- ¿Te encuentras bien, Adam? - le pregunto el sabueso observándole con preocupación y llamando la atención de los demás, quienes habían detenido su batalla de miradas para poder ver a su humano favorito.
- Sip - le respondió sonriendo forzada mente, intentando ocultar su tristeza y pesadez de los ojos de los seres sobrenaturales (aunque dudaba en poder ocultárselo a Muerte) - solo pensaba en cosas para nada importantes.
- ...ya veo... - susurro el perro observándole con precaución, poniendo un poco incomodo al pobre chico quien tocio disimuladamente intentando aligerar un poco el ambiente.
- ¿Por qué no mejor desayunamos? - les pregunto con una sonrisa nerviosa, tener la miradas de aquellos hombres encima le ponían los pelos de punta especialmente cuando uno parecía querer matarlo con la mirada.
Los dos lobos, el perro, el Fénix, el Dragón y el ángel se miraron entre ellos antes de asentir y comenzar a desayunar con tranquilidad olvidándose de las protestas anteriores. Los gemelos de vez en cuando fulminaban a Muerte con la mirada, pero no se atrevían a más, le tenían un profundo respeto y miedo a aquel pelinegro de ojos amatistas. Demert solo observaba en silencio lo que los demás hacían poniendo mucha más atención en Adam ya que lo veía algo extraño, como si estuviera melancólico o cansado. Sebastian miraba con odio la taza que la Muerte le había entregado, sentía como si fuera una burla a su orgullo y raza, lastimosamente él tampoco se atrevía a hacerle algo al ángel sabiendo que este podía matarlo con tan solo chasquear los dedos, en resume: era una hormiga ante los ojos de este dios. Theo, en comparación de su compañero, tomaba su café con un puchero y una mente tormentosa; Adam, por su lado, le observaba con una gota en su cabeza, podía ver lagrimas de cocodrilos asomarse por los ojos del Dragón. Muerte solo ignoraba a todos, no tenia ganas de soportar a esos molestos insectos, pero de vez en cuando abría ligeramente sus ojos para observar al distraído humano.
Cuando todos terminaron de desayunar, el Ángel mando a los hermanos a lavar las tazas y cubiertos que fueron usados estos, naturalmente, se negaron rotundamente alegando que tenían algo que hacer con Adam, pero sus quejas se callaron abrupta mente cuando el pelinegro les dio una mirada escalofriante, parecía estarse conteniendo para no chasquear los dedos y darle un pase directo al infierno. Ambos Licantropos se fueron más rápido que un rayo a cumplir la orden del terrorífico ser. Demert se fue con Theo y Sebastian, el humano le había pedido que le mostrara a los dos nuevo la mansión, el Hellhounds quiso negarse, pero al ver la mirada cansada y las ojeras que tenia el castaño decidió ayudarle un poco con los nuevos. Muerte, como temía el humano, había acompañado a Adam al patio ignorando las protestas del joven.
- ¿Te sientes bien? - le pregunto después de un rato de silencio haciendo que el castaño diera un pequeño brinco por el susto, estaba tan distraído que se olvido de que el pelinegro le estaba acompañando. Muerte levanto una ceja al ver el raro comportamiento que estaba teniendo en esos momentos Adam, él nunca se distraía, siempre tenia las defensa altas y siempre estaba atento a todo lo que le rodeaba.
- Si, solo estoy un poco cansado - le respondió restando importancia al asunto.
El Ángel le acribillo con la mirada, sus ojos observaban atentamente cada detalle de las facciones del joven, quien había desviado la vista incomodo y ahora veía hacia el interior del bosque justo donde se encontraba parada una sombra de opacos ojos rojos. El pelinegro entrecerró sus ojos mientras se cruzaba de brazos, estaba más que seguro de haber sentido su presencia muy cerca de la mansión antes.
- Creo que nos han estado vigilando - murmuro el humano cerrando sus ojos con cansancio, ya no podía más, se la había pasado la noche en vela por aquella molesta sensación en la nuca, esa inquietante sensación que te da cuando alguien o algo te observa muy fijamente - la noche anterior tuve que acostarme con un cuchillo debajo de la almohada, no puedo dormir porque sentía que me observaban.
- ¿Por qué no me lo contaste? ¿Acaso no somos amigos? - le pregunto dolido, si Adam le hubiera contado esto él lo hubiera podido resolver antes, no por nada era uno de los seres más poderosos del universo, un ser cuyo poder es incluso superior al de dios. El pelinegro dirigió su mirada a la sombra de ojos rojos que no se había movido de su sitio.
Adam le abrazo cálida mente ocultando su rostro en el pecho del más alto, quien en seguida le devolvió el abrazo sintiéndose mucho mejor teniendo a el castaño entre sus brazos, así podía protegerlo, cuidarlo y hacerle sentir que tenia a alguien a quien en verdad le preocupaba su bienestar, a pesar de que ese alguien sea la mismísima Muerta.
- Lo siento, pensé que estarías ocupado - le dijo sonriendo con tristeza, no era su intención hacer sentir mal a Muerte - ademas no creo que sea él el dueño de tan malignos ojos - susurro entrecerrando sus ojos.
- ¿A qué te refieres? - le pregunto algo extrañado.
- Creo que lo que me observaba ayer en la noche era un demonio - respondió con un tono cansado, le dolía un montón la cabeza y viejos recuerdos golpeaban su mente cada vez que cerraba sus ojos, estaba exhausto. No lo admitiría, pero sentía miedo de quedarse solo con sus recuerdos y pensamientos, dándole paso al demonio para que jugara con su alma y mente debilitada.
- Un demonio... - susurro Muerte separándose cuidadosamente de Adam, quien parecía estar apunto de dormirse parado si seguían más tiempo ahí - si ese es el caso tendrías que dormir acompañado.
- Demert duerme conmigo - le respondió cerrando sus ojos y soltando un pesado suspiro, el perro no parece haberse dado cuenta aun de que había algo raro a los alrededores, pero sus instintos lo mantenían en vigilia la mayor parte del tiempo - esta más alerta, y me mantiene vigilado - decía sonriendo débilmente, como si estuviera orgullo del Hellhounds por tal cálida acción.
- Mmm - levanto la mirada pensativo antes de suspirar - ve a dormir, yo vigilare y pondré al tanto de la situación a los idiotas - decía tranquilamente el orgulloso pelinegro sonriendo con una sonrisa amable a su querido amigo que asintió distraída mente y se fue obedientemente al interior de la mansión arrastrando lo pies y murmurando un tenue ¨gracias¨ - ...un demonio... esto sera interesante - susurro para si mismo con una sonrisa para nada linda, desprendiendo un aura oscura que mato a un par de arbole y seco un arbusto escarchado en cuestión de segundos - nadie se mete con lo que es mío y sale vivo para contarlo.
En la cocina los lobos ya habían terminado de limpiar lo que les ordenaron. Jeorge murmuraba cosas indescifrables mientras se encontraba tirado sobre una pobre y vieja silla, Abel ignoraba a su hermano mientras miraba distraída mente hacia el techo pensando que el ambiente se sentía extrañamente pesado y sofocante.
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Una manada diferente (Yaoi)
AcakAbandonado por su propia familia, no le queda mas que una mansión en medio de un bosque repleto de criaturas sobrenaturales que buscan matarlo por el simple echo de ser un ex-cazador. Ya no tenia nada porque luchar cuando se encontró con un Hellhou...