Capítulo Tres

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Tres horas después, el cadáver, que se habían encontrado cerca del muelle, fue examinado, metido en una bolsa, hasta que finalmente se lo llevaron.

—Bueno,— dijo el sheriff Caleb Smith, que estaba de pie en el porche. —Parece que es la adolescente que ha estado desaparecida durante unas semanas, Tina Johnson.

—¿Qué pasó con ella?— Pregunté, mirándolo fijamente.

Él era más alto de lo que yo había pensado, medía aproximadamente uno ochenta y dos, tenía el cabello oscuro que colgaba justo por debajo de su cuello, y un cincelado rostro casi perfecto, a excepción de su nariz, que era un poco grande. Tuve que admitir, sin embargo, que para ser un hombre de unos treinta y pico de años, era guapo.

Mi madre, que estaba mirando hacia él como si fuera Superman, se aclaró la garganta. —Antes de responder, ¿le gustaría venir a tomar una taza de café, Sheriff?

Él sonrió ampliamente y entró. —Gracias, no se preocupe por el café. Ya me tengo que ir.

—Entonces, ¿ella fue asesinada?— preguntó Nathan, todavía asustado por encontrar el cuerpo hinchado que sobresalía del agua. Él lo había descrito tantas veces que yo podía ver la imagen en mi cabeza, como si hubiera estado allí en realidad.

El sheriff sacudió la cabeza. —Yo no lo creo. Ella tenía antecedentes de consumo de alcohol y se fue de una fiesta bastante ebria en el momento de su desaparición. Ella pudo haberse caído al agua, ahogándose. Habrá una autopsia, por lo que sabremos más tarde.

Nathan, quien vio un montón de capítulos de C.S.I. en la televisión, cruzó los brazos sobre el pecho. —Así que, ¿no hubo testigos? ¿Nadie en la fiesta realmente la vio salir?

El sheriff puso su mano en la pared y se apoyó en ella. —No. Esa fiesta se les fue un poco de las manos y terminamos arrestando a unos menores con intoxicación. Fue un lío.

—Dios mío,— dijo mamá. —Qué cosa tan horrible para sus padres. No puedo imaginarme lo que habrá sido para ellos.

Él asintió con la cabeza, que parecía muy sombría. —Al igual que nosotros, ellos han estado buscándola por los pueblos cercanos.

—Bien,— suspiró Nathan, —al menos tienen pistas.

—Qué trágico, no puedo imaginar cómo yo me enfrentaría en su situación,— ella dijo.

Él asintió. —Estoy de acuerdo.

—Sheriff, ¿está usted seguro de que no quiere una taza de café? Sólo me tomará un minuto prepararlo.

—No, Anne, pero gracias de nuevo por la oferta.— Se enderezó y dio unas palmaditas en sus bolsillos, como si buscara las llaves. —Será mejor que me vaya, mi hija me está esperando en casa.

—¿Tiene hijos?— Ella le preguntó.

Él sonrió con orgullo. —Una hija, Celeste. Ella acaba de graduarse.

—Oh, es un padre soltero,— dijo ella, sonriendo como si acabara de ganar un raspadito de lotería. Ugh, ¿podía mirarlo más emocionada?

Él asintió. —Sí, de hecho, he estado solo por unos cuantos años.

—Ser madre soltera es difícil con los horarios normales,— ella respondió rápidamente. —Puedo imaginar lo que está pasando, es una locura.

—No es tan malo. Es sólo Celeste, y ella es... bastante manejable. Usted... usted tiene mellizos. Eso debe ser muy difícil

—En realidad no. Son muy buenos chicos.— Ella sonrió.

—Bueno, entonces ellos no tendrán que verme mucho a mí.— Mamá se echó a reír como si hubiera dicho la cosa más divertida que jamás había escuchado. —Oh, diablos, sólo estoy bromeando. La mayoría de los chicos de por aquí tienen buen comportamiento, también.

—Bueno, entonces me puedo relajar cuando estos dos empiecen a conocer a otros chicos del pueblo y salgan por la noche.

Él bajó la cabeza y se movió hacia delante. —Yo no confiaría mucho. Siguen siendo adolescentes.

—Es muy cierto,— ella suspiró. —Bueno, gracias por estar aquí tan rápido. Estamos todos muy conmocionados.

Él apretó los labios. —Seguro. ¡Es una experiencia horrible para ser su primera noche en Shore Lake! Lamento que hayan tenido que pasar por esto.

—Nosotros también,— dijo ella, frunciendo el ceño. —Sin duda fue una noche llena de acontecimientos. Una locura, ¿no?

—Así mismo.— Él se puso el sombrero. —Será mejor que me vaya. Espero que la próxima vez que nos veamos sean en mejores circunstancias.

Mi madre lo siguió hasta la puerta. —Yo también. Buenas noches, sheriff.

—Caleb,— dijo en voz baja, mirándola.

Sus mejillas se sonrojaron. —Buenas noches, Caleb.— En realidad, era de madrugada, pero mamá y Caleb no parecía darse cuenta. Estaban demasiado ocupados mirándose el uno al otro con sus solitarias hormonas de mediana edad.

—Adiós, sheriff,— dijo Nathan desde el sofá con una sonrisa de come-mierda.

Al igual que yo, lo había estado estudiando en silencio, y por la expresión de su cara, él también sabía que ellos estaban en la misma dimensión.

—Sí, nos vemos,— añadí con un gesto, con la esperanza que acabara de salir, ya.

Caleb sonrió una vez más con sus relucientes dientes blancos y, finalmente, salió por la puerta principal.

—Él es un buen hombre,— dijo mamá, mirando con una sonrisa estúpida. —Es muy reconfortante saber que esta ciudad tiene un gran hombre como él patrullando las calles.

—Oh, casi no sabes de él,— le espeté, bajando del sofá. —Él no podría realmente ser tan agradable. Podría estar actuando. Tanto mi madre como mi hermano me miraron con sorpresa. Levanté mi barbilla. —Lo siento, pero es la verdad.

Ella negó con la cabeza. —Oh, por el amor de Dios, Nikki, no te apresures a juzgar a las personas.

Empecé a caminar por las escaleras a mi habitación, a punto de caer en ese mullido colchón. —Como sea, me voy a dormir.

—Ella es una perra,— dijo Nathan.

—¡Escuché eso!— Grité. Yo sabía que era cierto. Había sido un largo día y yo estaba lista para dormir.

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Holaaa.... Como están?
Disculpen si no tengo días para actualizar pero mi ultimo año en el colegio esta de locos: proyectos, exámenes, tareas, bla bla...

Como sea hoy me animé a actualizar por mi querida amiga alev1514, así que el capitulo de hoy va dedicado a ella 😘

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Confusión *Vagabundos De La Noche 1*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora