Serendipity •Quicksilver• [Season One]

Epílogo

-Lea, querida ¿Estas lista?-preguntó Pepper Potts a su hija con una triste sonrisa. Se encontraba en el marco de la puerta, vestida pulcramente con un vestido de seda negra, unos altos tacones a juego y un simple recogido bajo.

-No-. Respondió simplemente la joven.- Nunca voy a estar lista-. Susurró después. Las lágrimas anegaban su demacrado y pálido rostro, cubierto de maquillaje para disimular las ojeras.

Su madre caminó hacia ella lentamente y haciendo resonar sus zapatos, llegando hasta ella y tomándola por los hombros.

- Sé que esto va a doler como los mil demonios, hija. Sé que pensarás que esto es el final y que no hay vuelta atrás. También sé que te costará mucho salir adelante...- la triste chica la miró a los ojos-. Pero saldrás, saldrás adelante.-

《Piensa en lo que diría él. Él seguro te diría, que no pienses tanto en él, que vivas tu vida y que seas feliz. Él se sacrificó por el equipo, cosa que todo vengador debe hacer en un caso de aprieto. Él se sacrificó sabiendo que era él o él y todos. Y decidió salvarlos a ustedes, porque los amaba... tanto como tu lo amabas a él》

La chica rompió en llanto en la falda de su madre, entre espasmos y mocos.

Su madre, que miraba a su hija sumamente entristecida, le acarició el cabello.

-Por eso es que tenemos que ir a decirle el ultimo adiós...- terminó su madre.

Madre e hija salieron de la habitación con la cabeza en bajo. Wanda se encontraba en el pasillo, igual o peor que Lea, mirando a la nada. Al verlas pasar, se sumó a ellas y las tres bajaron las vastas escaleras con pesadez.

Los chicos ya habian salido a la recepción, mientras que las chicas, excepto Natasha, iban en camino.

...

Durante el velorio, Lea no prestó atención a nada. Ni siquiera se paró cuando el cura pasó , ni cuando dijeron que vayan a ver el cuerpo . Ella se quedó ahí. Pensando en los buenos recuerdos. Pensando en él.

Le dijo a su madre que se saltaría el entierro. Si no soportaba ver como velaban por él, no soportaría que pongan su cuerpo metros bajo tierra.

Al salir de la iglesia, se intimidó bastante al ver como todos y cada uno de los vengadores, junto a sus padres y amigos, la veían pasar con lastima. Odiaba que la vean con lastima, odiaba que sepan que ella se encontraba débil. Odiaba ser débil.

Cogió un taxi en las esquina de la calle, pidiendo que la llevará hasta Central Park, para relajar su mente y despejarse de todo aquello que estaba presentando. No se imaginaba como debía estar Wanda, y no lo quiso pensar.

Al llegar pago y se bajó. Camino hasta la pequeña laguna que se encontraba allí y se sentó bajo la copa de un manzano en las orillas. Miraba como los patos nadaban de un extremo a otro, como las palomas picoteaban y los pájaros cantaban.

Su mente estaba en un blanco absoluto. No quería pensar, no quería sentir, oír ni ver. No quería tocar, no quería bailar ni cantar... si no era con él. Él la complementaba, él la hacia sentir como la persona mas feliz del mundo.

Luego se puso a pensar en que, realmente no eran una pareja. Nunca fueron novios, pero sé sentían como un matrimonio de años de antigüedad.

Se quedó un rato mas pensando. Cuando un haz de luz cerúlea pasó como un rayo enfrente de ella.

-¿Pietro?