XI

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*Narra Daniel*

Agarré su mano y la guié hasta el lugar que tenía en mente durante todo el camino. Sólo esperaba que nada hubiese cambiado. Hacía tiempo que no venía.

Tuvimos que apartar un par de ramas que se interpusieron en el camino pero al ver la cara que puso cuando tuvo el lugar delante de sus ojos... juro que fue lo más bonito que he visto en mi vida.

*Narra Hayley*

Tras un largo trayecto que se me hizo más pesado por los continuos sonrojos que me iba provocando Dani, aparcó la moto junto a un gran árbol. Lo que veía en aquel momento era lo mismo que antes de bajarme. Un bosque cualquiera. ¿Qué habrá aquí? Realmente pensé en preguntárselo pero me mordí la lengua al pensar que no había parado de hacerle preguntas durante todo el camino.

Le miré expectante hasta que me sujetó la mano y comenzó a guiarme hasta donde sea que quiere llevarme. Apartamos un par de ramas que nos tapaban la vista y alcé la vista. Lo que me encontré me dejó anonada, casi sin palabras.

Un paisaje indescriptiblemente hermoso. ¿Alguna vez habéis visto naturaleza pura y sin manipular por la mano del hombre? Ver algo así realmente hace que se te erice la piel.

Un lago de aguas cristalinas, rodeado por árboles gruesos y frondosos, arbustos de distintos tamaños y flores de variados colores. Realmente parecía un lugar de cuento.

No sé cuánto tiempo estuve admirando la increíble vista que tenía enfrente mía, pero estaba claro que la sonrisa no se me iba.

-Llegamos.-Anunció la voz de Dani y volví mi atención a él, que me miraba maravillado. Reí.

-Estoy sin...

Antes de que pudiera completar lo que estaba diciendo, sus cálidas manos acariciaron mi cintura apegándome a él, mientras sus labios capturaban los míos. Aquel solo fue el primero de los besos, porque aquello se repitió una vez, y otra, y otra...Había perdido la cuenta de los besos dados y recibidos. Había perdido la noción del tiempo e incluso me había olvidado de lo que estaba diciendo.

-¿...palabras?-Preguntó agitado.

-¿Qu...qué?-Tartamudeé recuperando el aire.

Negó con la cabeza y sonrió.

-¿Sabes?-Susurró en mi oído.-Me encanta tu pelo. Tan largo...tan suave y oscuro...-continuó acariciándolo hasta mi cintura, por lo cual me estremecí.-Además huele muy bien...-Murmuró inspirando el aroma para luego pasar a inspirar mi cuello.

-Eso no es mi pelo...-Señalé divertida.

-No importa...-Dijo dejando pequeños besos y suspiré.

-Desde luego que no es mi pelo...-Repetí de nuevo un tanto nerviosa y se echó a reír, haciendo su cabeza hacia atrás. Aquello provocó que mis mejillas cobrasen color.

-Preciosa...me estás volviendo loco...

-Y tú a mí loca con tanto cumplido.-Admití a la vez que suspiraba.

-¿Y qué le hago yo si es verdad?-Dijo sonriendo y tuve el impulso de besarlo. Y por supuesto, eso hice.

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