Capítulo Diez

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Tres horas más tarde, me senté frente a Rosie, que había heredado de su madre el restaurante Ruth hacía unos años atrás. Mientras ella miraba por encima mi solicitud de empleo, yo estudié a la mujer delgada, de cabello rubio platino, y deduje que era de unos sesenta años por su piel curtida. Ella tenía un cigarrillo descansando detrás de su oreja, por lo que quizás podría ser más joven.

—Eres nueva en la ciudad,— preguntó ella con voz ronca.

—Sí, nos mudamos aquí hace un par de días.

—¿Alguna vez trabajaste de mesera?

Suspiré. —No. Yo trabajaba en una tienda, así que sé utilizar una caja registradora, y tengo experiencia con los clientes.

Ella asintió. —Vas a estar mucho de pie. ¿Tiene algún problema con eso?

Negué con la cabeza.

—¿Estás disponible para trabajar por las noches?

Me mordí un lado de mi labio. —Preferiría de día, si es posible.

Ella me estudió. —Para ser honesta, realmente necesito ayuda por la noche. No espero que trabajes hasta la medianoche, pero mi segundo turno está escaso en estos momentos. Estoy incluso dispuesta a pagar un dólar adicional la hora.

Suspiré. —Eso está bien. ¿Existe la posibilidad que pueda cambiar al turno de día en el futuro? Cuando comience la escuela, mi mamá no quiere que yo trabaje hasta tarde.

Ella asintió. —No te haremos trabajar más tarde de las nueve durante la semana, pero te necesitaría hasta la medianoche los viernes o sábados. ¿Sería un problema para ti?

—No,— le contesté.

Me hizo algunas preguntas más y luego me contrató de inmediato.

—Guau, eso fue rápido,— le espeté.

Ella sonrió. —Necesitamos ayuda, desesperadamente. ¿Puedes empezar mañana?

Asentí. —No hay problema.

—Vas a ser entrenada por Susan. Así que, ¿nos vemos a las cuatro, mañana por la tarde?

Estuve de acuerdo y luego ella me buscó un uniforme, que no fue fácil debido a mi contextura algo pequeña. Cuando todo estaba dicho y hecho, me fui del restaurante tan aturdida que quería gritar.

—Déjame adivinar, te odiaron,— sonrió Nathan cuando me metí en su Mustang. Había estado escuchando música y me esperaba en el estacionamiento.

Levanté mi mano. —Empiezo mañana.

Él la golpeó. —Buen trabajo. También tengo una noticia increíble; Sonny llamó a mi teléfono celular y comienzo el próximo lunes. Está en espera de una prueba de drogas. Estoy seguro que Duncan tuvo que ver con ello, pero no me quejo.

—¡Eso es genial!— le dije y luego solté. —Entonces, ¿cómo vamos a resolver esto? Necesito que me lleven al trabajo hasta que pueda conseguir un coche. Quieren que tome el segundo turno.

—Si estoy en el puerto deportivo, voy a tratar de trabajar lo suficiente con Sonny. Tal vez pueda tomar mi hora de almuerzo y recogerte a la cabaña. Estoy seguro que estará de acuerdo con eso. Sólo será por un tiempo, al menos.

Sonreí. —Gracias. Sé que no es fácil llevarme a todas partes.

—Sí, eres una especie de dolor en el culo,— sonrió.

Yo le di una palmadita en el hombro. —Tú tienes un culo tan grande que supongo que eso hace sentido.

Se frotó el brazo. —Debo tener un moretón permanente allí por golpearme todo el tiempo. Muéstrale a tu hermano un poco de amor,— él puso mala cara.

Confusión *Vagabundos De La Noche 1*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora