JUSTIN
Me encanta.
La forma en que sus culos se mueven en mi cara al ritmo de la música ambiente. Estas sucias putas harían cualquier cosa para conseguir un par de dólares. Después hacen un pequeño espectáculo, se suben a sus postes plateados y giran sin esfuerzo. El nombre de ésta es Bambi. Su piel es radiante, tan perfecta y lista para que yo la toque. Se sube al poste y luego gira cayendo boca abajo sujetándose con sus piernas. Una vez se sostiene con sus manos, sus piernas se abren perfectamente mostrando sus no tan especiales e íntimos tesoros a través del delgado algodón de su ropa interior. Mientras suena el coro de la canción Na Na, se da la vuelta sobre su lado derecho y baja en círculos hasta que sus zapatos de stripper de plástico rosa tocan el suelo.
Se pone a cuatro patas haciendo girar su pelo negro en círculos. Poniendo un brazo encima del otro sobre el brillante suelo negro, gateó acercándose a mí y parándose justo delante de donde yo estaba sentado. Unos cuantos movimientos brutales más y las chicas saldrían disparadas hasta el porche delantero. Cara a cara, con las narices casi tocándose, pasó una de sus manos por mi pelo. Dejé caer un par de dólares en cada una de las copas de su sujetador. Las meneó enfrente de mi cara antes de darse la vuelta y sacudir su trasero haciéndolo sonar. Justo cuando la canción terminó, se fue al backstage.
Cualquier otro hombre estaría completamente duro por entonces, desenando que ella se la chupara o, aun mejor, se los follara. Pero yo no.
Los otros hombres a mí alrededor la aplaudieron, honrándola por lo puta que era. De repente, otra chica salió al escenario, vistiendo solamente ropa interior con una cola y unas orejas de gato, y sus zapatos de stripper negros; era más alta que la chica anterior. Sus pechos eran demasiado falsos ya que miraban directamente al techo y eran demasiado redondos para ser reales. Su nombre era Kitty.
Aunque ella lo estaba dando todo en su show y sus implantes de silicona rebotaban arriba y abajo, Bambi captó mi atención. Estaba saliendo del basckstage y se dirigía hacia mí. Antes que me diera cuenta, estaba parada enfrente de mí preguntándome "¿Te gustaría un show privado, papi?"
Me di cuenta que era Hispana. Negué con mi cabeza pero ella no iba a tomar un no por respuesta, así que se sentó a horcajadas en mi regazo. Le di un vistazo de cerca a su rostro ahora que la luz le daba de lleno. Podría decir que era bella, pero era una puta asquerosa como el resto. Su entrepierna se acercó a mí mientras ponía sus brazos alrededor de mi cuello.
—Te puedo hacer sentir muy bien nene, no lo puedes ni imaginar —dijo moviéndose arriba y abajo en mi regazo. Olía a cigarrillos y cerveza barata.
—No, gracias —dije apartando la mirada.
—Vamos papi, sé que me quieres tener —dijo ella.
—Por favor, salte de encima —le dije de la forma más correcta y tranquila. La última cosa que quería eran sus repugnantes manos en mí.
—Hazlo a tu manera —dijo bajando su sujetador y dejando que sus pechos salieran antes de levantarse y andar hacia otro tipo. El hombre aceptó su oferta gustosamente. Estaba dispuesto a pagar hasta 100 dólares para follarse a su coño lleno de ETS.
La camarera de la peluca verde volvió con my whisky. Le di su dinero junto con una propina y después tomé un trago observando como bailaba Kitty.
¿Bambi o Kitty? ¿Quién sería la siguiente víctima? ¿Quién de las dos era la puta más sucia y asquerosa?
Después del baile de Kitty, Bambi volvió al escenario y bailaron juntas. Frotándose la una con la otra. Todo lo que se podía oír era a los hombres cachondos alrededor del escenario coreando sus nombres y animándolas. Quién sabe. Ellos también son culpables, tan culpables como aquellas putas. Más de la mitad de estos cerdos están casados, algunos de ellos incluso tienen hijos; hijos a los que deberían estar metiendo en la cama pero en lugar de eso están aquí mirando como dos chicas sucias se frotan entre ellas.
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Insane → j.b → spanish version
FanfictionEn la que un psicópata se enamora de una bailarina de barra. --- Esta historia no nos pertenece, sólo la traducimos con el permiso de su autora, @cummccann. Todos los créditos van a su persona.