Incognitas.

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Durante el entrenamiento Javi volvió a sonreirme, ignorante del daño que me hacia su sonrisa, y entonces llego ella, y sus ojos brillaron, y su sonrisa se ensancho y mi corazón se paró, dejo de latir, se quedo inerte, oculto tras una mascara de hielo.

Yo también sonreí.

Me aleje de la pista y los observe, patinaban juntos, como si uno fuese parte del otro. Ella llevaba al cuello la cadena de Javi. Los celos me corroían. Antes ella era yo.

"No soporto los latidos,
estoy pidiendo la factura,
La chica con uñas carmesí
lleva a Jesús alrededor del cuello,
balanceándose al ritmo de la música,
balanceándose al ritmo de la música"

Ahora la que entrena a su lado es ella. No yo. No podía seguir viéndolos, sentía que el hielo que rodeaba mi corazón estaba a punto de quebrarse en mil pedazos. Entonces me regalaste una última mirada. Una mirada que me decía lo mucho que me echabas de menos o quizás eso era lo que yo quería creer. Yo no sabia que dolería tanto...

Los días seguían pasando uno tras otro sin pausa. Y te veía a su lado, y sonreías, y ella te sonreía, y ahora bailas con ella en el hielo y no conmigo.

No podía evitar preguntarme si me habías olvidado completamente.

Y sin razonarlo demasiado decidí que tenía que hablar contigo. Aclarar estos sentimientos, aunque sólo fuera para poder dejarlos atrás, aunque sólo fuera para poder olvidarte...

"Hola, hola, estoy en un lugar llamado vértigo,
es todo lo que desearía no haber sabido,
salvo que tú me das algo que puedo sentir, sentir."

A pesar de haberme decidido seguía dando vueltas delante de tu piso, sin atreverme a timbrar a la puerta.

Y si estabas con ella?

Notaba el tiempo pasar, y con cada segundo me apetecía más salir de allí, irme a mi casa y olvidarme de todo. Pero entonces pensaba en el dolor en mi pecho, un dolor crónico, que me recordaba la razón por la que quería verte...

Seguí dando vueltas, nervioso, cogí mi móvil y mire tu número, jugueteé con el teléfono entre mis manos, miré por enésima vez al timbre y cerré los ojos, intentando concentrar todo el valor que tenía para apretar ese minúsculo botón y poder verte.

Abrí los ojos y me decidí a pulsar el timbre, justo en ese momento se abrió la puerta y por escasos centrimetros nuestros cuerpos no colisionaron.
Javi me miro y me vi reflejado en sus ojos, un chiquillo asustado, sonrió, y mi corazón se estremeció.

-Hola Yuzuru...- Su voz diciendo mi nombre hizo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.- Que haces aquí? Podías haber avisado!- dijo, sin perder la sonrisa.

Tenía que controlarme para mantenerme sereno, para recordar que el no era mas mi Javi, recordar que esa sonrisa era solo para un amigo. Pero era difícil. Siempre había sido difícil lograr no derretirse con su mirada, con su sonrisa... Dolía, y ese dolor ahora mismo era mi salvavidas.

Trague saliva, ahora no podía echarme atrás, solo una pregunta, solo una y todo mi mundo cambiaría por completo.

-Javier...- le mire, intentando no temblar, tenía miedo, un miedo oscuro y pesado que se depositaba en mi estómago -Tú... - respire hondo, cerrando los ojos y abriéndolos de nuevo para encontrar con los suyos, que me miraban curiosos.

-Javi- volví a empezar- tu me querías?- mire al suelo- Tú... Aún me quieres...?

Javier no dijo nada, se quedo callado y el silencio empezó a rodearnos, como una telaraña pegajosa y espesa, impidiéndonos movernos.

Nuestras respiraciones empezaron ser cada vez mas pesadas, mi corazón palpitaba en mis oídos, retumbando por todo mi cuerpo, como un reloj marcando el paso del tiempo.

Quería huir, quería salir corriendo, quería escuchar su respuesta... El silencio me estaba enloqueciendo.

Volví a alzar la vista, Javi ya no me miraba, se tapaba los ojos, como si quisiera evitar que lo mirase, como si quisiera evitar mirarme, quizás no quería verme más, quizás esa era su respuesta... La quemazón en mi garganta regresó, las lágrimas se agolpaban en mis ojos, levanté mi mano hacia las suyas, hacia su rostro, temeroso de tocarlo... Puse mi mano sobre la suya, las lágrimas comenzaron a caer, trazando húmedos caminos en mis mejillas.

-Javi, por favor, Respóndeme...- mi voz sonaba rota, tanto como yo lo estaba.

Javier siguió en silencio, sin mirarme.

Retire mi mano de la suya y creí notar como temblaba... o quizás el que temblaba era yo. Me gire y con pasos lentos comencé a irme, de todos modos huir corriendo era solo malgastar energía.

De pronto, entre el zumbido de mi cabeza y los quejumbrosos latidos de mi corazón escuche su voz, alta y clara en mis oídos, a pesar de que hablaba casi en susurros, me gire hacia él, las manos ya no le tapaban el rostro, por sus mejillas también resbalaban las lágrimas.

-Te quería Yuzuru, de verdad -su voz sonaba nasal por culpa del llanto -y ahora... Yo...yo también... Pero....

Mi corazón dio un vuelco, expectante, me acerque a Javi, levante mi mano y le acaricie la mejilla, limpiándole las lágrimas, él cerro los ojos, dejándose llevar por mi toque...

Me cogió la mano que tenia apoyada en su rostro y entramos a su apartamento, viejo conocido. Y a pesar que mi razón había muerto y solo me guiaba por impulsos pude observar su habitación, y entonces me di cuenta de que todo seguía igual.

Y estábamos solos.

Corazones confundidos [Yuzuvier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora