Pasaron varios días sin que ninguno de los paladines se reuniera nuevamente, Keith continuamente visitaba a Pidge, pero ella lo ignoraba metida en sus máquinas, parecía estar construyendo una clase de computadora. Keith había dejado de ir a las salas de entrenamiento, Hunk pasaba su tiempo experimentando en la cocina y llevándole comida a los paladines a sus cuartos, Lance pasaba la mayor parte de su tiempo dormido en su habitación y Keith vagando por la nave entre los hangares de los leones, el cuarto de Pidge y su propia habitación, se había prometido no volver a entrar al cuarto de Shiro hasta que no supiera que sería lo que él haría en esa situación, pero eso solo había ocasionado el peor caso de insomnio que había tenido en su vida.
Era difícil seguir el transcurso del tiempo cuando se encontraban viajando por el espacio, pero Keith calculaba que debían haber pasado tres días después del último incidente, paseaba por los pasillos de la nave perdido en sus pensamientos y casi sin darse cuenta se encontraba por enésima vez frente a la puerta de su compañera, con un suspiro abrió la puerta pensando que lo echaría inmediatamente, era la tercera vez en una hora que estaba ahí, pero para su sorpresa la chica estaba dormida sobre su máquina, las ojeras en su rostro eran muy notables y su cabello desarreglado caía sobre su rostro. Keith se acercó a ella y no pudo evitar sonreír, desde que encontró a Pidge en el león negro dormida no la había visto dormir, tenía el presentimiento que no lo hacía y eso lo preocupaba. La cargó para ponerla en la cama, pero cuando la levantó en sus brazos una alarma sonó por toda la nave, sobresaltando al chico y despertando a la chica.
- ¡Keith! – dijo Pidge sonrojada al verlo - ¡¿Qué haces aquí?! –
El chico tenía la cara completamente roja, sin saber que decir cuando la voz de Korran resonó junto a la alarma que no paraba de sonar.
- ¡Paladines! ¡Esto no es un simulacro! ¡Tropas galra rebeldes atacan la nave! ¡Todos, a sus leones! ¡Repito! ¡Esto no es un simulacro! –
Ambos chicos intercambiaron una mirada de sorpresa antes que Keith bajara a Pidge al suelo y ambos salieron corriendo del cuarto hacia los hangares.
- Aquí Pidge – anunció la paladín verde al entrar a su león – Green y yo estamos listas. –
- Red y yo, también estamos listos. - añadió Keith desde su cabina.
- Hunk y Yellow listos para el despegue – agregó el paladín amarillo por medio del radio de comunicación.
- Blue y Lance están listos para bailar – finalizó el paladín azul después de unos minutos, debido a que se había retrasado.
- Paladines – resonó la voz de Korran en las cabinas – Esta es su primer batalla en mucho tiempo, sin el león negro no pueden formar a Voltron, por lo que tendrán que ser cuidadosos. Es una tropa grande, pero si trabajan juntos podrán vencerla. –
Los paladines gritaron al unísono, al tiempo que los leones fueron liberados, estaban rodeados y no parecía que el escudo pudiera aguantar mucho tiempo, pero en cuanto los leones estuvieron fuera del castillo, se dispersaron atacando las naves que rápidamente redujeron su número.
Keith se dejó absorber por la batalla, su sincronización con su león era tan alta que por un momento sintió que era el mismo quien se encontraba peleando en el espacio solo contra todas esas naves, pero cuando estaba usando el rayo de su león sintió algo grande chocar contra él, afectando su balance.
- ¡Fíjate por donde vas, Keith! – escuchó al paladín azul en su comunicador.
- ¡Eso debería decir yo! – replicó el paladín rojo - ¡Salte de mi camino! –
- ¿Chicos? – habló Hunk, pero no estaba en el campo visual de Keith, las pocas tropas empezaban a alejarse. – No veo a Pidge por ningún lado –
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¿Dónde estas?
FanfictionEsta historia toma lugar después de los acontecimientos del final de la segunda temporada de Voltron. Shiro ha desaparecido y Pidge es la única que guarda la esperanza de encontrarlo, con ayuda de Keith forman un plan para encontrar la ubicación de...