sé que no es bueno odiar, pero no puedo perdonarte hueona -le corrían las lágrimas -te juro que, he tratado de perdonarte, pero es que, causas un odio tan grande en mí, me traís tantos malos recuerdos, me cagaste la vida, te odio, y no sé si lo voy a dejar de hacer -le solté el brazo.

-Yo te sigo amando, Fabián, fuí tan hueona, me comporté como maraca, pero, te entiendo -me miró sin dejar de llorar -, Te amo, tanto, y, me cagué la vida yo misma, pero, no podía soportar que hablaras con ella. Me quitó al Andrés. Y me quitó a tí. -se fue corriendo y yo me quedé parado abajo de ese árbol culiao.

-Está bien lo que hiciste -el Benjamín tiró la mochila al pasto y se sentó. Yo igual me senté.

-¿Creís que se mate? -pensé en que se podría suicidar y la weá.

-No erí Justin Bieber como para que las culiás se corten las venas por tí. Erís, normal -me sonrió y me ofreció un cigarro. Acepté y nos reímos.

-Qué weá más hueona. Me vine a Antofagasta escapando de la María José, y me terminé enamorándome de una hueona -el Benjamín se rió y después se calló.

-Y yo, nunca me había enamorado de una rubia, o sea -me miró -, las encontraba hueonas, pero. La Amanda, es...perfecta -sonrió -, en serio, la amo más que la chucha. Nunca pensé en volver a sentir esto, o sea. Mi última polola se mató -lo miré impaktado -, pero. Ahora sé que puedo volver a amar ¿cachai?

-Yo igual te amo -la Amanda y la Isidora llegaron de la nada -, te amo mucho -lo abrazó.

La Isidora corrió hacia mí y puso su cabeza en mis piernas.

-Y me enamoré de el culiao que fingía ser mi pololo -se rió.

-Me enamoré de la hueona que escupe agua a las maracas -le di un beso.

-Hueón, los amo a todos -dijo la Amanda.

-¡Sí! Hagamos un cuarteto -se emocionó la Isidora.

-¿Qué chucha? -el Benjamín se rió.

-Es broma hueón -se riéron.

Y así, siempre viví en Santiago. Me cambié de colegio y me enamoré de la hueona en quien menos pensaba, fuí un aweonao total y terminé arrancando a Antofagasta. Acá conocí a los verdaderos amigos, y me volví a enamorar. Eso sí, de la hueona correcta, aaah. La Amanda se enamoró de otro hueón que sí la merecía y todos quedamos felices. Conste, esta weá no es Disney.































Fuimos tan hueones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora