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Capítulo 14

—Justin Drew Bieber, ¿toma a Alice Elizabeth Simmons como su esposa legítimamente en matrimonio, para tener y mantener, a partir de este día adelante, en lo bueno, en lo malo, en la riqueza, en la pobreza, en enfermedad y en salud, hasta que la muerte os separe?

—Sí.

—Alice Elizabeth Simmons, ¿Toma a Justin Drew Bieber como su marido legítimamente en matrimonio, para tener y mantener, a partir de este día adelante, en lo bueno, en lo malo, en la riqueza, en la pobreza, en enfermedad y en salud, hasta que la muerte os separe?

Miré sus ojos chispeantes mientras sonreía y dijo : —Sí.

—Por el poder que me ha sido otorgado, os declaro marido y mujer, puedes besar a la novia.

Apreté mi mano con la suya mientras me inclinaba hacia adelante sonriendo y presionando mis labios contra los suyos.

—Te amo —dijo ella envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.

—Te amo —contesté.

—Venga, vamos a salir de aquí —susurró sonriendo ampliamente cuando tomó mi mano y nos volvimos hacia todos los demás que seguían aplaudiendo.

Caminamos por el pasillo sobre la suave hierba verde antes de volvernos y caminar hacia el coche. Alice puso su mano con mi mano izquierda y envolvió mi brazo alrededor de su cintura.

De repente todo se volvió negro.

Se podía escuchar a una mujer jadeando en la distancia, el jadeo se hizo más fuerte.

Oí un grito.

Otro grito perforó mis oídos y la sensación de la piel desnuda de alguien contra mis manos me sorprendió.

Las luces se encendieron de nuevo. La luz quemó mis ojos y cuando se acostumbraron a ella me di cuenta de dónde estaba.

—¡Por favor para, JUSTIN, ESTE NO ERES TÚ!

Alice alzó sus manos frente a mí mientras las lágrimas corrían por su cara. Miré mi ropa encontrándola cubierta de sangre. Intenté retroceder pero no pude moverme. Era como si cada parte de mi cuerpo estuviera congelada. Mi cuerpo no me respondía; Se comportaba por sí solo.

Mis manos empezaron a moverse, agarrándola más fuerte y tirándola hacia mí hasta que estaba cerca de mi cuerpo. Me moví hacia atrás tirando de ella conmigo llevándola a la cama. La empujé, dándole vueltas y pasando mi mano sobre su cabeza.

—¡Justin, por favor! —Suplicó mientras sollozaba en voz alta: —. No se lo diré a nadie, te lo prometo.

De mala gana, la empujé sobre la cama y empujé su cabeza contra la almohada. Empujé fuertemente, mi otra mano alcanzaba sus pantalones cortos para bajarlos.

—¡Necesitamos una transfusión de sangre ahora!

—¿Va a estar bien? Por favor, dime que va a estar bien— Alice gritó con fuerza.

—Señora voy a necesitar que espere afuera —dijo una enfermera mientras empujaba a Alice.

—No, no voy a ir a ninguna parte.

Otra enfermera vino a llamarla para conectar una IV. Mientras Alice se aferraba firmemente a la mano de Justin. Nadie iba a moverla. Tenía que estar a su lado y esperaba que de alguna manera la oyera y luchara, luchando por mantenerse con vida.

—Ha perdido demasiada sangre —dijo el doctor.

El monitor de ritmo cardíaco iba lento, su ritmo era más lento, su tamaño era cada vez menor y Alice estaba cada vez más ansiosa.