Capítulo Diecisiete

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-Nikki,- dijo Rosie, entrando en la sala de descanso. -Alguien llamado Duncan te espera.

-Gracias.

Sus ojos se estrecharon. -¿Estás bien? Te ves un poco sonrojada.

-Estoy bien,- le contesté, incapaz de mirarla a los ojos.

-Vete a casa y descansa,- dijo. -Trabajar aquí puede agotarte.

-Lo haré. Gracias.

La seguí y esperaba ver a Ethan y a sus amigos, pero todos se habían ido.

-Hola,- dijo Duncan. Iba vestido con una camisa polo azul claro que complementaba con sus ojos gris plateado y pantalones vaqueros que mostraban sus abdominales formados. Yo todavía estaba sintiendo las feromonas que Ethan producía, por lo que tuve un impulso increíble de tener sexo con él.

-¿Listo?- pregunté, agarrando su mano.

Él se rio entre dientes mientras lo sacaba del restaurante. -¿Qué pasa? ¿Trabajaste mucho?

Solté un suspiro y asentí. -Ha sido un día muy largo.

Los dos nos subimos a su camioneta y él encendió la música.

Me sorprendió mirándolo y sonrió. -Te ves bien,- dijo, tomando mi mano.

Su sonrisa era mucho más juvenil que la de Ethan y la ternura de sus ojos era tan dulce. Una parte de mí ya estaba loca por Duncan, mientras que otra parte de mí gritaba por Ethan. Fue frustrante y decidí a tratar de alejar mis pensamientos lujuriosos por Ethan, así que le dije que se detuviera a un lado de la carretera.

-¿Qué pasa?- preguntó.

Me acerqué más a él y presioné mis labios contra los suyos. Pronto nos estábamos besando y mis manos estaban sobre él. Cuando me puso en su regazo y me miró a los ojos, dejó escapar un suspiro tembloroso.

-Nikki,- gimió, y luego su boca tomó la mía.

Apreté mis caderas contra él y gimió de placer mientras me mecía contra él. Me desabrochó la parte superior de mi uniforme y desabrochó el sujetador, besó mis pechos. Nadie había hecho eso antes y la sensación me hizo temblar abajo.

-Mierda,- gimió cuando un coche patrulla se detuvo detrás de nosotros y estábamos rodeados de luces brillantes.

Me quité de encima de él y abroché el uniforme mientras Duncan trataba de recobrar la compostura.

-Caramba,- dijo, mirándome de nuevo. -Eso fue intenso.

Hubo un golpe en la ventana y nos sonrió tímidamente el sheriff Caleb, quien tenía el ceño fruncido. -¿Qué está pasando?- preguntó.

El rostro de Duncan parecía tan culpable y era cómico. -Um, sólo estábamos hablando.- Él sonrió.

-Ciertamente empañaron las ventanas muy bien, con todo lo que hablaban ustedes. La próxima vez, abran una.- Los dos sonrieron. -Escuchen," dijo Caleb. -Yo no soy tonto, así que sé que sus hormonas en ebullición probablemente los sobrepasó. La próxima vez que sientas deseos de besarse, no lo hagan al lado de la carretera. Es muy peligroso, especialmente por la noche. Ahora, Duncan, lleva a Nikki a la casa antes que su madre se preocupe.

-Está bien. Gracias, señor,- respondió Duncan.

Él me miró. -Saluda a tu madre de mi parte.

-Está bien.

Él volvió a su coche patrulla, y nos dirigimos a la cabaña en un incómodo silencio.

Afortunadamente, Nathan estaba esperando en el porche cuando llegamos, porque no quería hablar de lo que había sucedido. La verdad era que yo no estaba muy segura de mí misma. ¿La chica promiscua regresó? Esa no era yo. Me he besado con dos chicos en los últimos dos días y no tenía explicación real para ello.

Confusión *Vagabundos De La Noche 1*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora