Caminando hacia el bar vi a una radiante Brandy. Alzó su mirada mientras secaba un vaso. Sus ojos recorrieron el club antes de centrarse en mí. Me dirigió una sonrisa que le devolví mientras me acercaba. Me senté en un taburete enfrente de ella.
- Hola Justin –dijo con su suave voz.
- Hola –respondí.
- ¿Cómo te fue hoy? –preguntó.
- Bastante bien ¿A ti?
- Bien. Excepto porque me caí con mis patines y tiré toda la comida que llevaba por todos lados –dijo. Se veía interesada en hablar sobre su día conmigo. No era la típica conversación para obtener consejos, parecía como si ella quisiera ser mi amiga.
- ¿Te hiciste daño? –le pregunté.
- No, estoy bien –dijo– ¿Qué te pongo?
- Solo una cerveza –dije.
Se fue y pude tener una buena vista de su trasero. Llevaba puestos unos shorts de seda bien estrechos y una camiseta roja. Cada día quiero más de ella. Y cada día se convierte en un tipo de deseo distinto. Volvió con mi cerveza y me la puso delante.
- ¿Vas a ir a mirar o te sentarás aquí conmigo? –preguntó.
- Me voy a sentar aquí. Me gusta hablar contigo –admití.
Sonrió de nuevo mostrando su sonrisa de perlas blancas. Su pelo castaño estaba ondulado como ayer.
- ¿Por qué me preguntaste si creía en Dios?
- Tan solo me lo preguntaba –contesté.
- ¿Es porqué soy impura? "Peco" bailando delante de hombres cachondos –ella preguntó.
- Eres una prostituta. No creo que Dios lo apruebe
- ¿Aprobaría lo que estás mirando? ¿Te acuestas con esas mujeres? –me preguntó mientras preparaba una bebida.
- No me acuesto con ellas, así que creo que no estoy pecando tanto como tú –espeté, quizás poniéndome de los nervios. Simplemente ella no puede salir con eso y hacerme parecer el chico malo. No soy malo. Estoy aquí tratando de purificar este mundo.
- Los dos somos culpables, Justin. Nadie es inocente.
- Hey nena, ¿lo harías? ¿Para unos cuantos? –un hombre apareció y preguntó.
- No, hoy no Luke –contestó ella.
- Okay, vendré la semana que viene a preguntar de nuevo –dijo.
- ¿Hey, cariño? –dijo Brandy.
- ¿Si?
- Tal vez quieras preguntarle a Esme –dijo ella.
- No, ¿debería? –preguntó. Ella asintió– Está bien gracias, cuídate.
- Tu también –le dio una sonrisa sincera y se volvió hacia mí.
¿Estaba casada? ¿Podía ser ese su marido? ¿Y de qué estaban hablando?
- ¿Es tu marido? –le pregunté sin tapujos.
- No tonto –soltó una risita– es un buen amigo
- Oh, lo siento –reí entre dientes.
- No hay problema –dijo preparando otra bebida. De vez en cuando la pillaba mirándome. Y cuando lo hacía, ella me dirigía una tierna sonrisa y continuaba con lo que estaba haciendo.
– Normalmente no encuentro hombres como tú por aquí
- ¿Qué quieres decir? –pregunté.
- Estás más interesado en hablar conmigo que en ver la actuación de una de nuestras mejores chicas –dijo mirando hacia el escenario.
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Insane → j.b → spanish version
ספרות חובביםEn la que un psicópata se enamora de una bailarina de barra. --- Esta historia no nos pertenece, sólo la traducimos con el permiso de su autora, @cummccann. Todos los créditos van a su persona.