Epílogo

846 73 74
                                    

Se que se me pasó el viernes, pero me ocupe y no quise hacerlos esperar hasta el otro Viernes, así que disfrútenlo.

Pidge estaba sentada sola de un lado de la mesa, sus compañeros estaban del otro lado mirándola estupefactos.

– ¿Hablas en serio? – tartamudeo Lance con sorpresa.

La chica asintió con el rostro completamente rojo, había postergado mucho en ese momento pero al final había reunido el valor y se los habría dicho.

– ¡Eso es grandioso! – agregó Keith con una sonrisa sobresaltando a la chica que no esperaba su reacción.

– Sí lo es – añadió Hunk que también empezaba a sonreír.

– Ya era hora – concluyó Lance con una amplia sonrisa – ¿Cómo sucedió? –

– Bueno solo sucedió... – tartamudeo nerviosa la chica con las manos temblando – Desde hace tiempo él y yo... habíamos... nos habíamos acercado así que... finalmente decidimos hacerlo oficial y yo... quería ser quien yo quién se los dijera –

– ¿A qué te refieres con acercarse? – preguntó un confundido Lance, que no comprendía del todo las palabras de su compañera debido a los nervios de la misma.

– ¿Qué no es obvio Lance? – respondió un divertido Hunk – Ellos ya pasaron la etapa de ser amigos y se hicieron más cercanos –

Lance se tomó un momento para asimilar las palabras de su compañero, mientras los paladines amarillo y rojo se divertían de lo lento que era el chico para comprender las relaciones de otros, finalmente el paladín azul soltó una exclamación de sorpresa y miró a la chica.

– Entonces ya sabes cómo ordeñar una vaca. – exclamó el paladín.

– ¡Lance! – gritaron Pidge y Keith al mismo tiempo.

El rostro de la chica se tornó totalmente rojo y para sorpresa de Hunk, que era el único que no entendía a qué se refería Lance, el rostro de Keith también había adquirido el mismo color.

– ¿A qué te refieres? – preguntó sin contener su curiosidad, pero Keith se concentró en reprender a Lance sin darle una explicación.

– ¿Cómo se te ocurre eso? Pidge es muy joven para ello –

– Sí, pero Shiro no – se defendió el paladín azul.

– ¡Él no la obligaría! –

– ¡No la estaría obligando si ella accediera! ¡Tampoco es una niña, Keith! –

La discusión subió de tono al mismo tiempo que el color en el rostro de la piloto que parecía empezar a botar humo de las orejas, la conversación había salido totalmente de su curso y definitivamente no estaba saliendo de la forma que ella quería y para empeorar las cosas, Shiro entró en la habitación sin anunciarse, aunque no por ello Lance y Keith dejaron de discutir.

– Keith, Lance, saben que no deben discutir – les reprendió el paladín negro – Si tienen algún desacuerdo, deben intentar arreglarlo sin llegar a los gritos –

– ¡Shiro! Justo a quién queríamos ver – exclamó Lance para confusión de su líder.

– ¡Déjalo en paz! – le advirtió Keith con un tono amenazador – Son cosas personales que no te incumben –

– ¿Qué sucede? – cuestionó el piloto del león negro que claramente no tenía la menor idea de lo que estaba pasando.

– ¿Acaso tienes cond... – pero la pregunta de Lance fue interrumpida cuando el casco de la paladín verde rebotó en su cara.

¿Dónde estas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora