Una verdadera pesadilla.

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Jareth estaba muy tenso, podía notarse a kilómetros.

Por aquella puerta apareció una mujer, a la cual jamás había visto.

Era una mujer no muy mayor, tendría unos años más que mama.

-Pasar, hace frio ahí fuera.

Nada más entrar el olor de aquel lugar me llevo directamente a casa.

Olía a tostadas de la abuela.

Nos sentamos en el sofá y la mujer desapareció.

Jareth estaba demasiado serio.

La mujer apareció con una bandeja de tostadas calentitas junto a unos chocolates.

-Hacia mucho que no te veía Jareth ¿Qué tal estas?

Jareth seguía sin decir ni una palabra.

Estaba incómodo.

Pasaron 20 minutos y cada vez el silencio era más espeso.

-Había pensado a ver si podíamos quedarnos aquí unos días-Jareth rompió el silencio.

La mujer sonrió.

-Claro, ya sabes que esta es tu casa hijo

ESPERA ESPERA.

¿Hijo? ¿Esta era la madre de Jareth? ¿Estaba enfrente de la madre de mi salvador?

-No nos hemos presentado, soy Marisa, la madre de Jareth

-Ho...hola...Yo soy Paula, la...

-Mi novia, ella es mi novia-corto Jareth-

Yo estaba flipando a niveles increíbles.

Habíamos acordado tener lo nuestro en secreto y ahora va con las de contárselo, búa dios, no entendía nada.

Marisa nos llevó al que sería nuestro cuarto, se podía decir que ese cuarto era más grande que toda mi casa.

Me senté en la cama mirando a Jareth.

- ¿Qué hacemos aquí? -Dije-cada día me sorprendes más.

Jareth sonrió.

-Contigo me siento bien, sé que solo habría sido incapaz de haber llegado, aunque fuese hasta el porche

-Pero lo que no entiendo es ¿Qué hacemos aquí?

-La verdad, cuando Carlos se fue de casa me puse a investigar, y me encontré con que mi madre había cambiado totalmente su forma de vivir, que se había echado una pareja y bueno, decidí verlo con mis propios ojos

No pude evitar reírme.

- ¿Qué que te ríes tú, pequeña?

Empezó a hacerme cosquillas.

Entre beso y beso, se pasó el tiempo bastante rápido.

-Chicos ¿Qué queréis de cenar? -dijo Marisa entrando por la puerta- ¿Queréis que pida unas pizzas?

-Está bien-dijo Jareth-

La verdad que todo estaba pasando muy rápido.

No podía creer que estuviera en casa de mi suegra, este paso para Jareth había sido muy grande.

-Pues en cuanto lleguen, os aviso-dijo cerrando la puerta-

Jareth ya estaba más calmado, estaba menos incomodo, aunque había cosas que no terminaban de encajarle.

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