CAPÍTULO 20

101 13 20
                                    

Continuaron abrazándose a la par de sus besos, habían comenzado a mover sus labios tímidamente, apresando todos sus sentimientos en un beso lento y cálido, de esos que te quitan el aliento.

Por supuesto que Jimin había seguido el beso, es más, estaba esperando que Yoongi tomara la iniciativa y le besara en los labios, lo que le hacía enormemente feliz y hacía que sus días próximos estuvieras llenos de planes para Yoongi.

Quería llevarlo a ver a su artista favorito, ir a la playa, o alguna laguna, a comer, tomarse unas vacaciones juntos a Busan, y enseñarle lo bonita que es su ciudad progenitora. Quería presentarlo a su familia completa y gritar a toda Asia lo enamorado que estaba. Pero por el momento no podía, sólo él estaba enamorado y Yoongi no correspondía. Sólo por ahora, porque haría sus mayores esfuerzos para que el mayor pudiese encontrar en sus ojos la calma y la necesidad de tenerle cerca, así como Jimin lo sentía.

Quería comprarle todo lo quisiera, incluso podría comprarle el mundo entero con sólo ver una de sus sonrisas.

Pero él sabía que por más cliché que fuera, debía ser él mismo, porque las momentos sentimentales son los que quedan dentro del corazón, no las cosas materiales.

Seguían abrazándose sin decir palabra alguna, un momento incómodo para muchos, pero para ellos era tranquilizador, estaban disfrutando del mínimo momento que tenían juntos, Yoongi estaba fascinado oliendo la loción masculina que Jimin llevaba en su ropa y en su cuello, y pensó que sería una buena idea pedirle a Jungkook que fuera a su apartamento y le trajera sus pertenencias, así poder estar presentable para cuando las visitas de Jimin se aproximasen. Quería lucir lindo para que se fuera con una buena impresión, y tuviera ganas de volver.

Ah, eres tan lindo —Jimin rompió el silencio y el mayor sonrió en su cuello— tengo que irme, necesitas ver al doctor...

No... no... —tomó con sus dos manos su cuello y se aferró fuertemente— porfavor... q-quédate aquí un poco... m-más...

Oh Yoonie, no puedo, de verdad...—levantó su rostro, e inevitablemente los labios de Yoongi formaron un puchero, besó cada una de sus mejillas y para finalizar sus dulces labios— debes descansar, volveré mañana, ¿sí?

Está b-bien...

Ten —sacó de sus bolsillos un teléfono celular, el cuál su dueño era Yoongi, el día del accidente lo había olvidado en su habitación— lo olvidaste en la... o-oficina.

G-gracias...—sus dedos atraparon el aparato y lo dejó sobre las sábanas.

P-podemos hablar por FaceTime... ¿s-sí?

M-me encan...taría.

Nos vemos mañana —se puso de pié y retiró con sus dedos el cabello que estaba atormentando su frente, besó su sien y sonrió para luego posteriormente alejarse y salir por la puerta.

 Al momento de ver que el chico de sus sueños se había alejado, tocó sus labios, aún sin poder creer que habían tocado los suyos tanta suavidad y delicadeza.

Sonrió fuertemente y quiso abrazar como una fangirl a cualquier cosa que estuviera cerca: su almohada. Era durísima, tal como lo suponía, pero el amor y la felicidad era tan grande que no le importó, y abrazó fuertemente a la almohada −que para ser sinceros, era una literal piedra−, expresando todos sus sentimientos.

Pero corto fue el abrazo porque la almohada salió a volar en el momento en que vio que su doctor estaba observándole desde la puerta.

¿Qué iba a creer Chanyeol de Yoongi? ¡Creería que era un loco, y seguramente lo enviaría al psicólogo! ¡Al psiquiatra!

Su rostro enrojeció por completo mientras que sus manos cubrieron su rostro, estaba avergonzado, ¿a caso no sabía tocar?

¿Está blanda?

¿No... sabe, t-tocar? 

No seas así, yo sólo traía tus medicamentos y tu cena —entró con una mesita de ruedas metálica, la que tenía una ensalada de pollo, jalea de fresa, jugo de melón y un plato de verduras asadas con arroz, lo cual se veía para nada apetitoso.

¿C-cena...? ¿Q-qué hora... es?

Ah, son las 8:30 pm —observó su muñeca, donde había un reloj dorado bastante costoso a la vista, y efectivamente sí, eran las 8:30 pm. 

¿Cuánto tiempo... estuvo J-Jimin a-aquí? —cuestionó, mientras que metía un pedazo de ese pollo horrible a su boca, no tenía otra, estaba hambriento. De dos modos, su estómago estaba vacío, y también estaba hambriento de los besos de Jimin.

Ingresó a las 3 pm, y salió hace 10 minutos —se ahogó con la comida al escuchar la respuesta, ¿5 horas realmente? ¡se sintió como si fueran 5 minutos!

Avergonzado comenzó a beber su jugo, su garganta picaba y el rubor de su rostro se comenzó a hacer muy notorio, sus orejas quemaban.

¿Qué hicieron?

N-no... sea entrome-metido...

¡Vamos! entré y estabas abrazando una almohada, ¿significará algo? —comenzó a picar su barriguita, haciendo que se sonrojara aún más— ¿Mh? ¿Te gusta Jimin?

Negó rápidamente, ¿cómo era capaz de preguntar eso? ¡Ni siquiera conocía al doctor como para contarse su vida privada! Y sí, Jimin ya era parte de su vida privada.

N-no... —iba a dar una buena explicación por muy innecesaria que fuera, pero su móvil lo interrumpió, tenía una llamada entrante de Jimin por FaceTime, a la cuál no dudo dos veces y ordenó su cabello para estar presentable ante la videollamada. Contestó y el chico de sus sueños apareció en la pantalla.

 Contestó y el chico de sus sueños apareció en la pantalla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—''¡Yoonie, hola!"

STAY WITH ME ›› ym Donde viven las historias. Descúbrelo ahora