Después de un rato se escucharon las fuertes y rápidas pisadas del humano, Adam se dirigía hacia su habitación a una velocidad admirable para un ser humano. Con un suspiro cansado, Muerte se levanto de la butaca con elegancia, dejando el libro de tapa roja sobre el asiento, y luego se dirigió hacia la puerta dando largas zancadas.
- ¡Adam! - grito una vez que allá abierto la puerta, el castaño ya se había adentrado en su cuarto, pero cuando escucha la profunda y calmada voz del pálido pelinegro asomo la cabeza con curiosidad.
- Hola - le saludo mientras se acercaba al hombre de ojos violetas con la ballesta aun colgando en sus hombros - ¿que sucede? - le pregunto con curiosidad, Muerte parecía algo preocupado.
- La luna llena sera en un par de días, tienes que hablar con los gemelos - le dijo mirándole con severidad, Adam sonrió con amabilidad antes de asentir estando de acuerdo con Muerte - y tienes también que decirle al Hellhounds que te ayude, esos dos serán un verdadero problema bajo la influencia de la luna llena.
- No te preocupes, ya tengo todo resuelto - decía regalando le una resplandeciente sonrisa antes de marcharse de regreso a su habitación dejando solo al maestro de las parcas.
- Eso espero...
Unos días después.
Todos en la mansión estaban algo eufóricos, los gemelos tenia mucha mas energía que antes y sus heridas ya se habían curado por completo; Abel se la pasaba corriendo de un lado al otro, molestando y haciendo bromas a Demert, quien intentaba contenerse al saber que ese era uno de los síntomas que tenían los Licantropos unos días antes de que apareciera la luna llena. Jeorge se la pasaba corriendo de un lado a otro con su forma de lobo, aveces le saltaba encima a Abel para mordisquearle la cola, otras se iba al jardín y se ponía a jugar con la nieve acumulada en el suelo.
- Calma, calma - decía Adam mientras intentaba tranquilizar a los dos chuchos que se encontraban saltando sobre su pobre cama, en esos momentos estaban en la habitación del humano, quien leía tranquilamente un libro sobre Vampiros cuando entraron los gemelos como un vendaval por la puerta, desordenando todo lo que encontraron a su paso - ¡Ya! ¡Van a romper mi cama si no se calman! - los lobos gemelos se miraron entre ellos antes de saltar encima del chico de ojos miel, derriban dolo y manteniendo-lo cautivo contra el suelo - ¡Me rindo! - grito cuando ahora los animales saltaban sobre él, dándole lamidas en el cuello y nuca; contuvo la respiración cuando Jeorge mordisqueaba y lamia su fino cabello castaño, dejándolo todo pegajoso.
- ¡Suficiente! - grito una voz profunda y fría, Muerte acababa de entrar a la habitación de Adam con el ceño fruncido y fulminando a los hermanos con su mirada - Si no se calman, los atare con cadenas al jardín hasta la semana que viene, y ni Adam podrá salvarlos - les amenazo con un brillo amenazador en sus ojos violetas, no estaba mintiendo.
- Yo que ustedes me iba corriendo de aquí - les aconsejo el humano en un susurro estando aun en el suelo. Jeorge y Abel soltaron un leve gruñido antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo - gracias - le agradeció una ves que los gemelos se hallan perdido de su campo de vista.
- De nada - le dijo tendiéndole su pálida mano para que levantara del suelo, esos dos eran como un torbellino - deberías atarlos para que se queden quietos.
- ¿Que tienes en contra de los pobres chuchos? - le pregunto con una leve sonrisa juguetona, le encantaba ver a alguien tan apacible como Muerte actuara así - no hacen nada, solo son chuchos siendo chuchos.
- Si tu lo dices - dijo antes de darse media vuelta y regresar de nuevo a la biblioteca - "si me vuelven a interrumpir, les are comer comida de gato todo un mes" - pensó con una fría sonrisa.
- Que miedo... - murmuro al sentir el aura fría y densa que cubrió al ángel antes de que se marchara de su habitación con su andar elegante - pobres chuchos, seria mejor que no hicieran nada que pudiera enojar al gruñón de Muerte - susurro regresando a lo que estaba haciendo antes de que los gemelos entraran a su habitación.
En el jardín Demert estaba en el frió suelo estando en su forma Hellhounds; el animal llevaba en su boca una pequeña bolsita que contenía en su interior un poderoso hechizo, Muerte lo había creado para proteger la mansión y a Adam de criaturas malignas. El hechizo que hizo el ángel necesito de un poco de cabello de parte de Demert, Abel, Jeorge y un poco del suyo propio; ellos cuatros eran los únicos que podrían estar en los terrenos de la mansión sin recibir daño.
Cuando el Ángel les pidió que se arrancaran un par de pelos de su cabeza, los gemelos persiguieron al pobre perro por toda la mansión con tijeras en mano; esos dos querían hacerle un nuevo cambio de imagen a Demert, quien logro refugiarse detrás de Adam sabiendo que los lobos gemelos no le harían daño, le tenían demasiado cariño como para lastimar le. El muchacho, al ver lo que los hermanos querían hacerle al sabueso, les pidió amablemente que le hicieran un corte de cabello, el suyo ya estaba muy largo y necesitaba ser recortado. Abel y Jeorge se miraron entre ellos antes de asentir con una gran sonrisa; entre ambos hicieron un recorte en el suave y hermoso cabello castaño del humano, puniendo mucho esmero en lo que hacían.
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Una manada diferente (Yaoi)
AcakAbandonado por su propia familia, no le queda mas que una mansión en medio de un bosque repleto de criaturas sobrenaturales que buscan matarlo por el simple echo de ser un ex-cazador. Ya no tenia nada porque luchar cuando se encontró con un Hellhou...