Una situación un tanto extraña.

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Al abrir los ojos, me sentí desorientada. Había amanecido, y una luz bañaba mi cuarto. Suspiré con pereza y rodé a un costado para volver a dormirme. Me sentía muy cansada, confusa y extrañamente dolorida.

Estaba cogiendo el sueño cuando de repente sonó mi móvil.

Me incorporé tan deprisa, que la cabeza me empezó a dar vueltas.

Al tratar de ponerme en pie, mis piernas se doblaron somo si fueran de gelatina y caí de rodillas. Me dolía mucho el pie. Pero Jareth me había dicho que no era nada grave, así que no tenía porque preocuparme. 

No tenía ganas de hablar con nadie así que no lo cogí.

Fui al baño y me puse una venda en el pie, me dolía bastante, por lo cual decidí no salir de casa en unos días. Tenia lo necesario para sobrevivir dos días en casa, pero un delicioso olor a tostada me llamo. 

Me puse unos pantalones, una camiseta y baje a casa de la señora Falls. La abuela.

Toque el timbre pero nadie abrió, así que decidí volver a casa.

-Hey patosa ¿A donde vas?

-Y-yo.. -me puse roja como un tomate- ¿Esta tu abuela?

-No, me temo que ha tenido que ir al medico, pero si quieres puedes esperarla aquí -rió entre dientes-

Me quede callada.

-Entonces me voy, volveré mas tarde.

-Niña testaruda, pasa, mi abuela ha dejado la comida echa, supongo que no tardara en llegar

No se por que entre.

-¿Quieres comer algo patosa?-dijo 

Negué con la cabeza.

-Por cierto ¿Qué tal tu tobillo?

Justo al terminar de hablar su teléfono sonó y se alejo unos metros para hablar.

-Tardaran mas de lo previsto ¿Te apetece comer? Es bastante tarde -dijo nervioso y sin poder pronunciar palabra, me puso el plato delante.

-Gra-gracias...

No sabia por que me sentía así, Jareth no se había portado nada bien conmigo cuando nos chocamos, pero la verdad que ayer se porto muy bien conmigo.

Me sonó el móvil. Era Kevin, sin duda alguna.

Hola amor, mañana pongo pie en Madrid. Te espero en el aeropuerto, llegare sobre las 5. Te llevo una sorpresa. Nos vemos mañana.

Que ganas tenía de verle, había sido un año muy duro sin el. ¿Una sorpresa? Que seria.

-¿Quien era? -pregunto entre dientes-

-Ni te viene, ni te va cotilla -dije poniendo los ojos en blanco-

No hubo mas palabras durante toda la comida.

-Yo me voy, tengo que hacer cosas y eso -dije-

En realidad no quería irme, algo me decía que tenia que quedarme ahí con el.

-Vete si quieres -murmuró-

-Ahora me quedo, por listo -dije-

Empezó a reír y su risa era tan contagiosa que no pude controlarme y empezamos los dos a reírnos como tontos.

Y así fueron pasando las horas, los dos sentados en un sofá viendo la tele. Jareth estaba constantemente mirando su móvil, parecía nervioso.

-Me temo que mi abuela tiene que quedarse en el hospital esta noche-murmuro-

-Ah pues yo, tendré que irme ya 

-Buenas noches patosa, descansa

Me dirigí a la puerta, dejando en el sofá a Jareth. Dí un ultimo vistazo para comprobar que no me seguía y me fui.

Llegué a casa y me tumbe en el sofá tal cual había estado con el y no tarde mucho en coger el sueño, cuando el timbre sonó.

-¿Puedo dormir contigo? -murmuro-


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