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Capítulo 03

—Bieber, presentación en tres minutos —dijo Keith mientras entraba en mi oficina. Me levanté, arreglé mi corbata y empecé a andar hacia la sala de conferencias. Entré y me quedé al final de la mesa. Keith entró con nuestros clientes— Emily, John; este es el Sr. Bieber —Keith me presentó.

—¿Cómo están? —les pregunté mientras nos dábamos un apretón de manos.

—Bien, gracias —dijo John mientras se sentaba al lado de Emily.

—Queremos lo que los jóvenes quieren. Si pones a un adolescente en un cartel vistiendo el modelo más nuevo de las Air Jordan, tienes garantizado que tendrás tanto a jóvenes como adultos dirigiéndose al Footlocker más cercano para compararlo. Así que lo que queremos conseguir es un look joven para estas gafas, hacerlas ver más deseables de lo que ya son para que cuando alguien mire a este anuncio piense "esto es lo que necesito llevar". Los adolescentes no solo atraen a los adultos, así que si usamos a un adolescente atractivo en el anuncio, atraeremos al sexo opuesto. Ahora destaca el azul. El estereotipo del azul es que es un color triste pero ¿Cuándo es más probable que uses estas gafas? En la playa cuando estas de vacaciones, ¿cierto? Esto no solo hace que los consumidores quieran comprar tus gafas sino que realmente hace que las quieran llevar en lugares donde otros puedan ver que lo hacen, creando así más ventas.

Emily prestó mucha atención a cada palabra que decía y podría decir que quería escuchar más. Pero paré para preguntar su opinión.

—Creo que hay demasiado azul —dijo John.

—Yo creo que es perfecto —dijo Emily mirándome directamente a mí, en lugar de al anuncio.

—Podemos modificar el azul —dije.

—No, déjalo —dijo ella.

Después de mi mierda de presentación, los clientes firmaron el contrato y tomaron el anuncio. Honestamente, las gafas eran jodidamente horribles. Mientras nos despedíamos, Emily estrechó mi mano durante un largo e incómodo rato.

—Eres increíble creando comerciales, realmente admiro tu trabajo —dijo.

—Me alegra que lo hagas, me gustaría verte por aquí —le dije dándole una sonrisa. Puedo decir que se derritió ante mis palabras.

Después del trabajo fui a casa para tomar una ducha antes de dirigirme al Chicago de nuevo.

Dentro, el club estaba casi vacío. Había los típicos diez hombres alrededor del escenario y algunos recibiendo un lap dance detrás. Caminé hasta el bar, viendo como lo que había en el escenario no me interesaba. Quería a Brandy. Pero claro, ella solo estaba aquí los martes.

Me senté en la barra y una camarera alta con el pelo marrón y ondulado vino hacia mí:

—¿Qué te pongo? —su voz suave preguntó

—Sazerac.

—¿Un mal día? —preguntó agarrando un vaso y la botella de whisky.

No dije nada, solo miré como servía mi bebida. Normalmente, nadie mantiene conversaciones en este bar. Las otras camareras simplemente sirven tus bebidas.

—Podrías ponerme otro Cosmo —gritó un hombre.

—En un minuto, cariño —dijo asintiendo.

Después de mezclar todo, llenó el interior de otro vaso con Absenta y lo puso enfrente de mí:

—Sea lo que sea, te prometo que no puede ir a peor —me dio una sonrisa sincera y fue a hacer el Cosmo para otro hombre.

No podía quitar mis ojos de ella. Se me hacía muy familiar pero aun no caían en quien era. Su sonrisa era preciosa; en general, no era como las demás chicas del club. Después de verla terminar el Cosmo, la miré y ella me miró. Sonrió y avanzó hacia mí.