CAPÍTULO 18

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El doctor asintió al escuchar la respuesta de Yoongi, él sí quería verlo y contarle sobre su sueño, y también preguntarle el porqué quería visitarlo, cuánto tiempo llevaba allí y lo principal de todo; ¿qué había pasado?

Chanyeol se puso de pie y Yoongi se quedó observando su bata blanca, acentuaba muy bien con su color de piel y el marrón de sus ojos.

Min pensaba que él era alguien amable, pues se sintió como si no hubiese establecido una conversación por meses, y que él había llegado a saciar su soledad. Pero lo que no sabía era que realmente había dejado de tener conexión con cualquier persona durante meses, ya que estaba en un estado crítico, en el cuál todavía permanece. Pero no con tanta intensidad, el haber despertado de un coma era un gran avance.

Pudo ver una silueta en la puerta, el cuál supuso que era su jefe. Ya que llevaba un traje de seda bastante elegante, que acentuaba preciosamente con su piel morena. Sentía que no lo había visto hace mucho tiempo, y con sólo sentir su presencia y su interés por él hacía que su corazón revoloteara.

Yoongi... —Jimin encontró la mirada del joven y corrió hacia él, abrazando su cuello y acariciando su cabellera.

S-señor Park... usted ¿q-quería... verme?

Sí, sí —Jimin notó que su enamorado ya no lo observaba con los mismos ojos como antes, sólo lo observaba como el primer día: únicamente como su jefe. Y eso realmente le dolía de una manera inexplicable, le dolía que no recordara sus labios sobre los suyos, que no recordara sus ejercitados brazos rodeando su pequeña y delicada cintura.

Sintió un poco de decepción pero recordó lo que Chanyeol le había indicado: él no recordaba la sesión de sexo, el incidente con Eunha y menos recordaría las palabras sinceras que le había dedicado.

Pero Jimin sabía que era una segunda oportunidad, que podría conquistarlo y conocer cada una de sus facetas, enamorarlo hasta el cansancio y brindarle todo lo que planeó durante su ausencia.

¿C-cómo te sientes?

Eso... n-no es im...portante —le miró preocupado, pues el chico más débil estaba comportándose bastante indiferente—, lo impor...tante ahora e-es el p-porqué de... todo e-esto.

Claro que es importante Yoongi, si no lo fuera, ¿estaría aquí? —Park sabía que lo que diría era algo totalmente falso, pero no tenía otra, no podía comportarse como deseaba. Yoongi había olvidado las 24 horas antes del accidente, había olvidado la pasión con la que se habían besado—. Debes saber que raramente me comporto así con mis trabajadores, ¿recuerdas cuando estabas comiendo con Jungkook y te sentiste mal?

S-sí recuerdo.

Sufriste una crisis de estrés, un poco complicada, Chanyeol dijo que faltaban algunas proteínas en tu cuerpo, y que tus defensas estaban muy bajas —su voz sonó tan fría que el leve color rosa que habían tomado las mejillas de Yoongi con ver a su jefe preocupado había desaparecido, junto con sus ilusiones de que se fijara en él.

¿C-cuando podré volver... a la o-oficina? 

Pronto, tranquilo, descansa ¿sí? Estoy aquí contigo y nada del mundo hará que me vaya, porque quiero permanecer junto a tí... —Jimin tomó asiento sobre la camilla donde reposaba su chico y juntó sus manos, acariciando su dorso, aquello que estaba moreteado con sus venas inflamadas por las grandes agujas que estaban clavadas allí.

Yoongi miró con sorpresa la mano de Jimin sobre la suya, estaba acariciando donde justamente le dolía y anhelaba caricias de alguien para que su dolor dejase de estar presente, tal como un bebé deseando que su mami besara sus mejillas y le dijera lo mucho que le quería, llenando de amor su pequeño corazoncito. Y los roces de los pequeños y regortedes dedos de su jefe hacían que su dolor se calmara con lo cálidas que eran sus manos.

Disculpa... mis manos están f-frías.

Se dice que las personas de manos frías —tomó con más fuerza su mano y la giró, entrelazando dulcemente sus dedos mientras que una sonrisa se hacía visible en sus carnosos labios, miró a aquel chico de tez blanquecina preciosa de delicados ojos felinos y continuó—, tienen el corazón cálido...

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