CAPÍTULO 9

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En la calle principal le pude ver la cara, era Harry. Me subió al coche y me quedé dormida.

Me desperté en una camilla entre los brazos de Harry. No me acordaba de como llegué ahí pero me quedé mirando a Harry que tenía cara de angelito. Al poco rato se despertó y sonreí.
- ¿Cómo estás? - dijo medio dormido.
- Bien, ¿qué haces aquí?
- Me pediste que durmiera contigo, lo siento.
Se levantó de golpe pero se quedó al lado de la camilla.
- ¿Cómo estoy?
- Te tienen que operar porque tienes un desgarre bastante serio - suspiré - tranquila, irá todo bien.
- Tengo miedo a las operaciones - susurré.
- ¿Si estoy contigo te sentirás mejor?
- Sí pero no podrás.
- Trabajo aquí y en ginecología, ¿por qué no voy a poder?
- Vale - sonreí un poco.
Salió Harry de la habitación. Al poco volvió con la bata verde y el gorro.
- Ya está todo listo, Anna.
- Vale, estoy nerviosa.
- Tranquila - me sonrió.
Me llevaron al quirófano, me pusieron la anestesia y Harry no se separó de mí en ningún momento.

Pasaron las horas y me llevaron de vuelta a la habitación. Estaba medio adormilada.
- Tengo hambre - le dije a Harry.
- Tienes que esperar más horas para comer.
Suspiré y me acurruqué en la cama. Me volví a quedar dormida.

- Anna, tienes que despertar - me susurró una voz al oido.
Abrí los ojos y me estiré un poco.
- ¿Y Harry?
- Se ha ido a descansar - me dijo Daniel.
- Mejor - sonreí lígeramente.
- ¿Cómo estás? ¿Te duele?
- Un poco pero tengo hambre.
- Te han traido comida por eso te he depertado.
- ¡Vale! Muchas gracias.
Me dio la bandeja con la comida y comí.
- Ya me ha contado Harry lo que pasó - susurró Daniel.
Hice una pequeña mueca, no sabía que responder a eso.
- Lo siento por sacar el tema, ¿has llamado a tus padres?
- No, ahora les llamaré aunque no les contaré nada de esto, no quiero preocuparles más aún.
- Creo que no les tienes que engañar, Anna.
- Es que mi madre se pondrá histérica, seguro que vendrá corriendo y no tenemos suficiente dinero para ello, por eso no se lo quiero decir.
- ¿Quieres que se lo pague yo?
- No, la veré en poco.
- ¿Te vuelves?
- Sí, Londres es muy bonita y todo eso pero no me está haciendo bien.
- ¿Y eso?
- ¿De verdad lo preguntas? Me he acostado contigo, he hecho un trío, Harry me causa serios problemas y todo me recuerda a Vicky.
- ¿Harry por qué?
- Cosas, no creo que tengas tiempo ni ganas de que te las cuente.
- Claro que tengo las dos cosas, quiero que seamos amigos.
- Bueno - suspiré.
Le conté todo lo que había tenido con Harry, lo de la apuesta incluido.
- Maldito cabrón - gruñó Daniel cuando acabé de contarle todo.
- Ya lo he superado.
- Lo siento, pequeña - me abrazó y le seguí el abrazo.
Daniel se pasó toda la tarde conmigo haciéndome reír, siempre era así. Lo dejamos porque sus padres le amenazaron varias veces de que si tenía novia iba a tener serios problemas así que para evitarlos decidimos dejarlo. Luego perdimos el contacto porque estudiabamos los dos y no teníamos demasiado tiempo pero me alegro de haberle encontrado de nuevo.
- Me tengo que ir, Anna - dijo Daniel cuando empezó a anochecer.
- Vale, ¿mañana vendrás?
- Sí por la tarde, tengo trabajo por la mañana.
- Vale, adiós.
Me dio un beso en la frente y salió de la habitación.
Cené y me puse un rato a ver la tele de la habitación. Encontré una película interesante y la dejé.
Acabó la peli y entró Harry sigilosamente en la habitación.
- ¿Estás despierta? - susurró.
- Sí.
- Vengo a dormir contigo, si quieres.
- Vale, así no estoy sola - sonreí.
Le hice hueco a mi lado y se tumbó conmigo.
- ¿Cómo estás? - me preguntó.
- Un poco molesta.
- Es normal, mañana estarás mejor y te darán el alta.
- Mejor - sonrío.
Me empezó a tocar el pelo y a cantar bajito al oído. Me fui quedando dormida con una sonrisa de idiota enamorada en la cara.

Kamasutra (segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora