Cap 6: El ángel herido.

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 Adam ya había dejado inconsciente a unos tres cazadores cuando escucho el rugido del sabueso, se giro asustado al ver la intención que tenia Demert de quemar vivo al hombre con sus llamas. Levanto su pistola y jalo el gatillo dándole al cazador en la pierna, ocasionando que este cayera inconsciente ante la poderosa droga. El castaño tubo que disparar unas cinco veces mas antes de que todo quede en un sepulcral silencio.

- ¿Son los únicos? - le pregunto viendo hacia la cueva con recelo, el perro se concentro tratando de encontrar algún aroma o sonido fuera de lugar. Demert levanto la mirada y asintió, solo podía percibir el aroma a sangre fresca que provenía desde dentro de la cueva - genial - decía mientras se adentras con pasos seguros a la caverna. El Hellhounds le siguió, mirando todo con odio. Adentro de la cueva había cadenas y materiales de tortura, Adam no podía verlos por la oscuridad, pero él si, sus ojos le permitían ver perfectamente en la oscuridad de la cuerva.

 Adam bufo algo molesto por no poder ver nada, busco en los bolsillos de su campera un encendedor que siempre llevaba consigo. Sonrió aliviado al encontrarlo en su bolsillo derecho.

- ¿¡Pero que demonio...?! - exclamo al ver una sombra en la pared apenas ilumino el lugar con la débil llama de su encendedor, logro divisar varios objetos de tortura junto antorchas apagadas a un costado y un cuerpo en la pared, parecía muy mal herido por el liquido que se resbalaba por la pared y manchaba el suelo - "Que no sea Muerte, por dios que no sea Muerte" - rogaba internamente el castaño mientras se apresuraba a tomar una antorcha. Adam tomo una de las antorchas que se encontraban tiradas en el suelo y la encendió con el encendedor, rogando a quien sea que le escuche que el que esta atado en la pared no sea el ángel que estaban buscando - ¡Muerte! - grito al ver a un muy pálido pelinegro atado a la pared por estacas y cadenas.

- "¿Ese es Muerte?" - se preguntaba el Hellhunds mirando fijamente al hombre que tenia en frente, este tenia el cabello sucio y grasoso, algo largo y con tierra y sangre en el, tenia rasgo aristocráticos, pero estos apenas se notaban por la tierra que manchaba su pálido rostro, vestía una larga túnica desgarrada de color negro con diseños plateados. Aquel hombre tenia varias estacas clavas en su cuerpo, una en donde se supone se encuentra el corazón, y otras dos en sus manos.

- ¿Muerte...? - pregunto Adam shokeado, no podía creer el estado en el que se encontraba el ángel.

- Adam... - susurro el líder de las parcas abriendo sus pesados parpados mostrando sus brillantes ojos violetas, si esto seguía así, terminaría desmallándose - ¿que haces aquí...? - su tono de voz era apenas audible, estaba demasiado cansado y herido, no faltaba mucho para que terminara inconsciente.

- Vine a ayudarte - susurro mientras colocaba su mano derecha en la estaca que se encontraba clavada en el pecho - te sacare de aquí, no te preocupes - le prometió mientras comenzaba a tirar de la estaca, Muerte jadeo al sentir como el maldito objeto comenzaba a ser retirado de su pecho - ¿Ves? no tienes de que preocuparte - el humano intentaba tranquilizar al ángel, quien vio con repulsión la estaca ensangrentada que sostenía en sus manos.

- ¿Te ayudo a sacar la otra? - le pregunto Demert con aburrimiento, recibiendo una mirada fulminante de parte del jefe de las parcas.

- Si, por favor - le dijo agradecido ignorando la mirada fulminante que le daba Muerte al Hellhounds; el tomo la estaca de la mano derecha y jalo con fuerza. El perro sonrío y tomo la estaca que tenia clavada la mano izquierda para luego comenzar a tirar de ella.

 Cuando ambos lograron quitar las estacas, Muerte callo de rodilla, no tenia fuerza para mantenerse en pie por si mismo por lo que Adam tuvo que cargarlo en su espalda. Demert tomo la forma del sabueso para adelantarse y dejar el camino libre para el humano, no quería que un Vampiro se le apareciera en el camino y atacara al mas débil de la pequeña manada, en este caso, el humano que cargaba a uno de los seres mas poderos en su espalda.

- Adam yo... - Muerte intentaba explicarle lo que sucedía, podía sentir la calidez que emanaba la espalda del humano, se sentía en casa estando con su pequeño castaño, pero ahora estaba muy herido, solo quería descansar un rato.

- Descansa, cuando abras los ojos estarás en un lugar seguro... - le aseguro mientras apresuraba el paso, por suerte había usado una droga muy fuerte en los cazadores, lo suficiente como para que no despierten en dos días. El herido decidió hacerle caso, estaba demasiado cansado como para replicarle.

- "Me las pagaran, esto no quedara impune" - pensó Muerte antes de quedar profundamente dormido.

Una manada diferente (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora