El regreso.

145 2 0
                                    

Estaba lloviendo cuando mi madre vino a recogerme a la estación de autobuses. 

-¿Qué tal lo has pasado? Dijo mi madre 

No articule palabra alguna, iba mirando por la ventana viendo como las gotas caían. No podía creer que en pleno julio lloviese a cantaros, se suponía que iba a ser un verano estupendo, pero no. Tan solo llovía. 

Al bajar del coche, cerré los ojos y dejé que el viento suave acariciara mi pelo y refrescara mi cara,  seis horas de viaje no son buenas para nadie. 

Mi madre entro en casa y yo me quede abajo, esperando que algo bueno pasara. Pero ¿Qué esperaba? Quizás que dejara de llover o algo así.

Metí la mano en el bolsillo y saque mi paquete de tabaco junto a mi móvil. No tarde ni medio minuto en encenderme el cigarro tan deseado desde que entre en aquel maldito tren. Mire el móvil y tan solo vi un par de mensajes de mi mejor amigo y alguno que otro de mi ex. No eran importantes, así que lo apague y metí mano al bolsillo. Hacia un frío terrible

Entre al portal y empecé  a subir las escaleras,estaba contestando a los mensajes hasta que alguien chocó contra mí

-¡Eh! ¿De que vas? Exclame 

- A ver si miras por donde vas niñata

Levanté la mirada y vi a un chico moreno de ojos color azúl cielo.

- Eres tu quien casi me tira por las escaleras idiota-grite-¡No me vengas con que soy yo la que no va mirando!

-Eres una niñata patosa repito -dijo con una sonrisa burlona- Ahora ¿Te quitas de mi camino? 

Me aparto y siguió andando como si nada.

¿Quien sera este gilipollas? Casi me tira por las escaleras y encima para colmo, me echa la culpa de que yo iba distraída. Bueno quizás tuviese razón, pero el no es nadie para decirme lo que tengo que hacer y lo que no. Menudo imbécil.  

Entre a casa muy enfadada por la escenita que había pasado minutos antes. Me fui directamente a mi cuarto, dispuesta a deshacer la maleta, pero al llegar mi madre ya me la había deshecho. Suspire. No tendría que pasarme horas y horas deshaciendola, estoy segura que tardaría como unas dos horas y la verdad que no tenía nada de ganas, estaba cansada y enfadada.

Me tumbe en la cama y me puse a pensar cuando vi aparecer a mi madre por la puerta.

-Tienes la cena hecha-murmuro- ¿Se puede saber que te pasa hija? Desde que has llegado no has articulado palabra.

-Nada mama, estoy cansada. Dije con mala gana

-Te he preparado tu cena favorita, un buen bol de cola cao con tus celeal..

No la deje terminar la frase cuando salí corriendo. Me senté en la mesa y empecé a devorar aquel manjar. 

-Buenas noches hija, mañana sera un nuevo día, descansa

Me dio un beso en la mejilla y se fue.

En cuanto termine fui a mi cuanto, me senté en mi cama y cogí la mochila y saqué de ella mi iPod y mi libro favorito. 

La música que mi mejor amigo había metido me ayudo a relajarme. Al poco rato, me sorprendí a mi misma tarareando su canción favorita y recordando a Kevin. ¿Enserio le gustaba este tipo de música? 

Nos conocimos a principios bachillerato cuando el llego nuevo al instituto. Antes de conocerle, yo no tenía mejor amigo. Bueno, lo cierto es que no tenia amigos. Eran todos simples compañeros. Desde pequeñita las chicas de mi clase se habían reído de mi por que yo había desarrollado antes que ellas. Cuando entramos a bachiller todo cambio y cuando Kevin me eligió, ya nadie volvió a reírse. La gente empezó a respetarme. El era todo lo contrario a mí: alto, rubio, divertido, rico y popular.

El año pasado había convencido a sus padres para estudiar el último curso de bachillerato en Londres. Le eché de menos nada más subirse al avión. Desde entonces, nos habíamos enviado mensajes casi a diario, pero con todo el lío de mi viaje a Madrid  hacía días que no le escribía.

Me decidí a escribirle un mensaje. Me pregunté qué estaría haciendo en domingo a la noche.

¡Hola Kevin! Ya estoy en Madrid. De vuelta a la realidad otra vez, ya sabes, gente por aquí gente por allí. Antes un niñato se ha chocado contra mi en el portal y encima tiene el valor de echarme la culpa, es increíble. Se supone que este verano iba a ser especial y resulta que acaba siendo otro normal. Hace frío y ahora mismo hay tormenta. Ojalá estuvieras aquí conmigo.. Me haces mucha falta...

No estaba segura que Kevin me contestara al instante, así que deje el móvil encima de la mesa, sacudí unos cojines para ponerme cómoda y cerré los ojos de puto cansancio.

Su voz diciendo <tienes un mensaje> que le había grabado antes de que se fuese sonó. Cogí el teléfono excitada, los mensajes duraron hasta darnos la medianoche.


Querido diario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora