XV

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*Hayley*

Genial. Yo gateando en busca de sus llaves y él detrás mía riéndose. Oh Dios. Muero de vergüenza al pensar en la postura en la que estaba.
¡Encima se carcajea en mi cara!

-Bonito culo.-Señaló a la vez que soltaba otra sonora carcajada.

-Pero... ¡tú no tienes ni educación ni vergüenza!¡Descarado!-Grité más que molesta.

-Pero si es muy boni..

-¡Cállate!-Lo silencié de inmediato. Me había puesto roja y él sólo volvió a reír.

Uf, es insoportable. Si no fuera por su hermana ni siquiera me hubiese quedado. Un momento...
¡Erika!

-Qué rápido se te suben los colores, guapa. Te recuerdo que eras tú la que estaba en esa posición en la puerta de mi casa.

-Tu hermana de cinco años está sola en casa, asustada porque porque no estabas, y yo solamente estaba buscando las copias de la llave.-Me miró perplejo y me impacienté aún más.-¡Abre la puerta de una vez, idiota!

-¿QUÉ? Mierda...¡mierda!- Sacó las llaves rápidamente de su bolsillo y abrió la puerta para encontrarse con su hermana pequeña, la cual no paraba de sobarse la nariz. Estaba roja de tanto llorar.-Erika yo... ¡Lo siento! Se me había perdido el móvil y fui a buscarlo, pequeña perdóname..

Exclamó un Álex totalmente arrepentido y juro que nunca antes me había parecido tan adorable. Pero al parecer a Erika la carita de ángel que puso Àlex no le surtió el mismo efecto que a mí ya que ni le dirigió la mirada.
Alzó los brazos en mi dirección y la cogí en brazos a la vez que empezaba a secar sus numerosas lágrimas. Me abrazó con fuerza y escondió la cabeza en mi pecho.

-Pequeña... Perdóname.-Susurró Álex de nuevo. Pero ella tan solo negó con la cabeza y se aferró con más fuerza a mí.
De repente Álex me miró con súplica y entendí que es lo quería. Bien, era lo menos que podía hacer después de haber mentido sobre mi mejor amigo. Además realmente estaba arrepentido.

-Venga cielo... Álex se arrepiente... Te ha pedido perdón y es tu hermano...¿Verdad que le perdonas?

Erika me miró a través de sus grandes ojos y luego observó a Álex, era como si nos estuviese analizando. Tras unos segundos suspiró y acabó asintiendo con su pequeña cabezita. Pobre. Menudo mal rato ha tenido que pasar.

-Gracias Hayley,-dijo besando mi mejilla- por quedarte conmigo y no irte.

-De nada, pequeña.-Respondí besando su frente.

BAJO LLAVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora