Allí estaba yo, un año después, a punto de bajar esas escaleras con mi vestido blanco. Veía a Harry desde lo alto de las escaleras, él estaba en frente de un pequeño escenario. Estaba atardeciendo ya y aquel paisaje era precioso. Empezó a sonar la música típica de antes de las bodas y mis nervios aumentaron. - ¿Lista? - me preguntó mi padre. Asentí y bajé las escaleras agarrada bien fuerte a su brazo para no caerme. Llegamos a al lado de Harry me agarré a él. Vino nuestra preciosa hija con los anillos ayudada de la mi madre ya que todavía era muy pequeña para andar sola. Nos dijimos el "sí quiero" y nos pusimos las alianzas. Nos fundimos en el maravilloso beso final y todo aplaudieron. Estabamos en una pequeña cala de Barcelona, era mi sueño casarme en esta cala y aquí estaba yo. La gente nos hizo un pasillo para que pasaramos, Harry me cogió la mano y con la otra cogió a Melanie y pasamos por el pasillo mientras que los invitados nos tiraban pétalos de rosas. Nos pusieron unas mesas y sillas en la misma cala y allí cenamos. - Tengo una sorpresa para ti - me dijo Harry al acabar de cenar. - No hacía falta. - Shh mira allí - señaló una tele que había puesto para la sorpresa seguramente. Empezó un vídeo con fotos, desde que era bien pequeña hasta hace unos meses. Sentí mucha nostalgia con todas esas foto y no pude evitar que las lágrimas cayeran por mis mejillas. También había fotos con Vicky y me hicieron llorar más, no superaba no tenerla y esto me lo recordaba. - Es muy bonito amor - le dije cuando acabó y le abracé. - Me alegro - dijo abrazándome. Empezó a sonar la música clásica y como en todas las bodas Harry y yo abrimos el baile. He de admitir que había estado practicando para ese baile, no quería pisarle pero un par de veces le pisé. La fiesta siguió hasta las 3 de la madrugada. - Tenemos un a habitación especial hoy - me dijo Harry. - La nuestra estaba bien para dormir. - Es nuestra noches de bodas. - Lo sé pero estamos cansados y Melanie duerme en nuestra habitación. - Hoy no, se va con tus padres a dormir. - Oh vale - sonreí. Me llevó al hotel W de Barcelona y subimos a una suite.
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Entramos y las vistas eran preciosas. La cama estaba decorada con un corazón hecho con pétalos de rosas. Teníamos un también una bandeja encima de una mesa con una botella de champán, trozos de frutas y chocolate caliente. La mejor boda que podía desear, la mejor noche de bodas que me podía imaginar y el inicio de la mejor vida como mujer de un hombre increíble junto a nuestra hija. No podía desear nada más.