Cap 3: El perro que duerme a los pies de su amo.

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 Demert se dirigió hacia la habitación de Adam con pasos silenciosos, tratando de no alertar al dueño del cuarto. Abrió la puerta intentando no hacer ruido y asomo la cabeza con curiosidad. El castaño dormía plácidamente sobre la cama de dos plazas, tapado por las colchas blancas con diseños de flores de sakuras.

- "Perfecto" - pensó mientras se adentraba por completo a la habitación, cerrando la puerta detrás de él en el proceso. Demert tomo la forma de sabueso del infierno y se acerco a la cama de Adam, se subió sobre ella y se recostó en los pies del humano.

 En esos momentos se encontraban en pleno invierno, afuera hacia un frío que calaba lo huesos a cualquiera, y era en esos momentos en los que no podía evitar el subir la temperatura de su cuerpo. Adam no tenia porque quejarse, ahora lo tenia a él para calentar la habitación en invierno, de seguro lo trataría de ahora en adelante como a una estufa viviente.

- "Solo espero que no me corra a patadas cuando despierte" - pensó el perro observando al hombre que dormía tranquilamente echo un ovillo por el frío que tenia, se notaba que recién se había duchado, tenia el cabello mojado y desprendía un aroma a jabón. Demert le miro un rato más antes de dormirse sobre los pies del muchacho.

A la mañana siguiente.

 Adam abrió los ojos con pereza, la luz se filtraba por la ventana, dándole directamente en la cara. El castaño maldecía internamente por no haber serrado las cortina anoche. Miro hacia la ventana, estaba nevando afuera, pero extrañamente, la habitación se mantenía a una temperatura ideal.

 El chico miro extrañado a sus pies, podía sentir un peso en la cama que no era suyo. Al castaño casi le da un infarto al ver a un Hellounds dormir plácidamente en la cama, ahora entendía porque no hacia frío en su cuarto, el perro desprendía tanto calor de su cuerpo que impedía que la habitación se enfriara.

- ¡¡Demert!! - grito despertando al perro, este bostezo perezoso mostrando sus largos colmillos y luego le observo con diversión - ¿que haces es mi habitación? - le pregunto mientras se centava, apoyando su espalda en la cabecera de la cama y esperando pacientemente una respuesta.

 El perro se levanto de su puesto y se acerco al muchacho moviendo su esquelética cola, Adam le miraba con regaño, cosa que hacia que el animal se divirtiera de lo lindo. Lentamente su cuerpo volvió a tomar la forma de un humano con fieros ojos rojos pero aun desprendía aquel calor abrazador que podía ser comparado fácilmente con el sol del medio día.

- No me gusta dormir solo - decía el hombre de cabello negro - ademas, no tienes porque enojarte, gracias a mi no te estas congelando por el frío que hace afuera.

- ... - Adam miro al endemoniado chucho con un tic nervioso, ese perro sarnoso si que sabia como sacarlo de sus casillas - esta bien, si quieres seguir durmiendo aquí esta bien, pero avisa, casi me da un infarto el verte sobre la cama en tu forma de perro infernal - decía a modo de regaño, Demert bufo divertido mientras se baja de la cama y ponía sus calientes pies en el frío suelo.

- Por cierto, ¿me dejas cuidar de tu jardín? - le pregunto con cara de cachorro abandonado, Adam le observo sorprendido antes de sonreír y asentir.

- Claro, es todo tullo perrito - decía guiñándole un ojo con chulería, Demert sonrió mientras se volvía a transforma en un Hellhounds, bajando de la cama de un salto y sentándose en frente de la puerta esperando a que Adam se levantara y se la abriera - podrás ser un sabueso del infierno pero sigues siendo un perro - decía con burla el castaño mientras se bajaba de la cama y se acercaba al intimidan-te animal - regresa pronto, are el desayuno - le dijo antes de abrir la puerta y dejar que el animal se marchara rumbo al jardín.

Tiempo mas tarde

 Adam se encontraba en la cocina, vestía un pantalón negro holgado y una remera blanca, solo usaba medias en los pies, estando casi descalzo en el frío suelo de su hogar. El castaño estaba preparando café y tostada para él, y un pedazo de carne para el sabueso.

 El chico estaba tan concentrado en su trabajo que no se dio cuenta que Demert ya había regresado, y que miraba al humano con curiosidad, como si estuviera asiendo algo de otro mundo. Adam se giro con un plato lleno de tostada y una taza de café en mano, cuando de repente vio al perro sentado en el suelo, mirándole con atención y un poco de diversión. Al pobre humano casi se le cae la taza y el plato si no fuera por sus muy buenos reflejos.

- Maldición, se nota que te gusta verme sufrir - dijo enojado mientras dejaba su desayuno sobre la mesa, Demert soltó un resoplido divertido haciéndole ojos de cachorro - ten - decía mientras le pasaba un plato con carne cruda al sabueso, este la olfateo antes de empezar a comer, en verdad que tenia hambre el chucho. En la cocina había encimeras sillas y una mesa muy elegantes, ademas de haber una heladera, estufa, un microondas y cubiertos de plata junto con bazos y copas de vidrio, todo acomodado y limpio, sin una pizca de tierra o mugre.

 Cuando Demert termino de comer, hizo un sonido muy parecido a un ronroneo mientras se recostaba en el suelo completamente satisfecho, parecía feliz. Adam solo le observo en silencio mientras continuaba con su café con tostadas.

 Después de desayunar, Adam se puso a ordenas el desastre mientras el perro se iba al jardín. La nieve ya había dejado de caer pero el frió era latente. El chico miraba con fascinación por la ventana de la cocina como la nieve se derretía al rededor del Hellhounds, el calor que emanaban esos animales era comparable al calor de un volcán en erupción.

Una manada diferente (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora